Los ¨²ltimos amigos de Gadafi
La Uni¨®n Africana, impulsada y financiada por el coronel, puede ser su refugio
El 19 de marzo de 2008, Muamar el Gadafi viaj¨® a Kampala, en Uganda, para inaugurar la mayor mezquita del ?frica subsahariana, capaz de albergar a 30.000 fieles. La pag¨® Libia y se llama Mezquita Nacional Gadafi. El coronel organiz¨® el acto a su manera. Pag¨® el viaje en avi¨®n a docenas de jefes tribales y l¨ªderes religiosos desde pa¨ªses tan lejanos como Pakist¨¢n o Malasia; flet¨® un vuelo especial para 80 periodistas egipcios, habl¨® una hora ante 10.000 personas.
Como en la mezquita de Kampala, Gadafi ha ido diseminando dinero en los ¨²ltimos 20 a?os por 21 pa¨ªses del continente para invertir en negocios y proyectos muy dispares (desde el sector de las telecomunicaciones a la hosteler¨ªa o la agricultura) mientras forjaba alianzas y ganaba notoriedad e influencia en ?frica. Tambi¨¦n ha sembrado recelos. La Uni¨®n Africana (UA), en cuya creaci¨®n hace una d¨¦cada Gadafi desempe?¨® un papel decisivo, es el marco pol¨ªtico en el que ha desplegado su liderazgo, aunque con resultados ambivalentes. Tanto como la postura de la UA ante la decisi¨®n de la ONU de intervenir en Libia.
Amenazado por la comunidad internacional y por los rebeldes de su pa¨ªs, el coronel se ha encontrado con una UA vacilante y dividida. La organizaci¨®n como tal ha expresado su rechazo hacia la resoluci¨®n 1973, pero los tres pa¨ªses de la UA que est¨¢n en el Consejo de Seguridad de la ONU, Sud¨¢frica, Nigeria y Gab¨®n, han votado a favor de la zona de exclusi¨®n a¨¦rea. La UA tambi¨¦n se ofreci¨® como mediadora entre los insurrectos libios y Gadafi. Como muestra de lealtad al coronel, rechaz¨® acudir a la cumbre de Londres y convoc¨® una reuni¨®n con representantes de Libia, Rusia, China, EE UU y Francia en Adis Abeba. Los rebeldes no acudieron. La UA present¨® una hoja de ruta para formar un Gobierno de transici¨®n, convocar elecciones y emprender reformas democr¨¢ticas.
Ahora que Londres busca la salida de Gadafi y que se est¨¢ negociando con Libia, quiz¨¢ la UA pueda prestar alguna ayuda para encontrar un pa¨ªs que acoja al coronel. La semana pasada Uganda dijo, a trav¨¦s de su ministro de Exteriores, "que considerar¨ªa la petici¨®n de asilo de Gadafi como har¨ªa con cualquier otro". Un diplom¨¢tico italiano tambi¨¦n dijo a Efe, tras la conferencia de Londres, que "solo la UA puede convencer a Gadafi para que acepte el exilio".
El coronel ha pedido ayuda a algunos pa¨ªses africanos. Son sus ¨²ltimos amigos, en los que se ha volcado desde hace a?os. El viraje de su pol¨ªtica exterior hacia el panafricanismo fue germinando en los noventa despu¨¦s de que los l¨ªderes ¨¢rabes, a los que hab¨ªa estado tan unido, le dieran la espalda cuando la ONU sancion¨® a Libia por su responsabilidad en el atentado de Lockerbie. Gadafi fue tejiendo sus ambiciones en el continente con la voluntad panafricanista de varios presidentes. De paso, era una manera de soltar el lastre de la poco operativa Organizaci¨®n para la Uni¨®n Africana (OUA), progresivamente desacreditada desde su fundaci¨®n en 1963 en pleno fervor anticolonialista, y conocida como el "club de los dictadores".
El 9 de septiembre de 1999, el coronel organiz¨® una reuni¨®n de los 53 pa¨ªses de la OUA en su ciudad natal, donde se firm¨® la Declaraci¨®n de Sirte, el embri¨®n de la actual Uni¨®n Africana. Tres a?os despu¨¦s se formaliz¨® el nacimiento de la UA para impulsar la integraci¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica de los 53 pa¨ªses, con una arquitectura vagamente inspirada en la UE.
Gadafi ha hecho por la UA mucho m¨¢s que impulsar su creaci¨®n y desarrollo pol¨ªtico. "Libia ha sufragado una parte desproporcionada de sus costes. Adem¨¢s del 15% que aporta en su nombre, ha pagado la suscripci¨®n de una docena de pa¨ªses que, de otro modo, ser¨ªan morosos. Al a?o, Libia ha financiado entre el 20% y el 30% del presupuesto total de la UA", explica Peter J. Pham, director del Centro Africano Michael S. Ansari del Atlantic Council. En 2004 el presupuesto fue de 43 millones de d¨®lares.
Esta especie de mecenazgo explica, en parte, la oposici¨®n de la UA a la intervenci¨®n en Libia. Adem¨¢s, a trav¨¦s del fondo estatal Libyan Arab African Investment Company (Laaico), Gadafi ha colocado dinero en 20 pa¨ªses. Tiene la mitad de las acciones en una empresa de minas de diamantes en la Rep¨²blica Centroafricana; un complejo de villas de lujo en Zambia; controla la mitad de una empresa de pozos de agua para la agricultura en Etiop¨ªa; bienes inmuebles en Liberia; una planta de agua mineral, una empresa textil y un complejo comercial y residencial en Chad, terrenos para viviendas en Sud¨¢frica, un hotel de cinco estrellas y el 40% de una cadena hotelera, seg¨²n la web de Laaico.
Con el prop¨®sito de "contribuir al desarrollo de los pa¨ªses africanos", la Lap Green Network (rama del Libya-Africa Investment Portfolio, del Gobierno libio) se ha expandido con rapidez en las telecomunicaciones, desde 2006, en N¨ªger, Ruanda, Uganda, Costa de Marfil, Sierra Leona, Sud¨¢n, Chad y Togo.
Estas inversiones tambi¨¦n han calado en la calle. La semana pasada hubo manifestaciones a favor del coronel en Kampala, cuenta Frederick Golooba-Mutebi, investigador del Makerere Institute of Social Research en Uganda. "Son puestos de trabajo. La gente ve a Gadafi como uno de los nuestros y rechaza la intervenci¨®n extranjera", explica. Pero en su conversi¨®n al panafricanismo, Gadafi cometi¨® un error que cre¨® un fuerte recelo en miembros de la UA. Se entusiasm¨® demasiado con la causa. Busc¨® un papel hegem¨®nico en ?frica. En 2008, junt¨® a 200 jefes tribales de toda ?frica y se hizo coronar "rey de reyes". Dada la complejidad de las relaciones de Gadafi con los pa¨ªses de la Uni¨®n, no es dif¨ªcil comprender el poco ¨¦xito de la UA, de momento, para adoptar una postura decidida y mediar ante la intervenci¨®n en Libia.
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