EE UU no descarta el env¨ªo de armas para ayudar a los insurgentes libios
Agentes de la CIA recaban informaci¨®n sobre el terreno desde hace varios d¨ªas
Estados Unidos est¨¢ recabando informaci¨®n sobre el terreno en Libia para conocer m¨¢s a fondo a los rebeldes y decidir cu¨¢l es la mejor forma de ayudarles a derrocar a Muamar el Gadafi. La Casa Blanca inform¨® ayer al respecto de que no se ha tomado ninguna decisi¨®n sobre suministrarles armamento, pero que esta es una de las opciones que est¨¢n siendo consideradas puesto que es una medida compatible con la resoluci¨®n aprobada hace dos semanas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
El portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, confirm¨® que ayer el mando de la operaci¨®n militar en Libia fue formal y completamente transferido a la OTAN. Estados Unidos no participa ya en el ataque desde aviones o barcos contra las tropas de Muamar el Gadafi, pero sigue apostando por la ca¨ªda del dictador libio, como desde hace tiempo viene diciendo Barack Obama.
Los experimentos de armar a la oposici¨®n en Afganist¨¢n fueron desastrosos
Se ha llegado pues a un punto en el que la participaci¨®n puramente militar pasa a un segundo plano y hay que buscar otros instrumentos para hacer buena la palabra del presidente. Uno de esos instrumentos es el de la presi¨®n diplom¨¢tica, probablemente ya agotada. Otro es el de la presi¨®n econ¨®mica, ya utilizada y de escasos resultados a corto plazo. El tercero es el de conseguir que los rebeldes tengan la organizaci¨®n y la fuerza necesarias para lograr la victoria.
Existir¨ªa un cuarto instrumento, el del env¨ªo de fuerzas militares terrestres para abrir el paso a la oposici¨®n hasta Tr¨ªpoli. Pero esta es una opci¨®n expresamente descartada por Obama desde el principio y ayer mismo rechazada de nuevo por el secretario de Defensa norteamericano, Robert Gates. Preguntado durante una comparecencia en el Congreso si habr¨ªa tropas en Libia, Gates contest¨® tajantemente: "No mientras yo est¨¦ en este puesto". Probablemente Gates, cuyo paso por esta Administraci¨®n siempre se vio como temporal, no va a estar en el Pent¨¢gono hasta las pr¨®ximas elecciones, pero es dif¨ªcil que Estados Unidos cambie de opini¨®n sobre este aspecto con Gates o sin Gates en el Gobierno.
Todos los esfuerzos en Libia est¨¢n centrados, por tanto, en la asistencia a los rebeldes. Como han admitido en la prensa norteamericana fuentes oficiales, ya est¨¢n desde hace varios d¨ªas agentes de la CIA en Libia recolectando informaci¨®n, y el presidente Obama ha firmado una orden autoriz¨¢ndoles a prestar ayuda a los sublevados.
Fuera de eso, todo es una gran nebulosa, empezando por la constituci¨®n misma de lo que llamamos "los rebeldes". Durante su presencia esta semana en Londres en la conferencia internacional sobre Libia, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, admiti¨® que "la oposici¨®n [libia] ha demostrado un compromiso con la democracia y un compromiso muy fuerte con un amplio espectro del pueblo libio, pero no tenemos ninguna informaci¨®n espec¨ªfica sobre individuos concretos o sobre alguna organizaci¨®n que forme parte de este movimiento".
Es decir, no saben pr¨¢cticamente nada. Gadafi dijo al principio de este alzamiento que sus enemigos estaban infiltrados por Al Qaeda. Algunos responsables militares norteamericanos han encontrado tambi¨¦n ciertos indicios de que el extremismo religioso puede estar intentando aprovecharse del caos en Libia. Periodistas en la zona retratan frecuentemente una visi¨®n m¨¢s positiva de los rebeldes. Pero, en general, no existe en Washington una visi¨®n clara de los grupos a los que se ayuda para derrocar a Gadafi.
Esa es la primera misi¨®n de los servicios de inteligencia sobre el terreno, conocer a los l¨ªderes de la oposici¨®n, sus prop¨®sitos y su causa, a fin de decidir hasta qu¨¦ punto puede EE UU involucrarse en su destino. Otros experimentos de armar a la oposici¨®n, ¨²ltimamente en Afganist¨¢n, resultaron desastrosos, y Obama no quiere repetir ese error.
Por las declaraciones o¨ªdas ayer a los portavoces de la Administraci¨®n, da la impresi¨®n de que esa baza, la de entregar armas a los rebeldes, parece a¨²n bastante lejana. "Lo que m¨¢s necesita la oposici¨®n en estos momentos es alg¨²n entrenamiento, mando, control y organizaci¨®n", declar¨® Gates en el Congreso.
Gates, al igual que Carney, insistieron, adem¨¢s, en que Estados Unidos no quiere salirse, al dar los pr¨®ximos pasos, del marco de la coalici¨®n internacional creada en torno a la resoluci¨®n de la ONU. El portavoz de la Casa Blanca explic¨® que su Gobierno entiende que el texto de esa resoluci¨®n, que permite el uso de "todos los medios necesarios" para proteger a los civiles, servir¨ªa para armar a los rebeldes, pero a?adi¨® que Estados Unidos no lo har¨¢ de forma unilateral. "El presidente quiere actuar junto con la coalici¨®n", dijo Carney.
Gates fue a¨²n m¨¢s lejos al afirmar que la asistencia que hay que prestar a la oposici¨®n libia "no es algo que pueda hacer ¨²nicamente Estados Unidos; otros pueden hacerlo y, por lo que a m¨ª respecta, deber¨ªan hacerlo".
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