Sin presi¨®n ante la gran oportunidad
El Madrid regresa a la ¨¦lite europea con el conjunto m¨¢s joven y tras una temporada de altibajos
La larga y desesperante sequ¨ªa de 15 a?os llega a su t¨¦rmino. Esta noche (21.00, Teledeporte), el Real Madrid, por fin, vuelve a disputar una final a cuatro de la Euroliga y recupera un protagonismo dentro del baloncesto que perdi¨® hace una eternidad y que le ha costado mucho sudor y unas cuantas decepciones reconquistar. Enfrente se encontrar¨¢ con todo un cl¨¢sico, el Maccabi del Tel Aviv, uno de los habituales rivales de aquellos lejanos tiempos en los que el equipo madridista comandaba la ¨¦lite europea. Todo un gui?o a la historia.
El Madrid acude a Barcelona con tantas razones para crear ilusi¨®n como para mantener cierto escepticismo. Es el equipo m¨¢s joven de los cuatro, el m¨¢s inexperto en estas alturas competitivas (solo Prigioni y Vidal han jugado alguna final a cuatro) y el que m¨¢s apuros pas¨® en los cuartos, en los que lleg¨® hasta un ag¨®nico quinto partido frente al Valencia. Su temporada, adem¨¢s, ha sido desconcertante, con constantes altibajos en el juego y el ¨¢nimo y una inesperada fuga de su entrenador, el italiano Ettore Messina, a mitad de curso. Del moment¨¢neo caos que se vivi¨® con su marcha se ha pasado a un transcurrir menos hist¨¦rico y m¨¢s pl¨¢cido de la mano de Emanuele Molin, segundo de Messina, con el que comparte t¨¢ctica, pero no actitudes relacionales.
El punto de inflexi¨®n se produjo hace un mes con los cuartos. "Fueron los partidos m¨¢s dif¨ªciles de mi carrera", dijo Felipe Reyes, campe¨®n mundial, europeo y subcampe¨®n ol¨ªmpico con la selecci¨®n espa?ola. En una serie extenuante en lo f¨ªsico y lo emocional, el Madrid pudo cruzar su particular Rubic¨®n y vuelve a estar en la ¨¦lite europea, en la que rein¨® durante el siglo XX con ocho t¨ªtulos, todav¨ªa no igualados por ning¨²n equipo.
En una temporada en la que se apost¨® inequ¨ªvocamente por la juventud, los principales objetivos se han cumplido. Se termin¨® la mala racha en la Euroliga, en la ACB se ha cumplido hasta ahora y la mejor noticia es que hay muchos s¨ªntomas de un buen futuro, sobre todo por el talento de jugadores como Mirotic, el gran descubrimiento del a?o; Su¨¢rez y Tomic. Todos los problemas que han ido aconteciendo han madurado al grupo.
El equipo llega sin m¨¢s presi¨®n a?adida que la de aprovechar una buena oportunidad que no tendr¨¢, por ejemplo, el Barcelona, favorito a principio de curso. Su ausencia ha abierto el pron¨®stico hacia cualquiera de los cuatro equipos, con ligera predilecci¨®n por el Panathinaikos de Obradovic. El conjunto griego, comandado por el veterano Diamantidis y con Obradovic moviendo los hilos hasta el ¨²ltimo detalle, presenta como tarjeta de visita un pasado exitoso y un presente bien representado por el derribo del ¨²ltimo campe¨®n.
Desde el triunfo liberador frente al Valencia, el Madrid parece m¨¢s ligero de equipaje, lo que, sin duda, ayudar¨¢ a la tit¨¢nica tarea que comienza esta noche frente a una camiseta harta conocida por la afici¨®n madridista. Ya no est¨¢n los cl¨¢sicos Aroesti, Bertkowitz o Perry, pero el potencial econ¨®mico y el apoyo nacional que siempre tiene el Maccabi le han permitido mantenerse en la aristocracia de la Euroliga. Su actual plantilla gusta del juego a campo abierto, tiene en Pargo su gran amenaza ofensiva y debajo de los aros asusta con Schortsanitis, una fuerza de la naturaleza que ha completado su temporada m¨¢s estable.
Con toda la plantilla a disposici¨®n de Molin, un buen grado de cohesi¨®n y la ilusi¨®n de volver al mejor escenario del baloncesto europeo, ha llegado el momento de celebrar el esperado regreso. Para ello, nada mejor que una victoria con pasaporte a la final.
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