"Es dif¨ªcil desmontar los mecanismos del terror"
Las novelas de Horacio Castellanos Moya no dejan indiferente y La sirvienta y el luchador menos que ninguna. La intensidad de la prosa y la historia que narra no dan respiro al lector. "Es una historia tremenda, de personas que, en medio de conflictos terribles, expresan siempre lo m¨¢s extremo del ser humano".
Estamos en San Salvador en 1980, a finales de febrero y principios de marzo, poco antes del asesinato de monse?or Romero. Desde las primeras p¨¢ginas sabemos que Albertico, nieto de don Pericles Arag¨®n al que ya conocimos en novelas anteriores como Tirana memoria, y su mujer, Brita, han sido detenidos, quiz¨¢ mejor secuestrados, y llevados al ignominioso Palacio Negro, donde se ablanda y tortura a los subversivos y de donde muchos desaparecen para no ser encontrados jam¨¢s.
El Gobierno represor y los llamados subversivos, cada vez m¨¢s organizados y armados, se enfrentan a muerte. "La situaci¨®n en El Salvador era irreversible. Se pensaba que surgir¨ªa algo en el centro, pero no, no hab¨ªa remedio, los extremos atra¨ªan. La vida cotidiana en ese contexto pol¨ªtico es como una gran nube oscura de la que no hay manera de escapar: los detalles de la vida cotidiana dentro de la peor de las crueldades".
El Vikingo es un antiguo luchador. Est¨¢ viejo y enfermo. Su tarea actual es la de ablandar a los detenidos, pero a ¨¦l lo que le gusta es salir de pesca, a por la presa, pero ya no se lo dejan hacer, dicen que ha perdido reflejos, por eso lo tienen en los s¨®tanos. Pero en esta ocasi¨®n, s¨ª le dejan salir de caza, a por Albertico y Brita.
Mar¨ªa Elena sirvi¨® en casa de don Pericles y de do?a Hayd¨¦e, y la familia Arag¨®n le pide que atienda la casa de Albertico. Es ella, la que escucha las homil¨ªas de monse?or Romero, quien se da cuenta de que la pareja ha desaparecido. Teme lo peor. Reza porque no les hagan da?o.
Ante la pasividad de los Arag¨®n, que conf¨ªan en sus te¨®ricos contactos para encontrar a Albertico y Brita, Mar¨ªa Elena pasa a la acci¨®n. "Ella tiene la energ¨ªa positiva que no tienen los otros personajes. Una energ¨ªa moral que le impide estar paralizada por el miedo. No tiene ideas pol¨ªticas muy claras, pero s¨ª sensibilidad hacia la justicia. Puede hacer frente a una situaci¨®n peligrosa. Transmite una idea de esperanza". En su fren¨¦tico ir y venir para encontrar a los chicos, Mar¨ªa Elena recurrir¨¢ al Vikingo, que en otros tiempos estuvo enamorado de ella.
La sirvienta y el luchador est¨¢ estructurada en cuatro partes y un ep¨ªlogo. En la primera, descubrimos al Vikingo; en la segunda, a Mar¨ªa Elena. La tercera es una explosi¨®n de voces: Belka, la hija de Mar¨ªa Elena; Joselito, su nieto; la gorda Rita. En la cuarta, el Vikingo y Mar¨ªa Elena volver¨¢n a encontrarse, en un hospital. "No es una historia de buenos y malos. Incluso en el Vikingo hay un atisbo de humanidad".
Al final todos saldr¨¢n perdiendo. Es como si esa nube oscura de la que habla Horacio Castellanos Moya les castigase. Es la desolaci¨®n. "A veces, la cotidianeidad se convierte en tragedia". El ep¨ªlogo es duro, con un gui?o de humor terror¨ªfico. "Explica lo que vendr¨¢, indica el t¨²nel negro de la guerra, sus proleg¨®menos. La guerra saca lo peor y lo mejor del hombre".
La saga de los Arag¨®n se inici¨® con Donde no est¨¦n ustedes (2003), sigui¨® con Desmoronamiento (2006) y Tirana memoria (2008). ?Habr¨¢ una continuaci¨®n tras La sirvienta y el luchador? "Probablemente. Estas novelas van creciendo de forma espont¨¢nea. No tengo un dise?o preciso de la saga, pero casi siempre queda un fleco suelto". Ojal¨¢. El lector se pregunta qu¨¦ ser¨¢ de Joselito, que tiene ahora 19 a?os y est¨¢ con los subversivos armados.
En El asco (1997), el escritor narra la demolici¨®n pol¨ªtica y cultural de El Salvador; en el libro de relatos En la congoja de la pasada tormenta (2009), habla del miedo, de la violencia que trastorna la vida, de la guerra, del destierro, de las dif¨ªciles relaciones humanas. Son solo dos ejemplos de su obra, que estremece.
Horacio Castellanos Moya (Tegucigalpa, Honduras, 1957) se cri¨® en El Salvador. "Mis historias son de El Salvador. Su eje es la experiencia de mi formaci¨®n y crecimiento en este pa¨ªs. Qued¨¦ conmocionado. De ah¨ª la radicalidad de mis temas".
?Alguna vez podr¨¢ escribir sobre un pa¨ªs en paz? "Creo que yo no ver¨¦ esa paz. El gran problema es que una sociedad vive aterrorizada por la violencia pol¨ªtica y cuando se logra una cierta normalidad, vive aterrorizada por la violencia criminal. Cuando todo esto alcanza a dos o tres generaciones es dif¨ªcil desmontar los mecanismos del terror. Centroam¨¦rica vive el cansancio de una vida en zozobra permanente".
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