'Okupas' e indignados
Una marcha contra la precariedad concluye con el asalto a un edificio
Lo que iba a ser el "primer aperitivo revolucionario" acab¨® con sorpresa: la okupaci¨®n de una antigua oficina del Instituto Nacional de Empleo (Inem), en el n¨²mero 20 de la calle de Alberto Aguilera. Los motivos: protestar por la reforma laboral, la alt¨ªsima tasa de paro, y la situaci¨®n de las cosas en general. En definitiva, por la precariedad. Los art¨ªfices: el colectivo Rompamos el Silencio, con una larga trayectoria en el "activismo" social. Un d¨ªa antes de la okupaci¨®n, se publicaron los ¨²ltimos datos de desempleo en la encuesta de poblaci¨®n activa: el m¨¢ximo hist¨®rico, cerca de cinco millones de personas paradas.
Un d¨ªa despu¨¦s, hoy, es Primero de Mayo, D¨ªa del Trabajo. Ayer, en mitad de este s¨¢ndwich laboral, los activistas sociales convocaron a las doce la ma?ana este refrigerio disidente. Aparte de las mencionadas, "hay otras 1.000 causas por las que estamos descontentos, aburridos y a punto de estallar. La imposici¨®n de la rutina, que nos hace vivir como aut¨®matas; la invasi¨®n del consumismo, que nos inserta en la rueda loca del comprar, tirar y comprar; la informaci¨®n-espect¨¢culo, que nos desconecta de la realidad; el control policial, que nos ha arrebatado la calle; en fin, los gafapastas, los bisbales, las tertulias de expertos en todo, los parqu¨ªmetros, el nuevo i-hostias, la transici¨®n otra vez en la tele y los brasas del 'esto ya no lo arregl¨¢is", rezaba la convocatoria.
Los manifestantes entraron en una antigua oficina de empleo
Alrededor de un centenar de personas realiz¨® un breve pasacalle por la zona, animados por un grupo de percusi¨®n, hasta desembocar en Alberto Aguilera, cuando lo okupas, ya dentro del edifico, se asomaron a las ventanas encapuchados y pu?o en alto, ante la algarab¨ªa y sorpresa de los asistentes. Solo los miembros de la organizaci¨®n conoc¨ªan el fin de la marcha. "Indignados, no escuchados, explotados, movil¨ªzate. Perdamos el miedo, rompamos el silencio", dec¨ªa la gran pancarta que desplegaron tapando buena parte de la fachada.
"Hemos okupado un edificio muy simb¨®lico, una oficina de empleo, algo que la gente relaciona generalmente con la frustraci¨®n", dice Mariano, portavoz del colectivo, "vamos abrirlo para hacer una reflexi¨®n sobre las causas reales del paro. No es la crisis, es el sistema, que no funciona. Hay otras formas de organizarse y entenderse, que no hagan pagar la crisis a los m¨¢s vulnerables, los j¨®venes". En efecto, la tasa de paro juvenil revelada el d¨ªa anterior result¨® ser del 45%, as¨ª que casi la mitad de los j¨®venes espa?oles est¨¢n en situaci¨®n de desempleo. Azuzados por la crisis, j¨®venes de las principales capitales europeas se han hecho o¨ªr en protestas en contra de los recortes que muchas veces se han tornado violentas: Londres, Par¨ªs, Roma... Sin embargo, en Espa?a no se ha escuchado demasiado jaleo, incluso la ¨²ltima huelga general, el pasado 29 de septiembre, tuvo un seguimiento moderado. ?Qu¨¦ pasa? "Es un proceso que requiere algo de tiempo", opina el portavoz, "hay muchos sectores, como los sindicatos mayoritarios, que est¨¢n impidiendo que esa protesta salga a la luz. Pero confiamos en que, seg¨²n se vaya ahondando la crisis, la respuesta social sea mucho m¨¢s amplia. La situaci¨®n actual no puede sostenerse". H¨¦ctor, un joven con rastas, comentaba jocoso: "Es curioso, yo vine aqu¨ª en su d¨ªa a buscar curro. Por supuesto, no lo consegu¨ª". Un cartel en la puerta del edificio, de aspecto abandonado, dec¨ªa: "Por orden de la Direcci¨®n General del Patrimonio, queda prohibido el acceso al centro (...) quedan suspendidas las actividades hasta nueva orden". Claro est¨¢, no sirvi¨® para mucho.
El prometido almuerzo tambi¨¦n se llev¨® a cabo: los asistentes que optaron por entrar en el edificio pudieron disfrutar de un rico humus, mientras otros apoyaban desde el exterior. Aunque la okupaci¨®n se proyectaba hasta el d¨ªa de hoy, con diferentes charlas y actividades reivindicativas, la Polic¨ªa Nacional, seg¨²n informa Efe, desaloj¨® sin incidentes a los activistas esa misma tarde. La revoluci¨®n tendr¨¢ que esperar un poquito m¨¢s.
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