Cuando el pa¨ªs pasa a segundo plano

"Un gran pa¨ªs quiere contar con grandes empresas". Lo asever¨® el presidente del PNV, I?igo Urkullu, en 2009 tras escuchar al presidente de Iberdrola, Ignacio S¨¢nchez Gal¨¢n, decir en Madrid que su empresa har¨¢ "todo lo posible" por mantener en Euskadi los centros de decisi¨®n y la sede central.

La pasada semana el PNV enmudeci¨® frente a los comentarios cr¨ªticos y de preocupaci¨®n de la patronal, y de una buena parte de los c¨ªrculos pol¨ªticos sociales y empresariales de Euskadi, al conocerse la venta del 100% de Guascor a la multinacional norteamericana Dresser-Rand por 500 millones de euros. A la hora de elegir entre el pa¨ªs y el beneficio personal, apostaron por lo segundo. El pa¨ªs pas¨® a un segundo plano.

El PNV ha criticado al Gobierno por vender el ¨²ltimo 5% de Naturgas

No s¨®lo se trataba de una deslocalizaci¨®n de los centros de decisi¨®n, sino que Euskadi perd¨ªa adem¨¢s una empresa que fue reflotada parcialmente con fondos p¨²blicos en la d¨¦cada de los 90. "El traspaso de todas las decisiones de compra, contrataci¨®n, o expansi¨®n, a Dresser, as¨ª como la sede social de la firma, con todo lo que supone de ingresos en las arcas p¨²blicas, es doloroso" aseguran desde la c¨¢mara de Comercio e Industria de ?lava. Para la patronal Confebask es "una pena".

Pero lo m¨¢s criticado de esa operaci¨®n es la incoherencia de sus principales actores, muy vinculados al PNV, que han pasado de acu?ar, abanderar y participar del concepto de "hacer pa¨ªs" a base de construir el tejido industrial, a entregar las llaves de la suya propia a un tercero situado a miles de kil¨®metros. El presidente de Guascor, Joseba Grajales, y su consejero delegado, Jon Azua, el mu?idor de la nueva organizaci¨®n en red del tejido industrial vasco, -los llamados cluster- hab¨ªan sido fogueados en el sector p¨²blico durante los 30 a?os de Gobiernos nacionalistas que proclamaban la filosof¨ªa de la "construcci¨®n nacional" tambi¨¦n econ¨®mica a trav¨¦s de una industria tractora. Quiz¨¢s por eso, tras la venta, los ya ex responsables del grupo Guascor, explicaron que tambi¨¦n es un buen negocio para Euskadi porque aqu¨ª se quedar¨¢ el Centro Mundial de Excelencia del ¨¢rea de soluciones sostenibles de Dresser-Rand. El PNV, que critic¨® con dureza recientemente al Gobierno vasco por vender el ¨²ltimo 5% que le quedaba de Natiurgas "porque facilitaba la deslocalizaci¨®n del centro de decisi¨®n", no ha dicho ni media palabra en p¨²blico sobre la venta de Grajales.

Quiz¨¢s porque llueve sobre mojado. El que fuera viceconsejero de Interior en el primer gobierno vasco, Sabino Arrieta, vendi¨® en 2005 Sidenor a la brasile?a Gerdau por 444 millones, -la hab¨ªa comprado en 1995 por 13- en una operaci¨®n muy parecida a la de Grajales. Arrieta, un hombre tambi¨¦n comprometido con el nacionalismo que en 1999 -en la tregua de ETA-form¨® parte de la delegaci¨®n que se reuni¨® con el entonces portavoz de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, reflot¨® Sidenor con esfuerzo personal y pericia industrial, pero con fondos p¨²blicos. "Construir la patria no es lo mismo que hacer pa¨ªs", asegura un portavoz de SEA, la patronal alavesa donde estaba radicada la sede social de Guascor.

En la actualidad, Sidenor, tiene pendiente una revisi¨®n de su precio de venta Gerdau si definitivamente la sanci¨®n de la UE por las vacaciones fiscales de las que disfrut¨®, repercute en el actual propietario. En el caso de Guascor, el 63,1% de la compa?¨ªa estaba en manos del propio Grajales, mientras que el resto del equipo directivo ten¨ªa en torno al 12%.

La empresa de Grajales, que tuvo que ser rescatada en 1999 con ayudas entonces de los programas 3R, ha generado desde entonces muchas plusval¨ªas gracias a la buena gesti¨®n sobre todo todo en el mercado internacional, de sus directivos.