Que sigui ara
?Qu¨¦ barbaridad! Han pasado 80 a?os desde la proclamaci¨®n de la II Rep¨²blica y parece que fue ayer. Celebraciones aparte (que las habr¨¢, y muchas), a lo mejor es hora de replantearse algo las cosas. Veamos. Mi t¨ªa Julia (Q.E.P.D.) naci¨® tambi¨¦n un 14 de abril -bastantes a?os antes de 1931- y vivi¨® con una mala salud de hierro justo hasta los 80. El mismo d¨ªa de su cumplea?os proclam¨® que eso era mucho tiempo y decidi¨®, como en Blade Runner, que era hora de morir. Dicho y hecho: a los pocos meses dej¨® este mundo no sin haber probado Pipas Facundo y dado un mont¨®n de alegr¨ªas a los que la rodeaban. Sirva este paralelismo familiar con la Rep¨²blica para mirar hacia el futuro desde la perspectiva de un presente incierto, por decirlo suavemente. La III Rep¨²blica ya no es una reivindicaci¨®n nost¨¢lgica de rojos y progres trasnochados. La III Rep¨²blica es una necesidad. Canta Lluis Llach en su canci¨®n Silenci: "Que sigui ara", esto es, "que sea ahora".
El r¨¦gimen democr¨¢tico instaurado en 1978 tras la muerte de Franco est¨¢ ya tocado del ala
No s¨®lo el r¨¦gimen democr¨¢tico instaurado en 1978 tras la muerte de Franco est¨¢ ya tocado del ala. Todo el sistema occidental de organizaci¨®n pol¨ªtica, cultural, econ¨®mica, social y ¨¦tica (esto ¨²ltimo es importante) se desmorona como un castillo de arena y se disuelve en la nada como un terr¨®n de az¨²car en el caf¨¦. Tenemos un nuevo Antiguo R¨¦gimen: es esta especie de componenda de la Posguerra Fr¨ªa que desde Washington a Tokyo -pasando por Londres, Par¨ªs, Berl¨ªn y Mosc¨²- se sostiene con alfileres. Nada es lo que era y nada es lo que se supon¨ªa que iba a ser, porque este futuro tampoco es el para¨ªso neoliberal, liberado del lastre sovi¨¦tico, pronosticado y prometido hasta la extenuaci¨®n por los mediocres pr¨®ceres encargados de gestionarlo. No se trata de la estrategia del avestruz enterrando la cabeza; es m¨¢s bien la de Pepe Gotera y Otilio, del "tente mientras cobro", del "despu¨¦s de m¨ª el diluvio" y del "si te he visto no me acuerdo". Los parches, los remiendos, las chapuzas, s¨®lo prolongan la agon¨ªa. Por eso la III Rep¨²blica es una necesidad.
Que sigui ara. Que sea ahora.
Ya no se trata de la dicotom¨ªa monarqu¨ªa-rep¨²blica o la de capitalismo-comunismo; ni siquiera -por mucho que duela- de la de izquierdas y derechas. El Antiguo R¨¦gimen, representado aqu¨ª por la Constituci¨®n del 78, es y ha sido siempre maniqueo. Esto es bueno/esto es malo; Bar?a/Real Madrid; cocacola/pepsicola; estado de derecho/barbarie: la superaci¨®n dial¨¦ctica ha desaparecido de las instrucciones de uso. Un r¨¦gimen que permite el abuso permanente de prebendas y corrupciones, que da el dinero del pueblo a los culpables de que el pueblo no tenga dinero, que desmantela la educaci¨®n y la sanidad p¨²blica, que utiliza la guerra como excusa altisonante, que promueve un sistema judicial cuando menos rampl¨®n si no directamente delictivo, que tiene como ¨²nico argumento pol¨ªtico el jesu¨ªtico de "conmigo o contra m¨ª", y que para todo ello -y mucho m¨¢s- se escuda en la legitimidad democr¨¢tica, es un r¨¦gimen sin legitimidad moral, antiguo, caduco, acabado, kaputt. Por eso la III Rep¨²blica, una nueva res publica, es una necesidad imperiosa (no confundir con imperial).
"Que no vull esperar que el temps rovelli l'arma" [Que no quiero esperar que el tiempo oxide el arma].
Por seguir con ancianitas entra?ables, mi t¨ªa abuela Jer¨®nima dec¨ªa: "A grandes males, grandes remedios". Urgencia no es lo mismo que precipitaci¨®n: no hay ning¨²n problema en proceder cuanto antes. Cuando la IV Rep¨²blica francesa se mostr¨® obsoleta e inoperante, tras la II Guerra Mundial, se cambi¨® por la V y no pas¨® nada: a otra cosa, mariposa. Si el fantasma de la Guerra Civil espa?ola sigue ah¨ª (y eso lo demuestra el insulto del Pazo de Meir¨¢s ) es porque de alguna forma interesa mantenerlo para mantener el r¨¦gimen. O esto o el desastre, nos dicen. Es un argumento falaz. Y es una actitud muy pobre la de preferir lo menos malo. El Antiguo R¨¦gimen no se sostiene y por ello, antes de que los cascotes caigan sobre nuestras cabezas, hace falta una buena brigada de demolici¨®n. Brindemos hoy por el 14 de abril y la t¨ªa Julia, pero tambi¨¦n por Lluis Llach: que sigui ara.
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