Franco Quadri, el cr¨ªtico teatral m¨¢s influyente de Italia

En sus 24 a?os como cr¨ªtico teatral del diario La Repubblica, Franco Quadri fue amado y odiado a la vez, exaltado como can¨®nico y denostado por parcialidad. Pero nadie del sector dejaba de comprar el diario muy temprano para leerle. Quadri, fallecido el 26 de marzo, fue para muchos la figura intelectual m¨¢s influyente de la escena italiana de los ¨²ltimos decenios y una de las m¨¢s destacadas en Europa.

Nacido en Mil¨¢n el 16 de mayo de 1936 en el seno de una prominente familia de la burgues¨ªa milanesa, el ensayista fue director del sector teatral de la Bienal de Venecia entre 1983 y 1986. Dio un giro radical a la programaci¨®n e introdujo en Italia a la core¨®grafa y directora alemana Pina Bausch. Poseedor de una gran cultura prism¨¢tica y de una demostrada autoridad, el cr¨ªtico, que hab¨ªa estudiado derecho en la Universidad de Mil¨¢n, era muy consciente de un papel que no estuvo ajeno a grandes y sonadas pol¨¦micas.

Sus ensayos sobre Robert Wilson, Jean Genet o Pina Bausch se consideran literatura de an¨¢lisis imprescindibles, tanto como sus traducciones de Samuel Beckett. Ya siendo un inquieto joven de izquierdas, antes de cumplir los 30 a?os, se convierte en cr¨ªtico de la revista teatral Sipario [tel¨®n], de la que llegar¨¢ a ser jefe de Redacci¨®n, usando sus columnas como una tribuna revulsiva sobre el acomodaticio y aburguesado teatro convencional y llamando la atenci¨®n sobre las nuevas formas experimentales.

Entre 1967 y 1987 fue el cr¨ªtico de la revista semanal Panorama, donde convirti¨® la p¨¢gina de teatro en una referencia. Ide¨® el anuario teatral Patalogo, donde registr¨® fielmente los grandes cambios en la escena italiana. A su tes¨®n se debi¨® tambi¨¦n la creaci¨®n de la ?cole des Ma?tres y presidi¨® el jurado del Premio Riccione entre 1995 y 2007.

Fund¨® Ubulibri en 1971 y cre¨® el Premio Ubu en 1979. Tambi¨¦n escribi¨® para el diario franc¨¦s Le Monde y a mediados de los a?os ochenta provoc¨® una verdadera revoluci¨®n al defender el inevitable regreso al teatro de texto despu¨¦s de los circunloquios que lo hab¨ªan desterrado.

Entre sus libros destacan El rito perdido (1973), dedicado a Luca Ronconi; los dos vol¨²menes de obligada consulta de La Vanguardia Teatral Italiana (1982) y, sobre todo, Invenci¨®n de un nuevo teatro (1984). Tras su muerte, Ronconi escribi¨® en La Repubblica: "Art¨ªsticamente nac¨ª con Franco Quadri. Y de mis primeros a?os de director debo mucho a su coraje. ?l invent¨® un rol del cr¨ªtico que no exist¨ªa antes como tal y entend¨ªa era necesario".