Bacterias
El hombre desciende de la bacteria y comparte con ella 5.000 genes, que supone una cuarta parte, exactamente iguales. No existen seres superiores ni inferiores: todo depende de su capacidad para adaptarse al medio. Esa cualidad se llama inteligencia y en este sentido hay bacterias m¨¢s inteligentes que muchos pol¨ªticos, que muchos fil¨®sofos, que muchos poetas. Desde la primera bacteria que se constituy¨® en una charca primigenia hasta el inquilino de la Casa Blanca cada uno hace lo posible para sobrevivir, pero todos formamos una familia, esa sopa ¨²nica que se llama vida. Fue la misma cosa Einstein y las pulgas de su perro. La etolog¨ªa es una ciencia que estudia el compartimiento de los animales. Existe una etolog¨ªa veterinaria y una etolog¨ªa humana. Una caracter¨ªstica exclusiva de los humanos que no comparten con el resto de los animales es el odio, que siempre obedece a un desequilibrio del esp¨ªritu. En el odio existe una gradaci¨®n. El m¨¢s refinado e intenso es el odio teol¨®gico, que establecen entre s¨ª los seguidores fan¨¢ticos de los tres dioses monote¨ªstas, por los que se han vertido caudalosos r¨ªos de sangre. Despu¨¦s est¨¢ el odio entre eruditos, capaz de aniquilar al que le discuta un dato extra¨ªdo de los archivos. Sigue el odio generado entre artistas, escritores y poetas, que nace directamente de la envidia, bajo el disfraz de la est¨¦tica. Pero en nuestro pa¨ªs se da un rencor aut¨®ctono, el de la estirpe de Ca¨ªn, el odio entre pol¨ªticos. En el reino animal se desarrolla una crueldad expeditiva a la hora de buscarse las prote¨ªnas, pero tambi¨¦n existen tiburones muy feroces que se ponen tiernos, se acurrucan, entornan los ojos e incluso eyaculan cuando una buceadora les acaricia el hocico. Aqu¨ª no se cr¨ªan esos tiburones enamorados. En este territorio hace tiempo que el debate entre adversarios pol¨ªticos se ha convertido en un enjambre de odio personal, en un modo de entrar a deg¨¹ello contra la bancada de enfrente a cargo de la extrema derecha. Si se contempla esta refriega pol¨ªtica desde la visi¨®n de la bacteria se trata de una falta de inteligencia, de la incapacidad de adaptarse al medio, pero tambi¨¦n puede contemplarse este rencor ideol¨®gico desde la grada como un espect¨¢culo. Es la ¨²nica forma de estar a salvo.
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