EE UU ha cargado hasta ahora con casi todo el peso militar
Washington solo mantendr¨¢ la 'guerra electr¨®nica'
Para que la doctrina Obama sea viable es preciso una comunidad internacional dispuesta a llenar los espacios que Estados Unidos deje en la defensa de valores o intereses colectivos. En el caso de Libia, para que el experimento de esa doctrina tenga ¨¦xito es necesario que los pa¨ªses de la OTAN que desde ma?ana asumen la responsabilidad de la operaci¨®n sean capaces de sustituir los medios que hasta ahora ha utilizado el Ej¨¦rcito de EE UU.
El Pent¨¢gono ha advertido que si se reduce la potencia de fuego ejercida sobre las tropas de Muamar el Gadafi, este podr¨ªa f¨¢cil y r¨¢pidamente recuperar el terreno perdido. Los rebeldes consiguieron avanzar gracias a la intensidad de los bombardeos de la coalici¨®n desde mar y tierra, lo que fren¨® las columnas de tanques libias y anul¨® la operatividad de sus fuerzas desde el aire.
Esa presi¨®n se logr¨® gracias al despliegue de recursos de EE UU, que ha cargado con el peso fundamental de la operaci¨®n. Seg¨²n datos de la Secretar¨ªa de Defensa norteamericana, de los 199 misiles de crucero Tomahawk usados hasta ayer, 192 fueron disparados desde barcos norteamericanos y siete por el resto de pa¨ªses de la coalici¨®n.
EE UU ha cargado con el 100% de las misiones de la llamada guerra electr¨®nica, destinada a anular las comunicaciones del enemigo, con el 80% de las misiones de espionaje y con el 75% de las maniobras de reabastecimiento en vuelo. En los primeros cinco d¨ªas, el 90% de los aviones que salieron para atacar Libia o controlar su espacio a¨¦reo eran norteamericanos.
Aviones de bajo vuelo
Esa cifra se ha ido equilibrando algo en los d¨ªas posteriores, pero todav¨ªa es del 60%. Adem¨¢s, desde el fin de semana, el Ej¨¦rcito norteamericano est¨¢ utilizando aviones de bajo vuelo AC-130 y A-10, mucho m¨¢s eficaces en la destrucci¨®n de tropas en tierra, pero m¨¢s vulnerables.
Aunque Barack Obama ha prometido que la implicaci¨®n de su pa¨ªs se reducir¨¢ considerablemente una vez que se transfiera por completo el mando a la OTAN, el Pent¨¢gono admite que todav¨ªa no se ha establecido una f¨®rmula clara sobre qu¨¦ misiones va a asumir cada pa¨ªs. EE UU est¨¢ dispuesto a continuar con las misiones de espionaje y de guerra electr¨®nica cuando ceda el mando, pero Obama ha advertido: "No ser¨¢n nuestros aviones los que patrullen el espacio a¨¦reo libio ni nuestros barcos los que vigilen el embargo de armas".
Ser¨¢ ese, por tanto, un momento clave para comprobar si la OTAN es capaz de responder a las necesidades militares. Para Obama es esencial que as¨ª ocurra. Su doctrina se vendr¨ªa por los suelos si, tras replegar sus tropas, Gadafi avanza y consolida su poder. Mayor ser¨ªa el golpe para Europa y la OTAN, que sencillamente se mostrar¨ªan in¨²tiles sin la tutela del gran socio americano.
Mantener la ayuda militar a los rebeldes es importante para conservar influencia pol¨ªtica sobre ellos. Nadie sabe bien a¨²n qu¨¦ rumbo tomar¨¢n, pero el almirante norteamericano James Stavridis, comandante supremo de la OTAN, inform¨® ayer al Congreso que se hab¨ªan detectado "gui?os" de parte de Al Qaeda.
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