Un feliz anacronismo

Cuando promocionaba su ¨®pera prima, la excelente Moon (2006), el brit¨¢nico Duncan Jones declar¨® que le gustar¨ªa que alguien viese su trabajo casi como un objeto encontrado: una pel¨ªcula de ciencia-ficci¨®n de los setenta que hab¨ªa permanecido oculta hasta entonces, pero que condensaba la sensibilidad de una ¨¦poca en la que el g¨¦nero, tras el punto de inflexi¨®n que hab¨ªa supuesto 2001, una odisea del espacio (1968), de Stanley Kubrick, parec¨ªa celebrar la conquista de su madurez expresiva. C¨®digo fuente, su segundo largometraje, parece responder a inquietudes y modos m¨¢s contempor¨¢neos, pero, en buena medida, responde a una misma ¨¦tica creativa y, por consiguiente, no deja de ajustarse a la condici¨®n de feliz anacronismo: aqu¨ª estamos, de nuevo, ante una peque?a pel¨ªcula de ciencia-ficci¨®n, que, si bien en ning¨²n momento subestima la inteligencia del espectador, se siente liberada del peso de tener que decir la ¨²ltima palabra sobre el g¨¦nero o impulsar su siguiente salto evolutivo. En otras palabras, C¨®digo fuente, al igual que Moon, no pertenece a la familia de The Matrix (1999-2003), A. I. (2001), Minority report (2002) y Origen (2010), sino a la de La amenaza de Andr¨®meda (1970), Naves misteriosas (1971), Sucesos en la cuarta fase (1973) o El hombre terminal (1974).

Pieza de metraje conciso, sostenido sobre una eficaz y econ¨®mica carpinter¨ªa de gui¨®n, C¨®digo fuente somete al espectador a un constante bombardeo de ideas en un juego narrativo que desvela progresivamente sus claves, logrando que los sucesivos giros y golpes de efecto sirvan a la coherencia del conjunto. Los ocho minutos que preceden al atentado terrorista en un tren se convierten en el reiterado escenario temporal de este thriller fant¨¢stico en el que se reconocen los ecos dispares de Atrapado en el tiempo (1996), el episodio Monday de la sexta temporada de Expediente X, el punto de partida de la televisiva Quantum leap y el fundacional Where is everybody?, de la legendaria The twilight zone. Que influencias tan distintas confluyan en una ficci¨®n con la fuerza y la convincente apariencia de originalidad de C¨®digo fuente acredita el s¨®lido talento de Jones, un cineasta que prefiere la eficacia del corredor de fondo antes que el exhibicionismo del visionario fatuo.