Los culpables de la agon¨ªa
Portugal es responsable de su crisis. Por su divisi¨®n pol¨ªtica. Por su inveterada incapacidad de generar crecimiento. OK. ?Solo Portugal? Su agon¨ªa empez¨® en septiembre, al explosionar la deuda de la banca irlandesa. Lleva seis meses. La lentitud de la Uni¨®n en alumbrar un paquete global para los rescates y sus contrapartidas de austeridad y competitividad tiene tambi¨¦n parte de la culpa. Hasta la cumbre de hoy no hay acuerdo sobre la flexibilizaci¨®n del fondo de rescate temporal, mientras que el definitivo (a partir de 2013) ya est¨¢ dise?ado. Esta incertidumbre tambi¨¦n ha perjudicado a los portugueses.
Si los europeos somos incapaces de compartir culpas, ser¨¢ dif¨ªcil identificar los remedios eficaces. George Soros (FT del martes) critica el paquete global por su "sesgo" alem¨¢n, por "cargar el ajuste" a los pa¨ªses deudores y menos competitivos, cuando la crisis no es solo de deuda, "sino tambi¨¦n unas crisis de la divisa y bancaria, en las que Alemania ostenta una amplia cuota". Predice que ser¨¢ insuficiente. Postula aumentar su flexibilidad. No es el ¨²nico.
Da?a a Portugal la lenta reforma del fondo de rescate: ser¨¢ un avance, pero le faltar¨¢ poder
A los griegos se les prest¨® dinero a tipos altos, para evitar clamores contra esas "subvenciones". Es el mantra de la condicionalidad estricta. P¨®cima tan invasiva para purgarle, amenazaba con apuntillar al enfermo. As¨ª, se han suavizado tipos y plazos para el retorno de los cr¨¦ditos. ?Somos blandos? ?O estrictos? ?Qui¨¦n lo decide? ?Por qu¨¦ el criterio de ayer no vale hoy?
?C¨®mo aplicar una flexibilidad coherente? Por ejemplo, permitiendo que el fondo de rescate pueda efectuar tambi¨¦n operaciones de salvamento de bancos, no solo de pa¨ªses, lo que permitir¨ªa reestructurar una deuda p¨²blica sin precipitar una crisis bancaria, plantea Soros. O mediante emisiones de eurobonos -bienvenido al club de los partidarios de una deuda p¨²blica europea- que eliminar¨ªan buena parte de la prima de riesgo de los bonos nacionales de los pa¨ªses en apuros.
O dando al fondo el poder de reperiodificar la deuda a otros plazos, como propon¨ªa Ramon Marimon. O permitirle comprar bonos no solo en el mercado primario (a los Gobiernos), sino tambi¨¦n en el secundario (a terceros). Para ser un FME, debe disponer de tantas o m¨¢s opciones que el FMI.
Otra idea para insistir es la de comunitarizar del todo el Pacto del Euro y trocarlo en una "Acta para la convergencia y la gobernanza econ¨®mica" gestionada por la Comisi¨®n. ?Tambi¨¦n el fondo de rescate!, deber¨ªan a?adir sus impulsores, Delors, Verhofstadt y Prodi (FT 2 de marzo). Alegan que el modelo intergubernamental usado en la Agenda de Lisboa se revel¨® "ineficaz" al carecer de "disciplina e imparcialidad".
Tampoco la cruzada del presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, a favor de unas sanciones m¨¢s autom¨¢ticas en caso de d¨¦ficits excesivos (sobre los topes de Maastricht) triunfar¨¢ hoy y ma?ana: la tendr¨¢ que dirimir m¨¢s adelante el Parlamento Europeo. Las sanciones ser¨ªan autom¨¢ticas porque no las debatir¨ªa e impondr¨ªa el Consejo, sino que las aplicar¨ªa la Comisi¨®n, con un manual sin excepciones. Parecen antip¨¢ticas, tecnocr¨¢ticas, pues excluyen la evaluaci¨®n pol¨ªtica de circunstancias no previstas: manda la foto electr¨®nica y no un guardia urbano. Pero son quiz¨¢ la ¨²nica forma de que un sistema de multas alcance credibilidad. ?Alguien se imagina a los Veintisiete sancionando a Berl¨ªn, o a Par¨ªs? Ya lo intent¨® Bruselas en 2003 y Schr?der y Chirac la machacaron.
Mirando al futuro, faltar¨¢ todo eso y m¨¢s. Pero reformar el fondo de rescate temporal, crear el permanente y ratificar el nuevo pacto de pol¨ªticas econ¨®micas concretas ser¨ªa, mirando al pasado, un paso trascendental. Toquemos madera.
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