La pol¨ªtica de mano dura no se negocia
El Gobierno de Sarkozy, con la vista puesta en las elecciones de 2012 y alerta ante el avance de la ultraderecha, insiste en que no permitir¨¢ una oleada de tunecinos
Cuando el Gobierno italiano anunci¨® su intenci¨®n de otorgar permisos de residencia temporales a los refugiados tunecinos que les permitir¨ªan circular por todo el espacio Schengen, Francia advirti¨® que el documento no ser¨ªa suficiente para entrar en su territorio y asegur¨® que reforzar¨ªa los controles en la frontera. Ayer tom¨® la decisi¨®n in¨¦dita de bloquear la entrada a Francia de todos los trenes procedentes de la ciudad fronteriza italiana de Ventimiglia, una decisi¨®n temporal motivada por cuestiones de seguridad, seg¨²n el Ministerio del Interior. El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, hizo por su parte un llamamiento a no "exagerar el peligro migratorio" consecuencia de las revueltas ¨¢rabes y pidi¨® el respecto de los tratados europeos en materia de inmigraci¨®n.
Van Rompuy dice que "no hay que exagerar" el peligro migratorio
La decisi¨®n de detener durante casi todo el d¨ªa a los trenes italianos en la frontera fue tomada por el delegado del Gobierno de Alpes-Maritimes, en el sur del pa¨ªs, debido a "riesgos de desorden p¨²blico", seg¨²n aseguraron anoche fuentes del Ministerio del Interior a la agencia France Presse. Defensores de los derechos de los inmigrantes hab¨ªan previsto viajar en un tren desde Ventimiglia hasta Marsella junto a unos 60 tunecinos, en favor de la libertad de acceso al territorio europeo y para "recordar que ning¨²n ser humano es ilegal". Pero, seg¨²n Interior, eran entre 250 y 300 y su manifestaci¨®n no hab¨ªa sido autorizada. Por tanto, y seg¨²n las autoridades francesas, el bloqueo respond¨ªa a esta concentraci¨®n y no a una voluntad de frenar el acceso de inmigrantes tunecinos.
Sin embargo, la postura de Francia frente a la decisi¨®n italiana de entregar permisos temporales es muy clara. "No pensamos padecer una oleada de inmigraci¨®n econ¨®mica procedente de T¨²nez", declar¨® el ministro del Interior, Claude Gu¨¦ant, a principios de abril. Anunci¨® entonces su intenci¨®n de reforzar los controles en la frontera. Este mismo jueves, Par¨ªs reafirm¨® su negativa de aceptar inmigrantes que pasan por Italia y afirm¨® que no exist¨ªa "ninguna regla que prev¨¦ la acogida en territorio europeo y la libre circulaci¨®n de inmigrantes econ¨®micos clandestinos".
Sobre este tema se expres¨® ayer el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien record¨® la necesidad de cumplir con los tratados europeos en materia de migraciones. "Ni Italia, ni Francia, hasta ahora, han hecho nada ilegal", explic¨® en una entrevista conjunta a tres medios franceses, Le Monde, TV5Monde y RFI. "Dicho esto, existe un peligro de no respetar el esp¨ªritu del Tratado de Schengen, la libre circulaci¨®n" de las personas, advirti¨® el representante europeo. Por ello ha pedido que se "delibere cuanto antes" sobre las cuestiones de inmigraci¨®n y acogida durante una cumbre de la Uni¨®n Europea el 24 de junio en Bruselas o "incluso un poco antes". Van Rompuy tambi¨¦n explic¨® que exist¨ªa "un peligro migratorio", pero recalc¨® que "no hay que exagerarlo".
La pol¨ªtica de mano dura con la inmigraci¨®n ilegal no es nueva en Francia, donde la extrema derecha se encuentra en m¨¢ximos hist¨®ricos y la clase pol¨ªtica tiene ya la vista puesta en las elecciones presidenciales de 2012. El verano pasado, en un esfuerzo por recuperar el electorado m¨¢s conservador, el Gobierno de Nicolas Sarkozy decidi¨® acelerar la expulsi¨®n de gitanos de Europa del Este que se encontraban en situaci¨®n ilegal y desmantelar los campamentos no autorizados. La medida le vali¨® las cr¨ªticas de las asociaciones de derechos humanos e incluso de la propia ONU y provoc¨® graves tensiones con Bruselas.
Por su parte, hace poco m¨¢s de un mes, Marine Le Pen, la nueva presidenta del partido de extrema derecha, el Frente Nacional, decidi¨® recuperar la iniciativa en materia de control de la inmigraci¨®n con una visita tan corta -apenas unas horas- como simb¨®lica a la peque?a isla de Lampedusa, donde desde la ca¨ªda del presidente tunecino Ben Ali a mediados de enero, punto de partida de las revueltas en el mundo ¨¢rabe, han llegado m¨¢s de 25.000 tunecinos ilegales. Entonces declar¨® a dos representantes de los inmigrantes: "Tengo mucha compasi¨®n por vosotros, pero Europa ya no dispone de las capacidades para acogeros, ya no tenemos capacidad financiera".
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