Europa sale al asalto
Ante Phil Mickelson y el impredecible Tiger Woods, los europeos reclaman con fuerza su primera victoria desde 1999, cuando gan¨® Olaz¨¢bal
Seve Ballesteros est¨¢ presente en Augusta. En ese plato de paella que Phil Mickelson, el ¨²ltimo ganador, sirvi¨® en honor del genio c¨¢ntabro y del golf espa?ol en la tradicional cena de los campeones previa al Masters. Tambi¨¦n est¨¢ en Augusta, ¨¦l en cuerpo y alma, Chema Olaz¨¢bal, el ¨²ltimo europeo que se llev¨® de Georgia la chaqueta verde. Los dos espa?oles, dobles ganadores los dos del primer grande del a?o, han sido evocados como la fuente de inspiraci¨®n para los golfistas europeos. Un gran p¨®ster de ambos presidi¨® en el vestuario la conquista de la ¨²ltima Copa Ryder frente a los estadounidenses. Seve anim¨® a la tropa por tel¨¦fono y Chema ejerci¨® de vicecapit¨¢n y l¨ªder espiritual.
Con Kaymer al frente, cinco de los siete primeros del mundo son del Viejo Continente
Las buenas vibraciones de los campeones son reclamadas ahora en Augusta para acabar con una larga maldici¨®n. Desde el triunfo del vasco en 1999, ning¨²n europeo gana el Masters. Y el Viejo Continente siente que ha llegado el momento de reverdecer los laureles de dos d¨¦cadas m¨¢gicas -entre 1980 y 1999 hubo 11 victorias de Europa-. Los golfistas europeos han volteado el status quo de la clasificaci¨®n mundial. Donde antes mandaban Tiger Woods y Mickelson ordenan ahora el alem¨¢n Martin Kaymer y los ingleses Lee Westwood y Luke Donald y aprietan los norirlandeses Rory McIlroy y Graeme McDowell. Cinco golfistas entre los siete primeros del mundo son europeos. Kaymer y McDowell ganaron sendos grandes el a?o pasado. Ya no hay complejo de inferioridad. Ni siquiera en Augusta.
"El golf europeo vive un gran momento. No solo por su calidad, sino tambi¨¦n porque hay jugadores muy j¨®venes", dice Olaz¨¢bal con el aire de orgullo que le otorga ser el capit¨¢n de esta excelente camada en la Ryder de 2012. El momento solo es comparable al de marzo de 1992, cuando el gal¨¦s Ian Woosnam, el ingl¨¦s Nick Faldo, Ballesteros y ¨¦l mismo dominaban. Y abre el abanico para acabar con la sequ¨ªa en Augusta. El Masters que hoy comienza es el m¨¢s abierto desde hace muchas primaveras. Seis de los siete primeros del mundo pueden acabar el domingo como n¨²mero uno (Kaymer, Westwood, Donald, Mickelson, McDowell y, s¨ª, tambi¨¦n Woods), un aperturismo ins¨®lito desde que apareci¨® en escena El Tigre. Los sastres que cosen diversas chaquetas verdes en previsi¨®n de los posibles ganadores han tenido trabajo extra antes de esta edici¨®n.
Mickelson ha recuperado sensaciones con la reciente victoria en Houston, su primer triunfo desde el Masters pasado. Llega Augusta, huele la hierba y al bueno de Phil le cambia la cara y se le olvidan los dolores. El coraz¨®n de la gente es ahora para este cuarent¨®n en vez de para Woods, todo un interrogante. A su alrededor todo son malas se?ales (10 grandes sin ganar, seis a?os sin chaqueta verde, 16 meses sin un triunfo). Ha remodelado el swing y ¨²ltimamente es m¨¢s noticia por escupir en el green o por una ventosidad en el tee que por un putt genial. Claro que Tiger es... Tiger.
Entre los 26 europeos que concursan en Augusta, las apuestas m¨¢s seguras son Kaymer, n¨²mero uno mundial, un golfista cerebral de 26 a?os; Westwood, que ha rozado el bautizo en un grande con tres bronces y dos platas, y Donald, el favorito de Faldo. Olaz¨¢bal y Ballesteros buscan un sucesor. Aunque no sea espa?ol.
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