Trazos de un Madrid vibrante y bullicioso

Alfredo, Miguel Navia y Juan Berrio pertenecen a tres generaciones distintas de ilustradores, pero est¨¢n de acuerdo en una cosa: hay demasiados estorbos que nos impiden ver la ciudad. En este caso Madrid, que es la que han retratado en los tres libros de dibujos que se presentaron ayer en la librer¨ªa Rafael Alberti bajo el sello de la editorial Treseditores. La soluci¨®n a este problema es sencilla. "Lo bueno de los dibujantes es que lo que nos molesta lo movemos", explica Berrio.

Cada uno ha retratado una zona bulliciosa y vibrante de la capital: la Gran V¨ªa, la plaza de Cibeles y El Rastro. El reto consiste en hacerlo solo con el dibujo, prescindiendo del texto, algo que para el veterano Alfredo (Asturias, 1933) no supone un gran problema a la hora de retratar El Rastro. "Mi hilo conductor no es discreto, es un se?or vestido de rojo, que soy yo mismo", confiesa el ilustrador, que a estas alturas de su carrera cree que el pr¨®ximo paso es realizar una versi¨®n ilustrada de sus memorias. Su trazo irregular quiere reflejar un Rastro en continuo movimiento, ca¨®tico. "No veo otra manera de dibujar una ciudad que haci¨¦ndolo bas¨¢ndome en mi experiencia gr¨¢fica", explica el dibujante, que no se ha inspirado en nada particularmente para retratar el bullicio dominguero.

Los artistas creen que hay demasiados estorbos que no nos dejan ver la ciudad

Quien si ha bebido de las fuentes cinematogr¨¢ficas para retratar la Gran V¨ªa ha sido Miguel Navia (Madrid, 1980). "Estoy muy influenciado por el cine cl¨¢sico espa?ol, como el de Fernando Fern¨¢n G¨®mez, por el Madrid de Un domingo de carnaval", explica el m¨¢s joven de los tres ilustradores, que vivi¨® desde los cinco hasta los 25 en una perpendicular de la Gran V¨ªa. Ahora que le ha tocado ilustrar la grandiosa avenida madrile?a, vive en Toledo.

"He intentado hacer una Gran V¨ªa que no sea la de ahora, sino que la he construido con los recuerdos que tiene mi abuela de la guerra", explica. Por eso su representaci¨®n es la de una calle con los neones de Nueva York, una arquitectura esplendorosa en un Madrid en decadencia y un aire de misterio que recuerda a la Sin City de Frank Miller. Agradece que sea en blanco y negro, porque si fuera en color, cree que en la Gran V¨ªa "tiene una aglomeraci¨®n de pl¨¢sticos y pastiches que es un horror", aunque cree que bien mirado, "todo es atractivo".

Juan Berrio (Valladolid, 1964) es el mejor representante de esta visi¨®n dulcificada de la capital. "Mi Cibeles es la m¨¢s movida, llena de gente de paso, marquesinas y autobuses", explica el vallisoletano, que dice sentirse madrile?o. Ha pintado un palacio de Cibeles en tonos celestes en el que los detalles son una de sus firmas. "A veces meto un p¨¢jaro, un personaje o a m¨ª mismo. Que el lector, cuando pasen los a?os, pueda volver a abrir el libro y descubrir un detalle que antes no hab¨ªa visto", explica. Despu¨¦s de este libro, seguir¨¢ retratando Madrid. Su versi¨®n ilustrada de la plaza de Oriente saldr¨¢ en noviembre, y luego quiere atreverse con la Puerta del Sol.

En cuanto al papel del ilustrador, creen que ya es hora de que se independice del texto y empiece a buscar fortuna solo. "La gente nos llama a veces pintores, porque no sabe lo que es un ilustrador", comenta Alfredo, a lo que Navia le responde: "Creo que estamos mejor vistos, pero a¨²n nos queda bastante. En algunos sitios te ponen unas condiciones...".