Al Qaeda aprovecha el vac¨ªo de poder
La mayor preocupaci¨®n de Estados Unidos y de Arabia Saud¨ª ante la marcha de Ali Abdal¨¢ Saleh es desde el principio Al Qaeda en la Pen¨ªnsula Ar¨¢biga (AQPA). La posibilidad de que ese grupo terrorista aproveche el vac¨ªo de poder para hacerse con el control de parte de Yemen ha modulado sin duda las declaraciones del Departamento de Estado de EE UU respecto a una transici¨®n pac¨ªfica.
De hecho, Al Qaeda ya se est¨¢ beneficiando de la actual crisis. Sus combatientes han aumentado los ataques contra las fuerzas de seguridad en las ¨²ltimas semanas. Incluso han tomado el control de algunas poblaciones como ocurri¨® el domingo 27 de marzo en Yaar, donde asaltaron un polvor¨ªn que al incendiarse mat¨® a un centenar de personas. Y, cuanto m¨¢s se debilite el r¨¦gimen, mayor es el riesgo de que el grupo incremente el nivel y la frecuencia de su desaf¨ªo.
The New York Times informaba ayer de que "las operaciones antiterroristas en Yemen se han paralizado". Seg¨²n las fuentes diplom¨¢ticas y de los servicios secretos consultadas por el diario, eso permite que Al Qaeda "opere con mayor libertad en el pa¨ªs y planee m¨¢s ataques contra Europa y Estados Unidos".
Entre sus ¨²ltimas actividades destacan los atentados fallidos del terrorista de los calzoncillos, que intent¨® hacer estallar un avi¨®n sobre Detroit el 25 de diciembre de 2009, y de los cartuchos de tinta cargados de explosivos enviados a Chicago en octubre pasado a trav¨¦s de servicios de correo urgente. En agosto de 2009, uno de sus suicidas trat¨® de asesinar al pr¨ªncipe Mohamed bin Nayef, que dirige la lucha antiterrorista en Arabia Saud¨ª. Dos a?os antes, AQAP mat¨® a ocho turistas espa?oles y a sus dos conductores yemen¨ªes en Maareb.
Una de las cuestiones clave para la transferencia de poder que ahora se negocia es saber qui¨¦n va a hacerse cargo de las agencias de seguridad y de lucha contra el terrorismo. Ahora est¨¢n en manos del hijo y tres sobrinos de Saleh, pero los manifestantes por el cambio exigen que adem¨¢s del presidente tambi¨¦n cesen todos sus familiares. EE UU, que ha entrenado y equipado a esos cuerpos de ¨¦lite, se quedar¨ªa sin sus interlocutores habituales. La inc¨®gnita sobre su reemplazo a?ade otro elemento de incertidumbre.
Sin embargo, durante sendas entrevistas mantenidas en San¨¢ el pasado febrero, los l¨ªderes de los dos principales partidos de oposici¨®n desestimaron esas inquietudes. Tanto Abdulwahab al Anisi, del islamista Islah, como Yasin Said Nauman, del Partido Socialista, coincidieron en que Saleh ha manipulado el problema terrorista en su propio beneficio y que su salida de escena no lo agravar¨ªa sino que es la condici¨®n necesaria para erradicarlo.
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