Jap¨®n pide a la poblaci¨®n que deje la zona a 30 kil¨®metros de Fukushima
Las autoridades sospechan que el n¨²cleo del reactor 3 se ha agrietado
Nuevo rev¨¦s en la crisis nuclear que vive Jap¨®n desde que el terremoto y el tsunami del pasado d¨ªa 11 da?aron gravemente la central de Fukushima I. El Gobierno inst¨® ayer a la poblaci¨®n que vive en la franja situada entre 20 y 30 kil¨®metros de la planta a que la abandone, aunque dijo que la medida -voluntaria de momento y que afecta a unas 130.000 personas- se deb¨ªa a la dificultad de enviarles suministros. "Dado que la situaci¨®n se prolonga, ser¨ªa deseable que la gente abandone de forma voluntaria para poder atender sus necesidades sociales", afirm¨® Yukio Edano, portavoz del Ejecutivo. Hasta ahora, las autoridades hab¨ªan aconsejado a los vecinos de esta zona que permanecieran en el interior de los edificios.
EE UU, Australia, Singapur y Rusia vetan productos de la zona afectada
Edano insisti¨® en que no hab¨ªa necesidad de ampliar la zona de exclusi¨®n decretada tras el maremoto, que llega a 20 kil¨®metros y afectaba a 70.000 personas, aunque, en la pr¨¢ctica, la medida significa su ampliaci¨®n.
Responsables del Ministerio de Ciencias afirmaron ayer que el nivel de radiaci¨®n diaria en un ¨¢rea a 30 kil¨®metros al noroeste de la central exced¨ªa el l¨ªmite anual. Estados Unidos y Reino Unido han pedido a sus nacionales que no se acerquen a menos de 80 kil¨®metros de la planta por los riesgos de radiactividad.
El anuncio de desalojo coincide con la sospecha de que el n¨²cleo del reactor 3 se ha agrietado, lo que podr¨ªa suponer la emisi¨®n de una cantidad de radiactividad mucho mayor que la que ha escapado hasta ahora. Este reactor es el m¨¢s peligroso de los seis que tiene la planta, ya que es el ¨²nico que utiliza plutonio en su mezcla de combustible, que es mucho m¨¢s t¨®xico que el uranio empleado en las otras unidades.
La sospecha de que hay una grieta surgi¨® despu¨¦s de que dos trabajadores del equipo de emergencia que lucha desde hace dos semanas para estabilizar y controlar la central fueran hospitalizados el jueves con quemaduras tras meterse en agua con niveles de radiactividad 10.000 veces superiores a los que tiene un reactor que funciona normalmente.
Hidehiko Nishiyama, portavoz de la Agencia Nuclear y de Seguridad Industrial, asegur¨® que el motivo de la alta radiaci¨®n no estaba claro, y que pod¨ªa deberse tanto a una rotura del reactor como a problemas en otros sistemas, como la red de tuber¨ªas o los conductos de ventilaci¨®n. Tokyo Electric Power (Tepco), la empresa que opera la planta, dijo que era posible que el agua radiactiva procediera del n¨²cleo del reactor.
El portavoz gubernamental reconoci¨® que el accidente sufrido por los trabajadores revela que "las medidas de seguridad puede que no sean las adecuadas", y que quiz¨¢ haya contribuido a incrementar la ansiedad entre la poblaci¨®n sobre la gesti¨®n de la crisis.
El terremoto y el tsunami que devastaron la costa nororiental de Honshu -la principal isla del archipi¨¦lago- provocaron m¨¢s de 10.000 muertos y 17.400 desaparecidos, seg¨²n el ¨²ltimo balance oficial, a lo que se suma la inquietud desencadenada por la posibilidad de una cat¨¢strofe como la de Chern¨®bil, en 1986; un escenario que parece poco probable a estas alturas, seg¨²n los expertos, pero que no acaba de despejarse. La inquietud persiste. "Estoy preocupado. Los ¨²ltimos acontecimientos no son buenos. Pensaba que la situaci¨®n se iba a arreglar y est¨¢ llevando m¨¢s tiempo del previsto", afirma Shozo Katayama, de 37 a?os, productor teatral.
Katayama dice que no piensa irse de Tokio, a diferencia de lo que han hecho muchos japoneses y extranjeros huyendo del riesgo de una potencial nube radiactiva, y se muestra estoico. "Qu¨¦ le vamos a hacer. Es lo que nos ha tocado vivir. No nos queda m¨¢s remedio que luchar", asegura. Y ante la amenaza de que el agua del grifo de Tokio tenga niveles de radiactividad potencialmente da?inos, afirma: "En mi casa tengo tres botellas de agua de dos litros".
Tras la alerta por la alta radiactividad, aunque no da?ina, el Gobierno de Tokio dijo el jueves pasado que los niveles hab¨ªan vuelto a situarse por debajo del umbral de riesgo. Los expertos creen que la radiaci¨®n fue transportada por el viento desde la central de Fukushima y que la lluvia la llev¨® a los r¨ªos. La nuclear accidentada est¨¢ a 240 kil¨®metros al norte de la capital. M¨¢s de 700 t¨¦cnicos contin¨²an trabajando en turnos para estabilizar los cuatro reactores en situaci¨®n inestable.
Muchos supermercados de Tokio siguen sin agua mineral, despu¨¦s de que la gente acaparara botellas. Las fugas de radiactividad han afectado tambi¨¦n a la leche y una docena de tipos de verduras en las prefecturas que rodean la planta at¨®mica, lo que ha llevado a varios pa¨ªses, como EE UU, Australia, Singapur y Rusia, a prohibir la importaci¨®n de alimentos procedentes de esa zona. La agencia japonesa Kyodo afirm¨® que ha sido identificado cesio con un nivel de radiaci¨®n 1,8 veces superior al normal en verduras cultivadas en un centro de investigaci¨®n en Tokio. China dijo que hab¨ªa detectado radiactividad superior a la normal en dos viajeros llegados desde Tokio.
Tepco asegur¨® que puede llevar al menos otro mes lograr un apagado fr¨ªo de la central; es decir, que la temperatura en los reactores baje por debajo del punto de ebullici¨®n y los sistemas de refrigeraci¨®n vuelvan a presi¨®n atmosf¨¦rica.
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