El "coraz¨®n" de la Residencia de Estudiantes
Un profesor encuentra la antigua biblioteca de la instituci¨®n en la Universidad - La instituci¨®n trata de recuperar parte de la biblioteca anterior a la dictadura, 2.300 libros hallados y catalogados por un catedr¨¢tico en la Complutense

El profesor Jos¨¦ Luis Gonz¨¢lez Llavona pas¨® los dedos por los polvorientos estantes de la biblioteca del Colegio Mayor Xim¨¦nez de Cisneros. Su ¨ªndice se par¨® en algunos de ellos y, al abrirlos, algo llam¨® poderosamente su atenci¨®n: ten¨ªan el sello de la Residencia de Estudiantes. Y as¨ª, uno a uno, junt¨® hasta 2.301 libros con el mismo sello, que hoy se muestran en una exposici¨®n: La biblioteca de la antigua Residencia de Estudiantes en la Universidad Complutense. Son "el coraz¨®n de la Residencia", en palabras de Alicia G¨®mez Navarro, la actual directora de esa instituci¨®n nacida en 1910 y por la que han pasado premios nobel de la literatura y la ciencia espa?olas, adem¨¢s de escritores y artistas internacionales c¨®mo Federico Garc¨ªa Lorca o Salvador Dal¨ª.
"Estamos en negociaciones para recuperarla", dicen en la Residencia
"Deber¨ªa quedarse donde est¨¢", opina el profesor y comisario de la muestra
"Supe que estaba ante unos fondos de gran valor", dice Gonz¨¢lez Llavona
"Permiten concluir cosas de las que solo tenemos datos", dice G¨®mez Navarro
Va a hacer cuatro a?os desde que hicieron director del Colegio Mayor a ese catedr¨¢tico de An¨¢lisis Matem¨¢tico de la Universidad Complutense de Madrid (UCM). El profesor Gonz¨¢lez Llavona, de 62 a?os, no ten¨ªa ninguna experiencia en colegios mayores pero alguien hab¨ªa observado su talento para ordenar el caos. El Cisneros, como se conoce com¨²nmente a ese emblem¨¢tico colegio (uno de los cinco que dependen directamente de la Universidad), andaba un poco revuelto en aquella ¨¦poca y los colegiales campaban por sus respetos. Gonz¨¢lez Llavona restableci¨® las normas y, al poco de llegar, se pas¨® por la biblioteca en la que tambi¨¦n reinaba cierto desorden.
Con mirada cient¨ªfica escrut¨® aquellas estanter¨ªas y con rigor matem¨¢tico ha catalogado los que son los ¨²nicos ejemplares que se conservan de los aproximadamente 16.000 libros que llenaban las estanter¨ªas de la biblioteca de la antigua Residencia de Estudiantes antes de que se cerrara con el estallido de la Guerra Civil en 1936.Alg¨²n investigador hab¨ªa alertado en una ocasi¨®n a la Residencia de que hab¨ªa all¨ª libros con su sello. Y desde la instituci¨®n se hab¨ªan limitado a preguntarle a la direcci¨®n universitaria por correo, seg¨²n reconoce G¨®mez Navarro. Sin embargo, nadie prest¨® la atenci¨®n suficiente como para percatarse de que las estanter¨ªas del Cisneros escond¨ªan un tesoro, parte del alma de la antigua Residencia de Estudiantes.
Se trata de los mismos libros que pudieron leer y hojear Federico Garc¨ªa Lorca, Salvador Dal¨ª, Luis Bu?uel, Juan Ram¨®n Jim¨¦nez o Severo Ochoa. Se trata, en resumidas cuentas y en palabras de la actual directora de la Residencia Alicia G¨®mez Navarro, del "coraz¨®n de la Residencia de Estudiantes". Y explica: "La biblioteca de una persona nos puede dar muchas pistas acerca de cu¨¢les eran sus inquietudes, de c¨®mo se form¨® y qu¨¦ le influy¨®; y lo mismo ocurre con una instituci¨®n". Pero ?qu¨¦ hac¨ªan todos esos libros en el Colegio Mayor Xim¨¦nez de Cisneros?
Con esa pregunta arranc¨® una investigaci¨®n, que ha durado tres a?os y medio e implicado a casi una veintena de colegiales de los 140 que viven en el colegio, y que a d¨ªa de hoy se ha concretado en un cat¨¢logo (casi cient¨ªfico) y en una curiosa exposici¨®n que puede verse en la Biblioteca Hist¨®rica Marqu¨¦s de Valdecilla (calle de Noviciado, 3).
