Decenas de miles de sirios redoblan en las calles su rechazo al r¨¦gimen
Las protestas para pedir el fin de la dictadura se extienden por todo el pa¨ªs
El r¨¦gimen sirio hizo a principios de semana una t¨ªmida concesi¨®n: puso en libertad a cientos de personas que hab¨ªan sido detenidas durante anteriores protestas. Pero eso no cambi¨® nada. Decenas de miles de sirios volvieron a salir ayer a la calle en varias ciudades, tras las oraciones del viernes, para exigir el fin de la dictadura. Por primera vez la polic¨ªa pareci¨® dispuesta a controlarse y no dispar¨® contra la multitud, aunque en los suburbios de Damasco utiliz¨® porras y gases lacrim¨®genos.
Tal vez la t¨ªmida presi¨®n internacional sobre el Gobierno de Bachar el Asad hizo alg¨²n efecto y moder¨®, al menos temporalmente, la actitud policial. Tanto el secretario general de la ONU como Estados Unidos calificaron la semana pasada de "inadmisible" la brutalidad con que se reprim¨ªan las protestas, en las que los disparos de la polic¨ªa han causado la muerte de al menos 200 personas en un mes.
Por primera vez, la polic¨ªa no ha disparado contra los manifestantes
Las operaciones contra Al Qaeda se han deteriorado, si no suspendido
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Siria anunci¨® que ayer mismo varios embajadores europeos en Damasco, entre ellos el de Espa?a, se hab¨ªan reunido con el ministro y le hab¨ªan reclamado menos violencia y m¨¢s receptividad a las demandas populares. El inusual acto de transparencia fue acompa?ado por otra primicia: la televisi¨®n siria habl¨® por primera vez de las manifestaciones y emiti¨® im¨¢genes de las mismas y, pese a minimizar el n¨²mero de asistentes, admiti¨® que exist¨ªa malestar social.
La situaci¨®n, en cualquier caso, segu¨ªa siendo muy confusa. En primer lugar, porque el Gobierno imped¨ªa la presencia de periodistas en las zonas conflictivas y solo se pod¨ªan obtener informaciones indirectas, a trav¨¦s de testimonios no contrastables. En segundo lugar, porque en Oriente Pr¨®ximo nada es lo que parece, y en Siria, a¨²n menos.
El pasado fin de semana murieron al menos ocho soldados en Banias y diversas fuentes de la oposici¨®n afirmaron que los militares hab¨ªan sido ametrallados por la polic¨ªa, tras negarse a disparar contra la multitud. Otras fuentes no gubernamentales afirmaron, sin embargo, que los soldados hab¨ªan sido v¨ªctimas de una emboscada organizada por un grupo armado no identificable. El r¨¦gimen de Bachar el Asad acusa desde hace semanas a "grupos armados" de fomentar la violencia y varios organizadores de manifestaciones han declarado haber recibido ofertas de "armas y dinero" por parte de intermediarios, presuntamente vinculados con el exvicepresidente Abdul Khadam.
Khadam era el sun¨ª con m¨¢s alto cargo en el r¨¦gimen sirio, dominado por la minor¨ªa alau¨ª, hasta que dimiti¨® en 2005 y lanz¨® diversas acusaciones contra el presidente El Asad. Inmediatamente fue obligado a exiliarse. En el extranjero form¨® un grupo opositor apoyado financieramente por sun¨ªes libaneses. Dado el largo historial de interconexiones regionales en las crisis sufridas por los pa¨ªses de Oriente Pr¨®ximo desde la descolonizaci¨®n, no ser¨ªa extra?o que sectores libaneses antisirios hicieran lo posible por desestabilizar el r¨¦gimen de El Asad. Pero eso, por el momento, tampoco es comprobable.
S¨ª parece seguro que el grueso de los manifestantes se comporta de forma pac¨ªfica. En Duma, un suburbio de Damasco, decenas de miles de personas se congregaron ayer portando, seg¨²n un testigo citado por Associated Press, tarjetas amarillas para, en un s¨ªmil futbol¨ªstico, lanzar una amonestaci¨®n de advertencia al r¨¦gimen. Los manifestantes circularon por la ciudad y luego intentaron aproximarse a Damasco, donde, como cada viernes, varios centenares de fieles al r¨¦gimen protagonizaban una concentraci¨®n en la que promet¨ªan dar su vida por Bachar el Asad. Cuando los manifestantes por la democracia quisieron entrar en la capital la polic¨ªa actu¨® con dureza, usando porras y gases lacrim¨®genos, pero, seg¨²n fuentes presenciales, sin hacer uso de armas de fuego.
En Deraa, la ciudad junto a la frontera jordana donde comenzaron las protestas masivas el pasado 15 de marzo, miles de personas se manifestaron y la polic¨ªa se mantuvo al margen.
La liberaci¨®n de cientos de personas detenidas en semanas anteriores permiti¨® comprobar que pr¨¢cticamente todas ellas hab¨ªan sido torturadas. Un periodista que prefiri¨® no identificarse por miedo a nuevas represalias dijo al salir de la c¨¢rcel que hab¨ªa recibido varias palizas con bastones y l¨¢tigos. La organizaci¨®n Human Rights Watch tambi¨¦n denunci¨® las torturas practicadas sobre los detenidos.
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