Los viejos son el futuro
Siempre se ha dicho que los j¨®venes son el futuro. Que hay que invertir lo que sea en ellos, en su formaci¨®n, en su potencial personal y profesional. Por muchas camisetas No future que vistan, esta afirmaci¨®n seguir¨¢ siendo indudablemente v¨¢lida. Visto desde otro punto de vista, sin embargo, el futuro es de las personas mayores. Demogr¨¢ficamente, para empezar. Y ahora he escrito "personas mayores" a sabiendas de que "viejo" es para muchos un t¨¦rmino desagradable, cruzado de connotaciones negativas (y "vieja" m¨¢s; en euskera, por ejemplo, la palabra tradicional para "anciana", atso, tiene un peso tan fuertemente despectivo que est¨¢ en desuso, mientras que su equivalente masculino, agure, es m¨¢s neutral, a veces incluso venerable). En cambio, nadie suele poner objeciones a que se le denomine "joven", aunque est¨¦ bien entradito en a?os.
Al parecer, seg¨²n los expertos, es muy probable que el 75% de los vascos que hoy tienen entre 40 y 50 a?os lleguen a alcanzar los 90. ?Madre m¨ªa! Es fant¨¢stico y, al mismo tiempo, un poco aterrador. Porque, ?en qu¨¦ condiciones llegaremos? ?Qui¨¦n nos cuidar¨¢? ?Qu¨¦ grado de autonom¨ªa conservaremos? ?Con qu¨¦ pensiones contaremos, con qu¨¦ servicios p¨²blicos? ?Y c¨®mo se financiar¨¢n? La consejer¨ªa de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno vasco acaba de firmar un convenio de colaboraci¨®n con la Fundaci¨®n Matia para elaborar proyectos de I+D relacionados con el fen¨®meno del envejecimiento demogr¨¢fico. Tres millones de euros invertidos en la provisi¨®n de servicios sociales y sanitarios, la promoci¨®n de la autonom¨ªa de las personas dependientes, la atenci¨®n a domicilio y la preparaci¨®n de las casas para ser habitadas por personas de edad o dependencia avanzadas. Porque es evidente que, a ser posible, la gente desea envejecer en su hogar, rodeada de sus personas, animales y objetos queridos, reforzada por el c¨ªrculo de h¨¢bitos, sentidos y sosiegos dom¨¦sticos que han formado su existencia. Millones bien invertidos, pues: ?los mayores son el futuro!
Me pregunto c¨®mo se ir¨¢ conjugando en los pr¨®ximos a?os ese envejecimiento generalizado de la poblaci¨®n con el culto a la juventud caracter¨ªstico de nuestra ¨¦poca. En muchas sociedades tradicionales los ancianos han sido valorados y respetados por su sabidur¨ªa, por su experiencia y seriedad. En nuestras sociedades, como mucho, aspiran a ser cuidados por su fragilidad. Las personas mayores tienen una presencia escasa en la televisi¨®n, el cine, las revistas o la publicidad; en cambio, los adolescentes y los j¨®venes est¨¢n sobredimensionados, se nos muestran no ¨²nicamente como modelos est¨¦ticos, sino como modelos vitales a imitar. Frente a ese ideal imperante, ?se ir¨¢ forjando una "cultura madura", unos modelos p¨²blicos positivos de la tercera (y la cuarta) edad, una forma vivificante y f¨¦rtil de afrontar ese largo -y por qu¨¦ no, apasionado- paseo oto?al?
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