Ni almac¨¦n nuclear ni petr¨®leo
Ciudadanos y partidos se oponen al ATC y a la prospecci¨®n de hidrocarburos
La candidatura de una peque?a localidad del Valle de Ayora (Valencia) a albergar el cementerio nuclear espa?ol sorprendi¨® en enero de 2010 a propios y extra?os. La decisi¨®n de Zarra de optar al Almac¨¦n Temporal Centralizado (ATC) de residuos levant¨® de inmediato la protesta de las poblaciones vecinas, que ya conviven con la ¨²nica central nuclear en territorio valenciano, y de los ecologistas y partidos de izquierda, que defienden tambi¨¦n el cierre de la planta de Cofrentes. M¨¢s de un a?o despu¨¦s, la alerta por la grave crisis en las instalaciones de Fukushima, descontroladas tras el terremoto y el tsunami que sufri¨® Jap¨®n el 10 de marzo, ha acabado de situar en primer plano el debate en torno a la energ¨ªa nuclear. Pero m¨¢s en la calle que en la agenda pol¨ªtica, de la que el asunto entra y sale al calor de pol¨¦micas puntuales.
El Consell tard¨® meses en rechazar la construcci¨®n del cementerio nuclear
La crisis de Jap¨®n complica la decisi¨®n del Gobierno, seg¨²n los ecologistas
La Generalitat respondi¨® con frialdad al anuncio de Zarra y se escud¨® en la autonom¨ªa municipal de decidir para sortear un pronunciamiento claro sobre el ATC, pese a que el grupo parlamentario del PP lo hab¨ªa rechazado en las Cortes en 2006 a propuesta del entonces diputado de Els Verds Carles Arnal, cuando a¨²n no se hab¨ªa abierto el proceso de candidaturas. El PSPV, en cambio, se declar¨® desde el principio contrario al proyecto en Zarra, que supondr¨ªa una inversi¨®n de 900 millones de euros y 350 empleos directos. Tambi¨¦n expresaron su rechazo Esquerra Unida y Comprom¨ªs.
La oposici¨®n al almac¨¦n nuclear se uni¨® pronto en una plataforma muy activa que se vio espoleada por la indefinici¨®n del PP, al que exigi¨® en vano un rechazo rotundo durante meses de manifestaciones, marchas desde Ayora, y hasta roturas de carn¨¦s de militancia y una acampada ante el Palau de la Generalitat. Ni siquiera el intento fallido del ministro de Industria, Miguel Sebasti¨¢n, de aprobar en septiembre del a?o pasado en un Consejo de Ministros la opci¨®n de Zarra -la mejor puntuada en un informe que discute la plataforma- arranc¨® del Consell una declaraci¨®n definitiva, m¨¢s a all¨¢ de una grandilocuente queja del consejero de Medio Ambiente, Juan Cotino, de que el Gobierno pretende quitarle a los valencianos el agua y dejarle los residuos nucleares.
El no del presidente del Consell, Francisco Camps, lleg¨® en diciembre de 2010, cuando visit¨® por sorpresa Ayora para calmar los ¨¢nimos de la militancia del valle. "Cost¨® que el PP se opusiera al ATC", recuerda Jos¨¦ Cerd¨¢, portavoz de la plataforma, que aglutina a vecinos y Ayuntamientos que rechazan el almac¨¦n, pero no necesariamente la central de Cofrentes, y gente que quiere un valle sin instalaciones nucleares de ning¨²n tipo.
En cambio, no hubo dudas en el Consell el pasado diciembre, cuando se embal¨® hacia una nueva colisi¨®n con el Gobierno a cuenta de otra fuente de energ¨ªa, el petr¨®leo. Con la aprobaci¨®n por Industria de permisos de prospecci¨®n de hidrocarburos en una amplia zona frente a la costa de Valencia, el PP desat¨® una intensa campa?a contra el Ejecutivo, al que acus¨® una vez m¨¢s de agraviar y perjudicar a los valencianos. Coincidiendo en el rechazo, pero no en la forma, se pronunciaron contra la b¨²squeda de petr¨®leo en el mar los ecologistas y Ayuntamientos de todos los colores pol¨ªticos. Tambi¨¦n los partidos de izquierda, entre ellos el PSPV, que ha restado viento a las velas populares al no hacer frente com¨²n con el Gobierno en este punto.
