Albiol y Trias, por la senda de Sarkozy
La mera eventualidad de que CiU pueda ganar las elecciones municipales en la ciudad de Barcelona y el PP pueda vencer en las de Badalona es en s¨ª misma una rigurosa novedad. Lo ser¨¢ m¨¢s si lo logra, claro est¨¢, pero el simple hecho de tener una opci¨®n viable como la que indican los sondeos previos es ya un cambio muy importante. Desde la restauraci¨®n de la democracia, las derechas no hab¨ªan tenido posibilidades reales de hacerse con la alcald¨ªa de Barcelona. CiU destin¨® a esta batalla lo mejor de que dispon¨ªa en cada momento: Xavier Millet, Ramon Trias Fargas, Josep Maria Cullell, Miquel Roca, Joaquim Molins y, por ¨²ltimo, Xavier Trias. Todos sucumbieron en el empe?o. Y no digamos el PP, un partido irrelevante en el panorama pol¨ªtico municipal catal¨¢n de las ¨²ltimas d¨¦cadas.
El PP y CiU avanzan en ¨¢reas de voto de izquierdas adoptando el discurso de la derecha francesa contra los extranjeros
Todo apunta a que en Barcelona y su ¨¢rea metropolitana est¨¢ en trance de ocurrir algo parecido a lo que sucedi¨® hace ya bastante tiempo en Madrid y, antes, en importantes ciudades de Francia e Italia que eran cabeceras de zonas industriales y, por consiguiente, obreras. El voto de izquierdas, tradicionalmente repartido entre candidatos socialistas y comunistas, se debilit¨®, se dispers¨® inexorablemente a partir de la crisis y el hundimiento del modelo sovi¨¦tico, y dio paso a mayor¨ªas de centro derecha que han sabido consolidarse y han dado pie a mapas pol¨ªticos muy diversificados.
La particularidad de Barcelona y su ¨¢rea metropolitana radica en que los gobiernos municipales de izquierda surgieron en 1979 de la transformaci¨®n en voto pol¨ªtico de los potentes movimientos vecinales. Lo que ahora sucede es que est¨¢ dejando de ser operativo el recuerdo de los alcaldes del franquismo, de su urbanismo salvaje, de los clamorosos d¨¦ficits de equipamientos en los barrios y ciudades en que se hacinaban los trabajadores y la inmigraci¨®n procedente de las zonas rurales del sur espa?ol. No es ya relevante, entre otras cosas, porque tres d¨¦cadas de gesti¨®n municipal de la izquierda han transformado tanto estos barrios y ciudades que, desde luego, las preocupaciones de sus vecinos son otras. Los a?os no pasan en balde. Aquellas batallas ya no son las de hoy, en una sociedad en la que la industria pierde peso relativo y cuando en la construcci¨®n y los servicios del turismo, durante tantos a?os destacad¨ªsimas fuentes de empleo, trabajan centenares de miles de inmigrantes no espa?oles, la gran mayor¨ªa de los cuales no vota. El electorado tampoco es el mismo, adem¨¢s, porque una parte del que caracterizaba los distritos obreros de Barcelona y su cintur¨®n suburbial se ha trasladado a entornos mejores, menos densos; otra parte regres¨® a sus lugares de origen, otra envejeci¨® y falleci¨®, y otra se derechiz¨® o se torn¨® sensible a ciertos discursos de la derecha.
Las nuevas argumentaciones de la derecha en estos medios remiten a las agitadas inicialmente por la ultraderecha de Jean Marie Le Pen y luego por Nicolas Sarkozy en Francia y por la Liga Norte y los sucesivos Polos de Silvio Berlusconi en Italia. Con ellas consiguieron que se rompieran las mayor¨ªas de izquierda en los cinturones rojos de las ¨¢reas industriales de sus respectivos pa¨ªses: que los extranjeros inmigrantes hacen bajar los salarios, quitan puestos de trabajo a los locales, se llevan los subsidios, provocan inseguridad, la izquierda es d¨¦bil ante los extranjeros, etc¨¦tera.
Esta pr¨¦dica, con sus ribetes racistas si por medio andan magreb¨ªes, subsaharianos y gitanos de los Balcanes o Ruman¨ªa, lleva ya algunos a?os oy¨¦ndose en Catalu?a. El candidato de PP en Badalona, Xavier Garcia Albiol, se ha convertido ahora en su especialista y a ello f¨ªa una eventual victoria. Pero el primer alcalde de izquierdas que cay¨® por estas causas fue el de Manlleu, hace ya dos mandatos municipales.
Lo que en Barcelona parece llevar en volandas a la derecha, en este caso encabezada por Xavier Trias, es la pol¨ªtica del no basada en un conservadurismo sui g¨¦neris que se niega a s¨ª mismo como tal, pero que sintoniza con el discurso de Albiol y cuando llega al Gobierno, como acaba de hacer en la Generalitat de la mano de Artur Mas, lo primero que hace es bajar los impuestos a los m¨¢s ricos y recortar servicios sociales. No al t¨²nel del AVE. No a poner la Diagonal al d¨ªa. Aqu¨ª no cabemos todos. Gobierno fuerte, etc¨¦tera. Esto es lo que avanza ahora mismo en un ¨¢rea urbana que lleva 30 a?os de gobiernos locales progresistas. Puede cambiar la geograf¨ªa electoral catalana.
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