El copago redentor
El 22 de mayo marcar¨¢ un antes y un despu¨¦s en la relaci¨®n de las Administraciones locales y aut¨®nomas con los ciudadanos. A partir de esa fecha los Ayuntamientos y comunidades tendr¨¢n que destapar sus miserias econ¨®micas y gobernar con el hiperrealismo que exige la situaci¨®n. Hasta hoy, quien m¨¢s y quien menos ha procurado aliviar las apreturas al electorado esperando las elecciones. La morosidad en la Administraci¨®n municipal es de tal naturaleza que muchas empresas se niegan a prestar servicio a los Ayuntamientos porque han perdido la esperanza de cobrar. La situaci¨®n exige una anal¨ªtica severa sobre los servicios p¨²blicos que son imprescindibles y los que podemos o no nos podemos permitir.
Los 15.000 millones del d¨¦ficit reconocido en el sistema sanitario pueden ser 22.000
Ya no valen parapetos ideol¨®gicos ni demagogias populistas, las matem¨¢ticas son una ciencia exacta y de donde no hay no se puede sacar. Antes que cerrar un polideportivo, una piscina o un centro cultural siempre ser¨¢ mejor aproximar sus tarifas al coste real del servicio que prestan. Lo que no se puede hacer es apretar las tuercas a la gente disparando un impuesto como el IBI para abrir una escuela de m¨²sica. Esto que han perpetrado en un municipio madrile?o de 2.000 habitantes demuestra hasta qu¨¦ punto la gesti¨®n p¨²blica adolece de sensatez y realismo. Virtudes ambas que de momento tampoco aparecen en los pronunciamientos preelectorales de los partidos sobre la principal partida de gasto, la de la sanidad p¨²blica. Tanto el Gobierno como la oposici¨®n hablan todav¨ªa de ella como si vivi¨¦ramos en el pa¨ªs de las maravillas y el d¨¦ficit sanitario no la abocara a la quiebra.
El candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid, Tomas G¨®mez, est¨¢ empe?ado en una operaci¨®n de acoso a la Consejer¨ªa de Sanidad por los recortes en las prestaciones y por entender que algunas de sus iniciativas son propias del copago. G¨®mez refuerza su convicci¨®n en la existencia de un informe interno de la propia Consejer¨ªa en el que se analiza esa f¨®rmula de financiaci¨®n complementaria del sistema p¨²blico de salud. El consejero Lasquetty no solo ha negado haber emprendido cualquier iniciativa que tenga que ver con dicho copago, sino que reniega del mismo en l¨ªnea con la posici¨®n oficial de su partido. Lo que no obsta para que tanto en la direcci¨®n del PP como en la del PSOE exista la convicci¨®n de que el copago sanitario es una de las pocas v¨ªas claras de salvaci¨®n para la sanidad p¨²blica.
Unos y otros, sin embargo, la demonizan p¨²blicamente por temor a que el contrario la utilice como arma electoral en sus contra. Prefieren en cambio asistir impasibles a la progresiva degradaci¨®n del servicio, unos planteando propuestas irrealizables y otros trampeando las penurias con pa?os calientes. Pero as¨ª esto no aguantar¨¢ mucho m¨¢s. Los 15.000 millones de euros del d¨¦ficit reconocido en el sistema sanitario pueden ser 22.000 por las facturas ocultas en el caj¨®n y los manejos contables de las comunidades aut¨®nomas. Cifras insostenibles que ponen en peligro la viabilidad de la sanidad p¨²blica tal y como ahora la entendemos. Habr¨¢ que revisar de forma urgente la relaci¨®n de prestaciones gratuitas, mejorar la log¨ªstica entre comunidades y abaratar las compras sanitarias. Y se llame copago o como quieran llamarlo tendr¨¢n que buscar formas de financiaci¨®n complementaria ligadas al nivel de renta que garanticen la sostenibilidad del sistema p¨²blico de salud. Est¨¢ implantado en pa¨ªses como Francia, Alemania, Reino Unido o Suecia donde peque?os pagos casi simb¨®licos, adem¨¢s de cuadrar las cuentas, conjuran el uso abusivo de los servicios sanitarios.
Es mejor pagar un poco y en consonancia con las posibilidades de cada cual que asistir a los recortes en consultas y especialidades o al cierre de quir¨®fanos y camas de hospital. Eso ya est¨¢ pasando y no solo en Catalu?a, donde el tijeretazo de hasta el 16% est¨¢ provocando una rebeli¨®n. Puede que el copago no d¨¦ votos, pero salvar¨ªa la sanidad p¨²blica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Impuestos municipales
- Copago sanitario
- Elecciones Auton¨®micas 2011
- Opini¨®n
- Finanzas municipales
- Gasto sanitario
- Deuda p¨²blica
- Elecciones auton¨®micas
- Econom¨ªa sanitaria
- Madrid
- Financiaci¨®n d¨¦ficit
- Comunidad de Madrid
- Elecciones
- Ayuntamientos
- D¨¦ficit p¨²blico
- Gobierno municipal
- Pol¨ªtica sanitaria
- Finanzas p¨²blicas
- Pol¨ªtica municipal
- Administraci¨®n local
- Sanidad
- Administraci¨®n p¨²blica
- Pol¨ªtica
- Espa?a
- Salud