Son 170 joyas, con dedicatorias y muchas procedentes de donaciones (hasta de la realeza brit¨¢nica), que han sido seleccionadas por este matem¨¢tico y su equipo, en el que se encuentran la doctora en Filosof¨ªa y Letras Aurora Miguel Alonso (adjunta para el desarrollo de proyectos de la Biblioteca de la Universidad); y como asesoras, la catedr¨¢tica Elena Hern¨¢ndez Sandoica y la profesora Carolina Rodr¨ªguez L¨®pez, ambas del departamento de Historia Contempor¨¢nea.
"Recuerdo perfectamente la sensaci¨®n que tuve al entrar en la biblioteca del colegio y comprobar que me encontraba ante unos fondos de gran valor hist¨®rico y bibliogr¨¢fico", cuenta Gonz¨¢lez Llavona.
"Los libros tienen un valor hist¨®rico. Ahora han sido estupendamente catalogados y nos permiten conocer qu¨¦ leyeron, qu¨¦ y qui¨¦n los don¨®, qu¨¦ interesaba en ese momento... Permiten concluir cosas de las que solo tenemos datos", se?ala G¨®mez Navarro.
La Residencia de Estudiantes, el proyecto educativo basado en los principios de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza que inici¨® en 1910 Alberto Jim¨¦nez Fraud, se vio truncado con la llegada del franquismo. Hasta entonces, funcionaba en un r¨¦gimen de autonom¨ªa que le otorgaba la llamada Junta para la Ampliaci¨®n de Estudios, de quien depend¨ªa y de la que ahora, un siglo despu¨¦s, acaban de publicarse sus archivos.
"La biblioteca era el lugar noble de la casa, sus dimensiones eran modestas, limitadas a un simple cuarto algo mayor que los dem¨¢s", describe Miguel de Unamuno tras pasar por la Residencia en el a?o 1914, cuando todav¨ªa se ubicaba en un chalet del n¨²mero 14 de la calle de Fortuny. Por aquel entonces, contaba con unos 700 vol¨²menes.
Un a?o m¨¢s tarde, la falta de espacio llev¨® al traslado de la Residencia de Estudiantes a la calle del Pinar. Las instalaciones de Fortuny quedar¨ªan para la Residencia de Se?oritas. Un becario de la biblioteca, ya con 96 puestos de lectura, describe c¨®mo era: "Era una sala rectangular, amplia y limpia, con varias filas de mesas de madera ordenadas de forma lineal, que contaban con un espacio individualizado y los libros colocados alrededor de las paredes en elegantes estanter¨ªas de madera, protegidas con puertas de cristal y ba?ada por el sol", recoge la profesora Alonso en su investigaci¨®n.
En 1916 la biblioteca cre¨® una Sociedad de Lectura y dos a?os m¨¢s tarde el responsable emite este informe: "Adem¨¢s de la cantidad que dedica a la biblioteca la Junta (para la Ampliaci¨®n de Estudios), cantidad cuidadosamente aprovechada, debe aquella una buena parte de sus libros a la generosidad creciente de los donantes como don Santiago Alba, siendo ministro de Instrucci¨®n P¨²blica; de M. Dumuis, director de la Soci¨¦t¨¦ des l'Aci¨¦ries et Forges, de Firminy; de los acad¨¦micos franceses, MM. Bergson, Perrier, Widor e Imbart de la Tour; de don Juan C. Cebri¨¢n, de San Francisco (California); y de la se?ora do?a Fermina Pieltain de Bol¨ªvar, que ha regalado una colecci¨®n de obras de historia". La biblioteca ya reun¨ªa unos 2.300 vol¨²menes.
Seg¨²n relata la profesora Alonso, los acontecimientos culturales y cient¨ªficos que ten¨ªan lugar en la Residencia desde su fundaci¨®n se multiplican enormemente a partir de los primeros a?os veinte gracias a la creaci¨®n del Comit¨¦ Hispano-Ingl¨¦s (1922) y de la Sociedad de Cursos y Conferencias (1923), con clara repercusi¨®n en el n¨²mero y calidad del fondo bibliogr¨¢fico: "Los conferenciantes gustan de depositar en la biblioteca sus libros dedicados, y tambi¨¦n las personalidades que asisten a los actos". A mediados de los a?os veinte los fondos eran de cerca de 9.000 vol¨²menes.
