Y la duda se hizo exclamaci¨®n
Miles de avilesinos acuden entusiasmados a los actos de inauguraci¨®n del Centro Cultural Niemeyer - Kevin Spacey anuncia que representar¨¢ ah¨ª un 'Ricardo III'
"Cuando vine hace cuatro a?os y medio no hab¨ªa nada. Ahora han pasado por aqu¨ª en tres d¨ªas 75.000 personas. Y empiezo por el argumento econ¨®mico porque los centros culturales siempre aportan riqueza, son una inversi¨®n muy inteligente", proclam¨® ayer Kevin Spacey durante una charla con Joan Manuel Serrat en el reci¨¦n inaugurado auditorio del Centro Cultural Niemeyer. Porque despu¨¦s de todo ese tiempo, Avil¨¦s tiene ya un nuevo faro; de color blanco y de formas tan sinuosas como las olas cariocas que a diario ve su arquitecto, Oscar Niemeyer, desde su estudio de Copacabana.
Y tan entusiasmado andaba Spacey con el proyecto, que prometi¨® una actuaci¨®n. "Pienso subirme al escenario y traer a este auditorio el Ricardo III de Shakespeare para que la gente de una ciudad peque?a pueda disfrutar de la cultura", apostill¨® el actor director del Old Vic de Londres desde hace siete a?os.
Woody Allen ofreci¨® un concierto de jazz al aire libre para 10.000 personas
Spacey y Serrat debatieron sobre el estado de la cultura en tiempos de crisis. Luego se fueron a cocinar al restaurante Casa Gerardo como ensayo previo a las actividades gastron¨®micas que se realizar¨¢n en la torre de 20 metros del complejo. Ah¨ª, cientos de personas hac¨ªan cola para subir en turnos de 60 cada vez y disfrutar de las vistas a bordo de esa especie de platillo volante. Los menos pacientes desist¨ªan y optaban por acercarse al auditorio en forma de ola. Como la familia Gonz¨¢lez, apostada en la cristalera del edificio: "Ha venido toda la ciudad, m¨¢s los de los alrededores".
Durante todo el fin de semana, la servilleta que el arquitecto brasile?o Oscar Niemeyer utiliz¨® para dibujar su regalo de cumplea?os a la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias en 2005 (el proyecto del centro de Avil¨¦s) ha sobrevolado todas las an¨¦cdotas y recuerdos de estos dos a?os y 11 meses de obras financiadas al 100% por el Principado de Asturias y un coste de 43 millones de euros. "Esta ciudad buscaba una oportunidad tras la dura reconversi¨®n industrial que vivi¨®", explicaba su director, Natalio Grueso. "Por eso cuando llegamos con un garabato mostraron su incredulidad".
Y la cara de los avilesinos pas¨® de interrogaci¨®n a exclamaci¨®n el viernes por la tarde. Unas 10.000 personas llenaron la plaza del centro para asistir al concierto de Woody Allen y la New Orleans Jazz Band. "Dos mil estudiantes de Bachillerato descubrieron un nuevo estilo musical. Queremos abrir la cultura a todos los p¨²blicos con el ¨²nico requisito de la excelencia", se enorgullec¨ªa el director.
La banda de gaitas Villa de Avil¨¦s inaugur¨® el interior del auditorio de 961 butacas y solo una platea, "la gran grada democr¨¢tica". Aunque el elemento que m¨¢s llamaba la atenci¨®n era la gran ventana que se abre hacia la plaza, un escenario de 360 grados. Y desde ah¨ª se asom¨® V¨ªctor Manuel la noche del s¨¢bado para deleite de los que se atrevieron con la lluvia. "Sois unos santos", dec¨ªa el autor del himno oficioso de Asturias.
Niemeyer, de camino a los 104 a?os, se ha involucrado en todo el proceso, "hasta en el dise?o de los picaportes", dec¨ªa Grueso. Lo confirmaba uno de sus visires, Jair Valera, director t¨¦cnico del estudio del arquitecto: "Han respetado todos sus deseos". Adem¨¢s de su nieto Carlos Oscar, quien ley¨® una carta de agradecimiento en la que su abuelo expresaba emocionado la alegr¨ªa de ver terminado su ¨²nico edificio en Espa?a.
Carlos Saura inaugurar¨¢ la c¨²pula de 2.000 metros cuadrados con la muestra La luz, "una met¨¢fora de la historia de esta ciudad con fama de contaminaci¨®n industrial", apostillaba Grueso. A la espera de las primeras exposiciones, los visitantes convirtieron su fachada en un gran marco fotogr¨¢fico. Las luces dispuestas por la plaza reflejaban siluetas gigantes para entretenimiento de familias o grupos de amigos, como Mar¨ªa y Laura que jugaban con sus paraguas creando sombras divertidas. "Es una obra de la sociedad civil, por eso est¨¢ condenada al triunfo", proclamaba su director.
Babelia
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