Alta Fidel-idad

Las modestas reformas anunciadas en el Congreso del Partido Comunista de Cuba celebrado esta semana siguen dejando a la econom¨ªa de Cuba lejos de ser libre. Los cambios no parecen suficientes para un despegue al estilo chino, y es m¨¢s probable que generen una econom¨ªa aletargada y corrupta como la de Ucrania.

Sin un liderazgo reformista que diluya atascos, cualquier mejora se ver¨¢ obstaculizada por las normativas y la corrupci¨®n como en los a?os noventa. En sistemas as¨ª, los ¨²nicos capitalistas que prosperan son los amiguetes.

Incluso con la planificaci¨®n central, Cuba, que cuenta con la ventaja de su situaci¨®n geogr¨¢fica, de unos abundantes recursos naturales y del turismo, no es tan pobre. Su PIB per c¨¢pita, en paridad del poder adquisitivo, es actualmente superior al de China o Ucrania. Aun as¨ª, la experiencia en la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica en los a?os noventa indica que los c¨¢lculos del PIB suelen caer abruptamente cuando se introduce un mecanismo de precios, ya que dejan de producirse grandes cantidades de art¨ªculos poco rentables.

La experiencia de China cuando se suprimieron los controles de los precios agr¨ªcolas en 1978 demostr¨® que con el firme empuj¨®n de Deng Xiaoping desde arriba, crear un mercado libre de productos agr¨ªcolas pod¨ªa propiciar una enorme mejora de la calidad de vida incluso sin una plena liberalizaci¨®n econ¨®mica. Por el contrario, la experiencia de Ucrania y otros ex Estados sovi¨¦ticos a partir de 1991 demostr¨® que la liberalizaci¨®n parcial tambi¨¦n pod¨ªa desembocar en un capitalismo de amigotes y en una ca¨ªda en picado del nivel de vida para la gente corriente.

Parece probable que la experiencia de Cuba siga el modelo ucranio en vez del chino. El liderazgo est¨¢ decidido a "garantizar la continuidad e irreversibilidad del socialismo" y el nombramiento del octogenario Jos¨¦ Machado Ventura como segundo de Ra¨²l Castro denota que no se alentar¨¢n la flexibilidad y el reformismo en la aplicaci¨®n de las nuevas reglas.

Un campo m¨¢s amplio para la empresa privada y una reducci¨®n del sector estatal ser¨¢n beneficiosos, al igual que cualquier incremento en las importaciones, que en la actualidad suponen un 6% del PIB. No obstante, cabe la posibilidad de que los despidos a gran escala en el sector p¨²blico, junto con la abolici¨®n gradual de la raci¨®n alimentaria universal que se reparte cada mes, reduzcan la calidad de vida de los pobres, y es probable que los chanchullos aumenten gracias a la mayor libertad de la que gozar¨¢n las empresas de propiedad estatal.

En un sistema as¨ª de mercados libres combinados con una planificaci¨®n central y la manipulaci¨®n de las normas, las cosas les van bien a los que est¨¢n bien relacionados, pero la gente de a pie sigue siendo pobre. Y esos no son ni mucho menos los objetivos de ninguna revoluci¨®n.