El gran saqueo
En 2005 se estren¨® el documental Enron, los tipos que estafaron a Am¨¦rica. Se analizaba el gigantesco fraude que hab¨ªa supuesto la que hasta un lustro antes fue la mayor suspensi¨®n de pagos de la historia de EE UU, la de la empresa energ¨¦tica Enron, de extraordinarias vinculaciones con la familia Bush. Esa estafa fue, como supimos m¨¢s adelante, un ensayo general con todo de la mayor crisis econ¨®mica desde la Gran Depresi¨®n.
En Enron, los tipos... estaban casi todos los elementos de lo que poco despu¨¦s lleg¨® al paroxismo: el enga?o continuo, la avaricia desmedida, la contabilidad creativa como un fraude, las actividades fuera de balance, los conflictos de intereses de los bancos de negocios y empresas auditoras que actuaban a la vez como juez y parte, la ineficiencia (en el mejor de los casos) o la complicidad con la mentira (en el peor) de las agencias de calificaci¨®n de riesgos, los bonus desaforados a directivos que en lo ¨²nico que pensaban era en la "creaci¨®n de valor" (subir la cotizaci¨®n en la Bolsa) sin importarles la calidad de los servicios que deb¨ªan proporcionar, las continuas pasarelas entre el poder econ¨®mico y el poder pol¨ªtico, etc¨¦tera.
'Inside job' es un documental porno sobre los intereses financieros que el poder pol¨ªtico protege
Un sexenio m¨¢s tarde acaba de estrenarse otro documental complementario del anterior: Inside job, que desarrolla la Gran Recesi¨®n actual. Esta vez, Inside job -que est¨¢ todav¨ªa en algunos cines, aunque haya que buscarla con un candil dada la insuficiencia de copias- obtuvo el Oscar al mejor documental en la ¨²ltima edici¨®n. Con el mismo formato cartesiano de Enron... abunda, con un estilo muy pedag¨®gico, en lo que nos ha ocurrido desde el verano de 2007. Y lo hace desde el interior del capitalismo, desde el coraz¨®n del sistema. El resultado es pornogr¨¢fico. Desde los or¨ªgenes de la crisis en la desregulaci¨®n propiciada por Reagan y Thatcher (que profundiz¨® el dem¨®crata Clinton) hasta los planes de rectificaci¨®n de Obama, protagonizados en muchos casos por los mismos que antes defendieron y practicaron lo contrario. Hay momentos irrisorios en los que parece que el ¨²nico responsable de todo fue Greenspan, el anterior presidente de la Reserva Federal.
Id¨¦ntico papel, multiplicado por mil, de los lobbys desreguladores, bancos de negocios, analistas corruptos, agencias de calificaci¨®n, organismos reguladores demediados en sus efectivos y descre¨ªdos de su funci¨®n, productos derivados opacos e inentendibles, calificados ahora como "armas de destrucci¨®n masiva", etc¨¦tera. Si hubiera que destacar algunas novedades, se pod¨ªan describir dos: apenas nadie ha pagado por sus desmanes y abusos con la c¨¢rcel y se ha salvado, con el dinero de los ciudadanos, tanto a los bancos como a los banqueros. Y segundo, el conflicto de intereses se ha desparramado a la acci¨®n de muchos economistas que, figurando en sus tarjetas como expertos acad¨¦micos independientes, estaban trabajando al mismo tiempo -sin desvelarlo- para los depredadores.
Sin ser revolucionaria, ni en el contenido ni en la forma cinematogr¨¢fica, Inside job es imprescindible. No permitan que pase desapercibida.
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