Interior
La introspecci¨®n de la vida interior puede realizarse de dos formas, con el TAO o con el TAC. Se va uno a un monasterio budista, se sienta sobre las piernas en forma de aspa, cierra los ojos, deja muy blanda una mano en cada rodilla y comienza a respirar con la tripa acompasadamente. Desde un bulbo del cerebro se desprende la niebla de la conciencia y atraviesa el rostro,el cuello, los pulmones, el coraz¨®n, el diafragma, el est¨®mago, los intestinos, el circuito del sexo hasta inundar los muslos y perderse por las plantas de los pies en el fondo de la tierra a trav¨¦s de los jerogl¨ªficos de la alfombra. Los avatares del esp¨ªritu, las lesiones morales y los sue?os rotos que la conciencia se encuentra en ese trayecto se disuelven en la nada si guiado por un maestro uno aprende a aniquilarse. Por muy quebrantado que uno est¨¦, la nada es la que te cura, la que te salva. Otro m¨¦todo de introspecci¨®n, que tambi¨¦n responde a la vida interior, es el TAC o la Tomograf¨ªa Axial Computerizada. En este caso uno se tumba en una camilla previamente inoculado con un contraste en las venas y una m¨¢quina cuya inteligencia es rigurosa comienza a planchar tu cuerpo desde el cr¨¢neo hasta las rodillas cortando tu vida interior en rodajas como un salchich¨®n. El esc¨¢ner es otra forma de meditaci¨®n. Esa m¨¢quina inaudita es capaz de detectar cualquier anomal¨ªa de tu organismo del tama?o de media lenteja. Hay que ser muy audaz para someterse voluntariamente a esa prueba. Cuando el radi¨®logo eleva las placas contra la luz de una l¨¢mpara aparece un mundo de celajes y sombras misteriosas que uno no sabe si se refieren al cuerpo o al alma. Por las barrancas de todos los tejidos del organismo ha bajado la conciencia con la meditaci¨®n trascendental y a mitad de camino, a la altura del h¨ªgado, se ha encontrado con el esc¨¢ner del TAC que viene de subida. En ese punto se realiza un pacto, un compromiso con el azar. Cualquier ca¨ªda moral se cambia por salud. Diez contra uno a que todo el mundo prefiere el veredicto favorable del TAC a cualquier mal que pueda promulgar la conciencia.
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