El peligro de llamarse Gadafi
Dos de los nueve hijos del l¨ªder libio han fallecido en bombardeos de fuerzas occidentales, mientras el veterano dirigente siempre ha resultado ileso
La historia se repite. Con la muerte de Saif el Arab, Muamar el Gadafi ha perdido a dos de sus nueve hijos en sendos bombardeos que ten¨ªan como objetivo, si no expl¨ªcito s¨ª al menos deseado, al propio dirigente libio. El primero ocurri¨® en 1986, cuando Estados Unidos atac¨® Tr¨ªpoli en represalia por la muerte de tres soldados norteamericanos en un atentado en Berl¨ªn. En aquella ocasi¨®n, las bombas lanzadas sobre el complejo de Bab el Azizia alcanzaron a una hija adoptiva del dictador.
Este pasado s¨¢bado, la operaci¨®n de la OTAN ha tenido consecuencias a¨²n m¨¢s dram¨¢ticas, si se confirma la versi¨®n oficial libia: adem¨¢s de acabar con la vida del hijo menor de Gadafi, de 29 a?os, el ataque habr¨ªa matado a tres de sus nietos, uno de ellos de apenas cuatro meses.
En ambas ocasiones, Muamar el Gadafi ha salido ileso de los ataques, como ha sobrevivido igualmente a tres atentados y a varias intentonas golpistas. Pero el bombardeo del s¨¢bado deja patente su vulnerabilidad: est¨¢ claro que las fuerzas aliadas tienen informaci¨®n desde dentro, y que su propia familia corre peligro. Durante 41 a?os, Gadafi se ha apoyado en una compleja red de alianzas tribales, pero en estos momentos sus hijos se han convertido en los puntales de un r¨¦gimen que ha decidido enrocarse con las armas en mano.
Y eso a pesar de las tensiones internas, que ni siquiera la crisis ha diluido. La vieja rivalidad entre Saif el Islam, de 38 a?os, economista y rostro moderno del gadafismo, y su hermano Mutasim, de 33, teniente coronel y consejero de seguridad, se ha vuelto a poner de manifiesto durante la rebeli¨®n.
Mientras Saif el Islam, seg¨²n sus allegados, ha abogado discretamente por una transici¨®n negociada que implicar¨ªa la salida de su padre, Mutasim ha cerrado filas con los halcones del r¨¦gimen. Con Saif se ha alineado Saadi, 37 a?os, exfutbolista, militar y ¨²ltimamente productor de cine. Y Mutasim cuenta con el apoyo de Jamis, adiestrado en Rusia, comandante de la Brigada 32 y cabeza visible de la represi¨®n en Bengasi. Ambos cuentan con importantes milicias privadas.
A pesar de sus intervenciones amenazantes al comienzo de la revuelta, Saif el Islam fue decisivo en la rehabilitaci¨®n internacional de Libia con sus iniciativas de apertura econ¨®mica y pol¨ªtica, que lo llevaron a enfrentarse con los sectores m¨¢s inmovilistas. En esa tarea cont¨® con el apoyo de su hermana Aisha, una activa abogada.
Mohamed, el discreto primog¨¦nito, volcado en los negocios, y An¨ªbal, famoso por sus juergas y los incidentes violentos, se han mantenido en un segundo plano.
LOS HIJOS M?S ACTIVOS DEL DICTADOR
Mutasim
- 33 a?os. Teniente del Ej¨¦rcito, dirige una unidad y es el asesor nacional de seguridad. Supuestamente organiz¨® un golpe contra su progenitor. Este le perdon¨®.
Aisha
- Es una abogada de 36 a?os que particip¨® en el equipo legal de Sadam Husein. La semana pasada cont¨® que la ONU le suplic¨® tiempo atr¨¢s que fuera enviada de paz.
Saadi
- 37 a?os. Se dedica a la industria cinematogr¨¢fica. Antes jug¨® en la liga italiana, fue capit¨¢n de la selecci¨®n libia y presidente de la Federaci¨®n de F¨²tbol local.
Saif el Islam
- De 38 a?os, es el mayor. Licenciado en la London School of Economics, era la cara reformista del r¨¦gimen hasta la revuelta. Es un fiel escudero de su padre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.