El choque entre Italia y Francia por la inmigraci¨®n agrava la crisis europea
Par¨ªs cerr¨® durante todo el d¨ªa de ayer el paso de trenes desde G¨¦nova
La escalada de tensi¨®n desatada en Europa por el desembarco en las costas italianas de decenas de miles de inmigrantes procedentes del norte de ?frica dio ayer un nuevo y grave paso con la decisi¨®n del Gobierno franc¨¦s de cortar el tr¨¢fico de trenes procedentes de Italia para evitar la entrada en su territorio de norteafricanos. La medida encon¨® el pulso que desde hace semanas libran Roma y Par¨ªs a nivel bilateral y en el seno de las instituciones europeas acerca de la gesti¨®n de los 23.000 tunecinos desembarcados en la isla de Lampedusa desde enero, que en gran medida desean viajar a Francia.
El bloqueo franc¨¦s y la vehemente reacci¨®n italiana hicieron aflorar con violencia a la superficie el conflicto interno de la UE acerca de la pol¨ªtica migratoria, en una estaci¨®n pol¨ªtica marcada por el ascenso de partidos xen¨®fobos y el endurecimiento de las posiciones en materia de inmigraci¨®n de varios partidos conservadores europeos. Estas nuevas fricciones se suman en la Uni¨®n Europea a las graves divisiones marcadas en el continente por la intervenci¨®n en Libia.
Unos 28.000 norteafricanos han llegado a Italia desde enero
Roma considera "contraria a los principios de la UE" la actitud de Par¨ªs
El embajador italiano expres¨® una "firme protesta" por el bloqueo franc¨¦s
"?La UE solo es capaz de medir los pepinos?", ironiz¨® Maroni
Franco Frattini, titular de Exteriores, inst¨® al embajador italiano en Par¨ªs a expresar al El¨ªseo "la m¨¢s firme protesta del Gobierno italiano sobre medidas que parecen ileg¨ªtimas y en clara contradicci¨®n con los principios generales de la Uni¨®n Europea", seg¨²n indicaba una nota oficial del Ministerio.
Par¨ªs justific¨® su decisi¨®n de bloquear el paso de Ventimiglia aduciendo motivos de orden p¨²blico. La medida fue aplicada desde el mediod¨ªa hasta ¨²ltima hora de la tarde. Francia tambi¨¦n despleg¨® unidades antidisturbios en la frontera, alegando preocupaci¨®n por una manifestaci¨®n celebrada por unos 200 activistas e inmigrantes en la estaci¨®n de Ventimiglia. Posteriormente, Par¨ªs levant¨® el bloqueo, pero sin sugerir ning¨²n ablandamiento de su r¨ªgida pol¨ªtica de acogida.
La dura reacci¨®n de Roma delata el temor italiano, m¨¢s veces expresado en las sedes europeas durante las pasadas semanas, de que los otros pa¨ªses miembros hagan la vista gorda frente al goteo ininterrumpido de barcazas que llegan a Lampedusa como consecuencia de las revoluciones en el norte de ?frica. Roma reprocha a sus socios falta de solidaridad.
Roberto Maroni, ministro de Interior del partido xen¨®fobo Liga Norte, no tard¨® en cargar contra la Uni¨®n, preguntando ir¨®nicamente si "solo es capaz de ocuparse de las dimensiones de los pepinos".
Adem¨¢s de los 23.000 tunecinos, han entrado tambi¨¦n en Italia desde principios de enero y hasta el 12 de abril unos 4.700 pr¨®fugos llegados desde Libia. Demasiados para encontrar cobijo en los centros de acogida italianos, seg¨²n la ret¨®rica del Gobierno de Roma, que en pleno clima electoral -a mediados de mayo se celebran cruciales elecciones administrativas- intenta distraer la opini¨®n p¨²blica de los juicios de Berlusconi y de la reforma de la justicia dise?ada para salvarle. La mayor¨ªa de los africanos que desembarcan en Italia no quieren quedarse en la pen¨ªnsula.
Las autoridades italianas lo saben y saben sobre todo que con Muamar el Gadafi es imposible negociar pactos de devoluciones en este momento, y que el fr¨¢gil Gobierno tunecino no tiene fuerzas para controlar la hemorragia. As¨ª, han decidido acortar los tiempos. Maroni se invent¨® un especial permiso de permanencia para los j¨®venes africanos llegados antes del 5 de abril. Se parece a un carn¨¦ de identidad, con foto y datos personales, y concede un periodo de seis meses en el cual su titular puede dejar el suelo nacional y dirigirse a otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, seg¨²n los acuerdos de libre circulaci¨®n. Una medida fuertemente criticada por Francia y Alemania. Par¨ªs no reconoce la validez de ese permiso como documento para el ingreso en su territorio y exige que los inmigrantes cumplan con otros criterios, entre ellos cierta disponibilidad econ¨®mica.
El Ministerio del Interior italiano no supo precisar ayer cu¨¢ntos permisos han sido entregados hasta el momento, porque cada jefatura de polic¨ªa lo gestiona en su jurisdicci¨®n y un portavoz declar¨® necesitar tiempo para recopilar todos los datos. Informaciones publicadas por medios locales permiten calcular que son al menos varios centenares.
Lo que es cierto es que desde que empezaron a concederse estos papeles, para los j¨®venes inmigrantes se abri¨® una esperanza y muchos se han aproximado a la frontera en Ventimiglia. "Llevamos 20 d¨ªas con las 150 plazas ocupadas", comenta Fiammetta Cogliolo, portavoz de la Cruz Roja en Liguria, encargada de mantener abierto el centro de acogida de Ventimiglia. "Los rostros cambian. Algunos se van y llegan otros. Muchos de los que han obtenido su permiso ya han cruzado la frontera", comenta.
Los que pensaban hacerlo ayer, con su tarjeta temporal bien guardada en el bolsillo, no pudieron. Arropados por activistas de centros sociales, ocuparon los andenes en cuanto vieron desaparecer los trenes que les llevar¨ªan hacia su sue?o de futuro. Hoy volver¨¢n a intentarlo.
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