La UE propone un acuerdo para repartir a los refugiados por Europa
Las regiones que gobierna la Liga Norte se niegan a acoger a norteafricanos
Mientras el sue?o de la Europa sin fronteras parece desgajarse bajo el miedo a los desplazados de las revueltas ¨¢rabes, la comisaria de Asuntos de Interior, Cecilia Malmstr?m, llam¨® ayer a los Veintisiete a encontrar "r¨¢pidamente un acuerdo para repartir a los refugiados" entre los Veintisiete. La UE, dijo, est¨¢ lista para activar la directiva sobre protecci¨®n temporal.
Francia ha establecido controles en la frontera entre Ventimiglia y Menton, restringiendo temporalmente por su cuenta la aplicaci¨®n del Acuerdo de Schengen, y devuelve de forma autom¨¢tica a cuantos norteafricanos indocumentados intentan cruzar a Francia desde Italia. Ahora, los permisos de residencia temporales que va a extender el Gobierno italiano permitir¨¢n a quienes los obtengan, en teor¨ªa, superar esa barrera y circular por los 24 pa¨ªses de la zona Schengen. Pero Alemania, B¨¦lgica y Francia han mostrado ya sus recelos ante Bruselas.
Francia establece controles en la frontera italiana de Ventimiglia
Roma negocia un nuevo convenio sobre inmigraci¨®n con T¨²nez
Par¨ªs advirti¨® ayer de que est¨¢ estudiando la legalidad de esa medida, y anunci¨® que el presidente Nicolas Sarkozy celebrar¨¢ con Berlusconi el pr¨®ximo 26 de abril en Roma una cumbre sobre inmigraci¨®n.
El ministro del Interior italiano, Roberto Maroni, dirigente de la Liga Norte y autor de la Ley de Inmigraci¨®n aprobada hace dos a?os, la m¨¢s dura de la historia del pa¨ªs y una de las m¨¢s restrictivas de Europa, negoci¨® el martes durante nueve horas en T¨²nez un nuevo acuerdo migratorio con su hom¨®logo tunecino. La idea es ayudar a T¨²nez a frenar los desembarcos de inmigrantes y repatriar a los millares que Roma ha desperdigado en los ¨²ltimos d¨ªas por diversos campamentos del centro y el sur del pa¨ªs, para arreglar sobre la marcha la bochornosa situaci¨®n creada en la isla de Lampedusa.
El trato alcanzado, definido como "precario y d¨¦bil" por la propia prensa italiana, permitir¨¢ a Italia devolver a unos 800 desplazados a su pa¨ªs de origen, pero T¨²nez no ha aceptado precisar un plazo de tiempo concreto para recibirlos y sobre todo se ha negado a asumir las repatriaciones masivas que propon¨ªa Maroni siguiendo las directrices de la xen¨®foba pol¨ªtica liguista.
Italia donar¨¢ seis lanchas, cuatro patrulleras y un centenar de fuerabordas a la polic¨ªa tunecina para que controle mejor sus costas, y entretanto emitir¨¢ permisos de residencia de seis meses renovables por otros seis a los tunecinos llegados al pa¨ªs.
La soluci¨®n certifica el sonoro fracaso de la Liga Norte solo unos d¨ªas despu¨¦s de que el l¨ªder del partido, Umberto Bossi, resumiera sus intenciones sobre los tunecinos con una frase -"largo de aqu¨ª"- acompa?ada de un expresivo, y recurrente en ¨¦l, dedo medio extendido.
La ca¨ªda de Ben Ali y el acoso a Gadafi han obligado al Gobierno italiano, que lleg¨® al poder en buena parte a lomos de la demagogia xen¨®foba contra los inmigrantes, a revisar su pol¨ªtica de Interior. El delito de inmigraci¨®n clandestina y las repatriaciones en masa perpetradas en alta mar durante los dos a?os que estuvo en vigor el Tratado de Amistad con Libia han sido superados por los acontecimientos. Aquella ley es papel mojado ante la llegada de 21.000 inmigrantes en tres meses.
Italia se ha sentido, y con raz¨®n, abandonada por Europa. Tras mirar a otro lado con el fin de crear la emergencia en Lampedusa, y perder la cara tratando a los desplazados de T¨²nez como ganado, el Gobierno de Silvio Berlusconi se ha topado con un nuevo y doble problema, pol¨ªtico y de orden p¨²blico. Las regiones gobernadas por la Liga Norte se niegan a acoger a los norteafricanos. La Liga ha amenazado con hacer caer al Gobierno, y este ha trasladado a los refugiados a seis campamentos del centro y el sur entre la indignaci¨®n de la poblaci¨®n, que ve con inquietud creciente c¨®mo la polic¨ªa hace la vista gorda y permite escapar a los tunecinos.
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