?A qui¨¦n le importa la ¨®pera?
No se entiende por qu¨¦, aun en versi¨®n de concierto, se represent¨® Mefistofele en el Auditorio superior del Palau de les Arts. La sala, con su problem¨¢tica ac¨²stica, resulta demoledora en una ¨®pera como ¨¦sta, donde los solistas vocales tienen detr¨¢s de s¨ª (y no en el foso) a una gran orquesta. Quedaron tapados en demasiadas ocasiones. Tambi¨¦n contribuy¨® a ello el tipo de direcci¨®n de Nicola Luisotti. En su haber tuvo expresividad y mantenimiento de la tensi¨®n. Arrigo Boito, autor de m¨²sica y libreto, conserva algo de la iron¨ªa y la complejidad presentes en el Fausto de Goethe. V¨¦anse si no la descripci¨®n que de s¨ª mismo hace el diablo en el pr¨®logo, o su desconcierto ante el Sabbat cl¨¢sico. Estas y otras sutilezas no se plasmaron bien, quedando la tragedia reducida a una historia de buenos y malos. Ildar Abdrazakov tampoco pudo evitar la simplificaci¨®n del personaje. Eso s¨ª: la presencia vocal fue respetable, exceptuando el descenso a las notas m¨¢s graves y los momentos de aut¨¦ntico aluvi¨®n orquestal. Ram¨®n Vargas, con una bonita franja central, mostr¨®, como en L'elisir d'amore, una zona de paso muy irregular, que a veces se superaba con ¨¦xito y otras tantas no. El mejor momento de su actuaci¨®n y de toda la velada fue la escena de la c¨¢rcel, donde el fraseo de la pareja, su expresi¨®n y el acompa?amiento de la batuta tuvieron una conjunci¨®n feliz. Yannick-Muriel Noah construy¨® una Margarita convincente, decantada hacia la vertiente m¨¢s dram¨¢tica. Elena cant¨® de forma tan irreprochable como inexpresiva. Mar¨ªa Luisa Corbacho y Javier Agull¨®, por su parte, dibujaron bien los personajes respectivos.
MEFISTOFELE
(versi¨®n de concierto)
De Arrigo Boito. Solistas vocales: Ildar Abdrazakov, Ram¨®n Vargas, Yannick-Muriel Noah, Mar¨ªa Luisa Corbacho, Javier Agull¨® y Lucrecia Garc¨ªa. Orquesta y Coro de la Comunidad Valenciana, Escolania de la Mare de D¨¦u dels Desemparats. Direcci¨®n Musical: Nicola Luisotti. Palau de les Arts. Valencia, 30 de abril de 2011.
Con todo, este Mefisto es un Mefisto triste: triste por haberse tenido que dar en versi¨®n de concierto, triste porque no hay dinero para hacer ¨®pera en condiciones, triste porque s¨ª que lo hay para pagar la megaloman¨ªa de Calatrava y el negocio de los constructores. Triste, en suma, porque, tras varios a?os de presentar el ¨²nico contenido de altura en esa Ciutat de les Arts i les Ci¨¨ncies (!), revive el fantasma del vac¨ªo. El cascar¨®n -el ladrillo- est¨¢ protegido. Se pagar¨¢, con o sin crisis. El contenido ya es otra cosa, porque ?a qui¨¦n le importa la ¨®pera?
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