Batalla por la memoria de Padilla
La casa-museo del compositor de 'Valencia' espera desde 1992 su apertura en El Cabanyal mientras un embargo saca sus bienes de su residencia de Madrid
Rondaba el a?o 1992 cuando Eugenia Montero compr¨® el Casino Mar¨ªtimo de Valencia para montar en ¨¦l una casa-museo sobre su t¨ªo, el compositor Jos¨¦ Padilla (Almer¨ªa, 1889-Madrid, 1960). Al m¨²sico, que posee el t¨ªtulo p¨®stumo de Hijo Adoptivo de la ciudad, Valencia siempre le ha estado agradecida por el pasodoble incluido en su zarzuela La bien amada, que ha llevado el nombre de Valencia por el mundo entero.
Pero la casa-museo de Valencia lleva a?os esperando a que se solucionen los problemas de Madrid, donde la casa musealizada en la que muri¨® el compositor est¨¢ siendo embargada por orden judicial desde el lunes a causa de un cr¨¦dito impagado de su sobrina. Montero pidi¨® dinero a unos prestamistas hace ahora dos a?os para preparar los actos del cincuentenario de Padilla. "El monto de la deuda acumulada, el principal y los intereses, asciende a 1.080.000 euros
Se cree que unos 'okupas' se llevaron sus muebles del Casino Mar¨ªtimo
[el pr¨¦stamo fue de 225.000]", confiesa Montero, que est¨¢ viendo "desolada" c¨®mo se llevan los objetos de su t¨ªo, incluido el valioso piano franc¨¦s de la casa Pleyel. 71 folios de inventario que engloban toda la obra autografiada de Padilla, tratados de m¨²sica del siglo XVIII y sus objetos personales.
En otras ocasiones en que se ha intentado ejecutar el embargo de la casa de Madrid, el Ministerio de Cultura y el Gobierno regional han enviado escritos de petici¨®n para que se reconsiderase el traslado de los objetos. Pero esta vez, las instituciones no han llegado a tiempo. Adem¨¢s, a pesar de ser una casa-museo y tener una placa en la puerta de la Unesco, que reconoci¨® en 1989 la m¨²sica del maestro Padilla como Patrimonio Universal, el edificio no est¨¢ declarado como Bien de Inter¨¦s Cultural, por lo que no goza de una protecci¨®n especial.
Montero asegura que nunca hab¨ªa tenido problemas econ¨®micos hasta 2009, por lo que en 1992 no dud¨® en comprar la casa de El Cabanyal. La ¨²nica relaci¨®n de Padilla con Valencia, seg¨²n Montero, se remonta "a una novia valenciana" que tuvo el compositor. Nunca vivi¨® en la ciudad -naci¨® en Almer¨ªa, vivi¨® en Buenos Aires, estudi¨® en Par¨ªs, muri¨® en Madrid-, pero escribi¨® una suite dedicada al Mediterr¨¢neo.
El Casino Mar¨ªtimo era un edificio en estado de abandono, que la propia Montero restaur¨® con su dinero para instalar all¨ª "un centro de estudios internacional de Jos¨¦ Padilla". No pidi¨® ayudas ni subvenciones. Sin embargo, unos okupas del colectivo Malas Pulgas se instalaron en el edificio en el a?o 2000 y, cuando fueron desalojados por la polic¨ªa dos a?os despu¨¦s, se encontraron con un panorama desolador. Fuentes de la investigaci¨®n revelaron que los frescos y las paredes estaban cubiertos de grafitis, la escalera de m¨¢rmol muy da?ada y los muebles que hab¨ªa llevado Montero a la casa para empezar a montar el museo hab¨ªan desaparecido. No quedaba ni rastro del comedor de principios del siglo XX, ni estaban los cuadros del XIX ni el valioso piano Bulow. A¨²n se desconoce el paradero de estos objetos.
Montero defiende al compositor mientras los proyectos que ide¨® para preservar su memoria penden de un hilo. "Un grupo de japoneses est¨¢ haciendo gestiones para que el museo valenciano de Padilla abra sus puertas lo antes posible", comenta. En el caso de la casa de Madrid, habr¨¢ que esperar. Padilla, adem¨¢s de escribir Valencia, es autor de ?a c'est Paris, conocida como la Marsellesa de los parisienses, y de la Estudiantina portuguesa que cantaban los j¨®venes durante la Revoluci¨®n de los claveles. Otra obra, La violetera, apareci¨® en la pel¨ªcula Luces de la ciudad de Charles Chaplin sin ni siquiera una menci¨®n en los cr¨¦ditos. Padilla llev¨® a Chaplin a los tribunales y le gan¨® la partida.
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