La repulsa a las futuras (y a¨²n hipot¨¦ticas) torres petrol¨ªferas est¨¢ en la rec¨¢mara popular para ser disparada durante la campa?a electoral de mayo, pero la pol¨¦mica se ha calmado en las ¨²ltimas semanas.
Mientras, el futuro del ATC pr¨¢cticamente ha desaparecido del discurso de los partidos mayoritarios con la crisis nuclear de Fukushima. La cautela se impuso en las declaraciones de PP y PSPV cuando Industria renov¨® por 10 a?os el permiso de funcionamiento de Cofrentes. El ministerio lo anunci¨® 10 d¨ªas despu¨¦s de la aprobaci¨®n y en plena alerta por los sucesos de Jap¨®n se apresur¨® a destacar que la seguridad de la central se revisar¨¢.
El debate, con renovados argumentos, se ha desplazado a la calle, donde la plataforma por el cierre de Cofrentes, integrada por las principales organizaciones ecologistas, ha redoblado la presi¨®n y logr¨® el 10 de abril reunir en una protesta en Valencia a miles de personas. "Hac¨ªa muchos a?os que no se hac¨ªa una manifestaci¨®n as¨ª por el tema nuclear", destaca Carlos Arribas, de Ecologistas en Acci¨®n. "Con el caso de Jap¨®n se ha abierto una perspectiva nueva. No es lo mismo que un accidente sea improbable a que sea imposible", argumenta Arribas, convencido de que Fukushima "ha dejado la verdad al desnudo" y ha movido el cambio en la perspectiva ciudadana sobre la energ¨ªa nuclear.
Tambi¨¦n ha complicado al Gobierno la decisi¨®n sobre el ATC, opinan ecologistas y la plataforma del Valle de Ayora, que recuerdan que la zona de Cofrentes fue declarada zona catastr¨®fica con la riada del J¨²car en 1982, y que hay riesgo s¨ªsmico. Por ello, la plataforma se manifestar¨¢ de nuevo hoy ante el ministerio y la Moncloa para que no se apruebe el ATC en Zarra, cuyo alcalde, Juan Jos¨¦ Rubio (independiente), mantiene la candidatura.
De momento, ni el almac¨¦n nuclear ni los sondeos petrol¨ªferos punt¨²an para ser asuntos centrales en la campa?a del 22 de mayo. Salvo para arrear al contrario.
La crisis anima al ahorro energ¨¦tico
La crisis econ¨®mica ha animado a muchos Ayuntamientos a reducir la factura de la electricidad, sea con bombillas de bajo consumo o apagando farolas, como es el caso de Valencia. Pero tambi¨¦n hay iniciativas que van m¨¢s all¨¢ en el af¨¢n (y necesidad) del ahorro. El pasado noviembre, los Ayuntamientos valencianos de L'Eliana, Paterna y San Antonio de Benag¨¦ber firmaron un convenio con el Instituto Tecnol¨®gico de la Energ¨ªa para que les asesore en la mejora de sus rendimientos energ¨¦ticos, la reducci¨®n del consumo y de las emisiones de CO2.
Para ello crear¨¢n una empresa de servicios conjuntos que implantar¨¢ las medidas en las tres poblaciones. Adem¨¢s, los alcaldes pretenden construir una planta de biomasa capaz de canalizar las 25.000 toneladas de residuos verdes que generan las localidades y convertirlos en energ¨ªa para autoconsumo.
El acuerdo de actuaci¨®n conjunta cuenta con el respaldo de la Agencia Valenciana de la Energ¨ªa, que invierte anualmente unos seis millones de euros en ayudas al fomento de renovables y el a?o pasado y en este ejercicio destina m¨¢s de 23 millones a investigaci¨®n, planes y ayudas de eficiencia energ¨¦tica.
La Generalitat ha impulsado tambi¨¦n el frente de las energ¨ªas limpias con un plan e¨®lico, aunque su pol¨¦mica ejecuci¨®n ha acabado en los tribunales. Ahora, el accidente nuclear de Jap¨®n, que se ha situado al nivel del desastre de Chern¨®bil, ayudar¨¢ a dar impulso a las energ¨ªas renovables, seg¨²n creen los ecologistas. Falta har¨¢ si la Comunidad Valenciana pretende reducir su dependencia del petr¨®leo, que acapara el 40,9% del consumo frente al 4,3% de las renovables. El consumo de gas alcanza el 31,6% y la energ¨ªa nuclear supone el 18,7%, mientras que otro 4,6% de electricidad se importa de otras zonas de Espa?a.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.