En la colecci¨®n conservada en el Xim¨¦nez de Cisneros hay ejemplos claros de estas relaciones institucionales y personales establecidas con Europa y Am¨¦rica, como la colecci¨®n de literatura portuguesa e hispanoamericana, o los libros que se conservan de los conferenciantes, muchas veces dedicados, como los de Leclerc de Sablon, Keynes, Obermaier, o de las numerosas obras existentes de intelectuales muy unidos a la Residencia, como Azor¨ªn, Emilia Pardo Baz¨¢n, Benito P¨¦rez Gald¨®s, Eduardo Marquina, etc¨¦tera. Adem¨¢s, en 1931 se cre¨® el Comit¨¦ Hispano-Eslavo, lo que explicar¨ªa la cantidad de libros rusos que hay en la colecci¨®n. El hispanista Ian Gibson alude a esa moda en La vida desaforada de Salvador Dal¨ª: "Las inacabables discusiones hasta las cinco de la ma?ana y que se han perpetuado a lo largo de nuestra amistad. Entonces en la Residencia se devoraba a Dostoievski, era el momento de los rusos".
La actividad de la biblioteca crec¨ªa y demandaba espacio, as¨ª que la Junta para la Ampliaci¨®n de Estudios aprueba la construcci¨®n de un nuevo edificio biblioteca-auditorio que se inaugura en 1933 con un concierto de canciones populares interpretadas por la Argentinita, acompa?ada al piano por Federico Garc¨ªa Lorca. En aquel momento la biblioteca ya contaba con un total de unos 16.000 vol¨²menes.
La vida de la "antigua" Residencia termin¨® definitivamente con la sublevaci¨®n del 18 de julio de 1936. Durante la Guerra Civil sus instalaciones fueron refugio de ni?os hu¨¦rfanos, cuartel de carabineros y hospital. Con el triunfo de la dictadura se clausura la Junta de Ampliaci¨®n de Estudios y pasa a depender del CSIC, que crea la Residencia Jim¨¦nez de Cisneros dirigida por don Pedro La¨ªn Entralgo. En 1943 se traslad¨® la biblioteca de la antigua Residencia de Estudiantes, que se hab¨ªa conservado en su auditorio, a la ciudad universitaria con el nombre del reci¨¦n creado Colegio Mayor Xim¨¦nez de Cisneros para integrarse en la Universidad de Madrid, hoy Complutense. Con este traslado llegan a la biblioteca del colegio los 16.000 libros de la antigua Residencia de Estudiantes, donde han permanecido hasta hoy, cuando solo quedan 2.301, y "la residencia anda en negociaciones para recuperarlos", seg¨²n G¨®mez Navarro. "Hay muy buena predisposici¨®n por parte de la universidad y estamos tratando de llegar a un acuerdo con la mayor brevedad", a?ade.
Y otro debate se abre: ?Permanecer¨¢n los libros en el colegio mayor o volver¨¢n a la Residencia? Gonz¨¢lez Llavona cree que "deben quedarse donde est¨¢n". De momento, el profesor ya est¨¢ impulsando a sus colegiales para seguir la pista a los miles de ejemplares que faltan. Y, entre acuerdos y desacuerdos, 170 joyas de la llamada Edad de Plata de la cultura espa?ola pueden verse en el n¨²mero 3 de la calle de Noviciado y en www.ucm.es/BUCM/foa/44827.php.



70 a?os de un sitio a otro
- 1910. Fundaci¨®n de la Residencia de Estudiantes. Creada por un decreto del Ministerio de Instrucci¨®n P¨²blica.
- 1914. En el 14 de la calle de Fortuny. "La biblioteca era el lugar noble de la casa", escribe Unamuno en 1914. Contaba con 700 ejemplares.
- 1915. Traslado a la calle del Pinar. Por falta de espacio. Las instalaciones de Fortuny quedar¨ªan para la Residencia de Se?oritas.
- 1922 y 1923. Se crean el Comit¨¦ hispanoingl¨¦s y la Sociedad de Cursos y Conferencias, que multiplican las donaciones. A mediados de los a?os veinte hay 9.000 libros. - 1933. Nuevo edificio biblioteca-auditorio. Garc¨ªa Lorca toca el piano en el concierto de inauguraci¨®n. Por entonces ya contaba con 16.000 vol¨²menes.
- 1936. Cierre de la Residencia. En la Guerra Civil fue refugio de ni?os hu¨¦rfanos y hospital.
- 1939. Clausuran la Junta para la Ampliaci¨®n de Estudios. La Residencia pasa a depender del CSIC, que crea la Residencia Jim¨¦nez de Cisneros.
- 1943. Nuevo traslado. La biblioteca se conserv¨® en el auditorio y la llevan al reci¨¦n creado Colegio Mayor Xim¨¦nez de Cisneros en la Complutense. De los 16.000 libros que llegaron quedan 2.301.
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