El tipo que daba m¨¢s miedo que Gadafi
Musa Kusa dirigi¨® durante 15 a?os los servicios secretos a la sombra del dictador
Musa Imhimid Kusa, nacido en 1948, ha desarrollado casi toda su carrera pol¨ªtica a la sombra de Muamar el Gadafi. Considerado en tiempos la mano derecha del coronel, o una de sus muchas manos derechas, ciment¨® su influencia durante los 15 a?os que pas¨® al frente de los servicios secretos de Libia. El cambio geoestrat¨¦gico que supusieron los atentados del 11 de septiembre de 2001 llevaron a Kusa a convertirse en uno de los principales promotores del acercamiento de Libia a Occidente. Un cambio estrat¨¦gico del que dicen que Gadafi siempre recel¨® y que acept¨® solo a rega?adientes. Y que a la larga parece estar en el origen de un creciente alejamiento mutuo que ahora se ha plasmado en pura y simple deserci¨®n.
Los papeles del Departamento de Estado filtrados por Wikileaks dibujan a Kusa como un pragm¨¢tico, deseoso de no provocar a Occidente e inc¨®modo con las intransigencias de Gadafi y algunos de sus desaf¨ªos m¨¢s innecesarios. Un Kusa que ronda ya entonces los 60 y que se parece muy poco al ardoroso estudiante que a principios de los a?os setenta entrevist¨® a Gadafi para su trabajo final en el m¨¢ster de Sociolog¨ªa que curs¨® en la Universidad de Michigan. "Era un tipo muy brillante", recuerda en el diario Los Angeles Times el entonces tutor de la tesis y ahora responsable del Departamento de Sociolog¨ªa, Christopher K. Vanderpool. "Lo habr¨ªa hecho muy bien si hubiera querido ser profesor de planificaci¨®n social".
Pero Musa Kusa rechaz¨® las ofertas de realizar un doctorado en Michigan y prefiri¨® volver a la Libia del coronel Gadafi y empezar su carrera pol¨ªtica como responsable de seguridad en las embajadas libias en Europa, convirti¨¦ndose en el embajador en Londres en 1980. Una etapa que ser¨ªa muy breve. Unas declaraciones suyas afirmando su admiraci¨®n por los terroristas del IRA y una entrevista en The Times en la que expres¨® su apoyo al asesinato de exiliados libios en Reino Unido, provocaron su expulsi¨®n.
De nuevo en Tr¨ªpoli, se convirti¨® en director del Centro Mundial de Resistencia contra el Imperialismo, un instrumento que intentaba exportar la revoluci¨®n de Gadafi a otros pa¨ªses. A finales de los ochenta ascendi¨® a n¨²mero dos del espionaje libio, la Organizaci¨®n de Seguridad Exterior. Algunos servicios de inteligencia creen que en ese periodo Musa Kusa ide¨® o apoy¨® varios atentados libios en el exterior, como el avi¨®n de Pan Am que estall¨® sobre Lockerbie, la voladura de un avi¨®n franc¨¦s en el cielo de N¨ªger o el atentado con bomba en una discoteca en Alemania.
Tras un breve periodo como n¨²mero dos de Exteriores, Kusa alcanz¨® en 1995 la cima de los servicios de inteligencia, una inmensa atalaya de poder que mantuvo durante 15 a?os, hasta que en 2009 fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores.
Lo que parece un ascenso, un cargo pol¨ªtico de relevancia p¨²blica, puede ser tambi¨¦n una prueba de su alejamiento de la sombra que m¨¢s le cobijaba: la de Gadafi. Los acuerdos por los que Libia dej¨® de ser un pa¨ªs paria a cambio de renunciar a su programa de armamento nuclear y entregar a los sospechosos del atentado de Lockerbie parecen haber minado la relaci¨®n con el coronel.
Las posteriores negociaciones para trasladar a Libia desde una c¨¢rcel de Escocia al ¨²nico condenado por el atentado de Lockerbie, Abdel Basset al Megrahi, le permitieron conectar directamente con los servicios de inteligencia brit¨¢nicos, y de hecho estuvo dos veces en Escocia durante esas negociaciones. Aquel v¨ªnculo puede haber facilitado ahora su huida a Reino Unido.
Su distanciamiento del coronel qued¨® patente en una cumbre internacional en diciembre, cuando se ve¨ªa a menudo a Kusa fumando por los pasillos, sin poder acceder a la sala en que Gadafi estaba encerrado con su familia y su c¨ªrculo m¨¢s pr¨®ximo. O los rumores de que ha tenido dos enfrentamientos graves con hijos del l¨ªder libio y que en uno de ellos uno de los hijos le abofete¨® en p¨²blico. O la an¨¦cdota relatada por un corresponsal de la BBC, que cree haber visto a un Kusa m¨¢s humano y accesible en sus ¨²ltimos a?os al frente de la inteligencia.
Un Kusa muy distinto del que conoci¨® Jim Swire, padre de una de las v¨ªctimas de Lockerbie, en un viaje a Tr¨ªpoli en 1998. "Era un hombre que daba mucho miedo, daba m¨¢s miedo que el propio Gadafi. Estaba claro que era ¨¦l quien lo manejaba todo", declar¨® ayer.
Bajas diplom¨¢ticas
Desde que se iniciaron las protestas en Libia las deserciones de pol¨ªticos y diplom¨¢ticos se han sucedido como muestra de desafecto hacia el r¨¦gimen de Gadafi.
- Ali Abdusalam Treki. El embajador ante la ONU renunci¨® ayer a su cargo en El Cairo en protesta por la "espiral de sangre" del pa¨ªs.
- Abu Zayd Durda. El jefe de la inteligencia libia decidi¨® huir ayer a T¨²nez.
- Estados Unidos. El embajador, Ali Aujali, comunic¨® el 22 de febrero que no seguir¨ªa representando al r¨¦gimen de Gadafi.
- Australia. Toda la embajada rompi¨® relaciones con el s¨¢trapa el 22 de febrero.
- China. Un diplom¨¢tico dimiti¨® y llam¨® a todos los miembros del servicio exterior a hacer lo mismo.
- India. Ali el Esaui, embajador en India, renunci¨® a su puesto en protesta por la violencia ejercida por el r¨¦gimen.
- Suecia. El embajador en Estocolmo decidi¨® oponerse a Gadafi el mes pasado.
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