A 50 c¨¦ntimos la descarga
Empresas como Tapjoy cobran por popularizar juegos para los m¨®viles
El se?or de la foto, con esa mirada entre astuta y p¨ªcara, es capaz de lograr que una aplicaci¨®n, un juego para el m¨®vil, por est¨²pido que sea, se descargue todas las veces que quiera su creador, bueno, tantas veces como est¨¦ dispuesto a pagar.
El personaje de la foto se llama Paul Bowen y trabaja en Tapjoy, la primera empresa mundial dedicada a garantizar que una aplicaci¨®n para el m¨®vil consiga la popularidad. El reto no es sencillo. Es m¨¢s f¨¢cil ser visto en la Tierra que en Internet. Con miles de millones de webs, con cientos de miles de aplicaciones para los tel¨¦fonos m¨®viles (mil nuevas al d¨ªa), una cosa es ser y otra ser visto. De nada vale una aplicaci¨®n maravillosa si nadie sabe que existe.
"Garantizamos la visibilidad, despu¨¦s depende de la calidad del juego"
Ese es el trabajo de Bowen y el equipo de Tapjoy, una empresa nacida en 2007 para la mercadotecnia en los m¨®viles. "Nosotros garantizamos 600.000 descargas al d¨ªa en Estados Unidos, 60.000 en Reino Unido, 6.000 en Espa?a", explica.
Bowen se dedica a la compraventa de descargas, y no lo oculta. De Angry Birds a iBasket, qu¨¦ hubiera sido de estos juegos sin esta forma de popularizarse. Eneko Knorr, de Ideateca, reconoce que ech¨® mano de estas empresas para conseguir visibilidad. "Cuando sacas un juego hay que conseguir un impacto fuerte en un d¨ªa, m¨¢ximo dos". Ese impacto se consigue con las descargas multitudinarias.
El m¨¦todo se llama pay per install (pagar por instalar) al que seguir¨¢ pay per action (pagar por acci¨®n) y no mueve dinero sino recompensas. "No solo se aplica al mundo de los juegos, sino a cualquiera que quiera ganar presencia en el mundo m¨®vil", explica Carlos Sutter, de Adknowledge, otra empresa del sector. "Los medios lo est¨¢n usando mucho".
En el caso de Tapjoy la moneda se llama buoy. Un jugador quiere subir de nivel en uno de sus juegos; lo puede hacer con tiempo y pericia o por la v¨ªa r¨¢pida con puntos extra, y para ello hay que pinchar en una aplicaci¨®n que en realidad es un juego descargable. Objetivo cumplido. El aficionado ha obtenido sus puntos extra y sube de nivel, el desarrollador de la aplicaci¨®n obtuvo su visibilidad y con ello ingresa por la publicidad que inserta.
Estas empresas cobran a quien ha encargado las descargas entre 10 c¨¦ntimos y 1,5 euros. "Todo depende de la calidad y de la cantidad. Los famosos juegos de Zynga, con tantos millones de descargas apenas pagan 10 c¨¦ntimos por una. El espa?ol iBasket empez¨® pagando 0,50 euros, pero ahora que ha conseguido millones de descargas, apenas paga 10 c¨¦ntimos", explica Sutter. Gracias a personajes como Bowen cualquiera puede ser superventas. Tapjoy lo anuncia sin tapujos en su p¨¢gina: "Rompe el Top 25 de aplicaciones", o mejor: "Compra nuevos usuarios all¨ª donde est¨¦n, en la web o en los m¨®viles".
"En un primer momento si pagas mucho se puede ser superventas", reconoce Bowen, "pero si despu¨¦s de la inversi¨®n a la gente no le gusta, se olvidar¨¢ con la misma rapidez que subi¨®, caer¨¢ en los top y ser¨¢ dinero tirado. Nosotros garantizamos la visibilidad, el primer pelda?o, luego depende de la calidad y de los comentarios en las redes sociales".
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