Hacer la rana
Hace d¨ªas, en el Jard¨ªn de la Memoria de San Sebasti¨¢n y con autoridades de todo tipo, se inaugur¨® la labor de amalgamar el recuerdo de las v¨ªctimas del terrorismo con el de las v¨ªctimas del Batall¨®n Vasco Espa?ol, o las del GAL, o las de g¨¦nero, quitando importancia al terrorismo de ETA, pues no hubo tribunal alguno que condenara por banda organizada, ni terrorismo, ni siquiera al GAL. Mientras, se daba el inicio de la "acumulaci¨®n de fuerzas" abertzales en Lizarra.
Se acaba de presentar ante la Comisi¨®n de Derechos Humanos una nueva asociaci¨®n, Argituz, que aboga por que no haya diferencia entre v¨ªctimas de diferentes terrorismos, incluyendo como autor de terrorismo, tambi¨¦n, al propio Estado, permitiendo as¨ª en sede parlamentaria una supina confusi¨®n dirigida a la deslegitimaci¨®n del sistema democr¨¢tico. En este ambiente puede inscribirse el magnifico discurso que el lehendakari ofreciera en el mismo Parlamento respetando y acatando la sentencia del Supremo ante el rechazo de la legalizaci¨®n de Sortu. El problema es que ese discurso era perfecto si se tratara de su partido, que no es el caso, por lo que no se entiende a qu¨¦ meterse en camisa de once varas y decir lo que los l¨ªderes del nacionalismo radical no van a decir nunca. Por no hablar de las benevolentes apreciaciones hacia ese mundo de la directora de V¨ªctimas del Terrorismo, Maixabel Lasa, pues no descarta en sus declaraciones que Sortu acabe pidiendo la disoluci¨®n de ETA. Aventurada y gratuita consideraci¨®n, pues llevan muchas ocasiones perdidas sin hacerlo. Todo ello en un ambiente medi¨¢tico en el que no se ha puesto en valor el rechazo de la legalizaci¨®n de Sortu por el Supremo, sino la divisi¨®n de ¨¦ste.
Tan proclive actitud supera la mera sospecha de simpat¨ªa por algo que no es m¨¢s que el aggiornamiento forzado del brazo pol¨ªtico de ETA para salvar a ¨¦sta, de nuevo, arrastr¨¢ndonos a la repetici¨®n de pasados errores. No es entendible, de nuevo, esta actitud tan suicida de poner al escorpi¨®n sobre nuestras espaldas como la rana de la f¨¢bula. O simplemente es buena voluntad, o es coincidir con el nacionalismo, o es distanciarse de la derecha. O quiz¨¢s sea algo m¨¢s profundo: la asunci¨®n de que realmente el mundo del terrorismo vasco es una sensibilidad, una corriente tradicional vasca, que se merece favorecer para su incorporaci¨®n a la vida pol¨ªtica. Y as¨ª estaremos ofreci¨¦ndole el final del relato: la victoria.
Muchas veces nuestros pol¨ªticos nos han presentado el pragmatismo del que hacen gala como una virtud, cuando no es m¨¢s que la excusa para encubrir su ignorancia. En toda rep¨²blica existen reglas que hay que respetar, salvo que se desee su m¨¢s que traum¨¢tica alteraci¨®n, como la quiere ETA. Al final, es muy posible que ETA desaparezca por acci¨®n de la polic¨ªa, pero es muy posible tambi¨¦n que alguien est¨¦ dispuesto a pagar un precio para que la que salga victoriosa sea ella. Que avisen con tiempo, por favor, pues ese precio es la garant¨ªa de su hegemon¨ªa brutal para el futuro.
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