El dilema de Bildu
Est¨¢ en manos de la izquierda 'abertzale' disolver la desconfianza que suscita su iniciativa
La coalici¨®n Bildu, para la que pedir¨¢ el voto Batasuna, present¨® ayer sus candidaturas para las elecciones municipales y forales del Pa¨ªs Vasco y Navarra. Son 300 listas formadas por miembros de dos partidos legales (EA y una escisi¨®n de la Izquierda Unida de Madrazo) y personas identificadas con Batasuna, pero que se presentan como independientes.
No hay duda de esa identificaci¨®n, pero de ello no se deriva que su presencia sea raz¨®n suficiente para invalidar las listas de la coalici¨®n. El Tribunal Constitucional dej¨® establecido hace cuatro a?os que haber formado parte de un partido ilegal no impide integrarse en uno legal e incluso figurar en sus candidaturas siempre que no exista inhabilitaci¨®n personal o se demuestre que ese partido se presta a dar continuidad al ilegal. Pero esa continuidad no es personal, sino pol¨ªtica. Es decir, que se demuestre que el partido legal pretende prolongar la funci¨®n ilegal como instrumento de la estrategia terrorista.
La ecuaci¨®n seg¨²n la cual Sortu es Batasuna y Batasuna es ETA, de donde se deduce que Sortu es ETA, ya era problem¨¢tica, como demuestra la apretada votaci¨®n del Tribunal Supremo; extender el silogismo a una coalici¨®n como Bildu lo es en mayor medida. Pues las personas que figuren en las candidaturas no lo hacen con una etiqueta que se?ale su pasado; puede haber miembros de EA que fueron en el pasado de Herri Batasuna, y no ser¨ªa l¨®gico que ello bastase para impugnar la lista correspondiente. Para hacerlo habr¨ªa que probar la voluntad de continuar la estrategia pol¨ªtico-militar compartida durante a?os por ETA y su brazo pol¨ªtico.
La decisi¨®n corresponde a los tribunales, siendo el Gobierno responsable de facilitar los indicios existentes. Tras varios d¨ªas de absurda pol¨¦mica entre socialistas y populares, alimentada por declaraciones irresponsables, el l¨ªder del PP vasco, Basagoiti, opin¨® ayer que no es el momento de buscar pelea entre ambos partidos, sino del acuerdo para "alcanzar la disoluci¨®n incondicional de ETA". Zapatero, por su parte, dijo el domingo que aunque haya signos positivos en la evoluci¨®n de la izquierda abertzale, cuatro meses no bastan para disolver 40 a?os de violencia, y se comprometi¨® a estar atento a los cambios en Batasuna, pero tambi¨¦n a mantener el acoso contra ETA mientras no anuncie su retirada definitiva.
Es claro que los jefes de la banda no tienen ninguna intenci¨®n de hacerlo; pero hay en prisi¨®n 730 etarras, mientras que, seg¨²n la polic¨ªa, los miembros activos de ETA en libertad ser¨ªan menos de un centenar. Si es cierto, como se asegura, que una gran parte de esos presos est¨¢ a favor de la l¨ªnea de Otegi, ello significar¨ªa que hasta en ETA hay una mayor¨ªa potencial contra la continuidad de la violencia; y, por tanto, que existen condiciones para que, por su propio inter¨¦s, Batasuna presione a ETA, exigi¨¦ndole su disoluci¨®n. Es el paso que le falta por dar, y que seguramente ser¨ªa decisivo para que los tribunales den luz verde a su participaci¨®n electoral.
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