Apellidos de ventanilla
Todo era mucho m¨¢s sencillo cuando el flamante padre acud¨ªa al registro civil e inscrib¨ªa a su hijo con un nombre pactado con la madre (aunque no siempre) y, por supuesto, con su apellido. En los tiempos que corren, los privilegios masculinos van cayendo como fichas de domin¨® y algunas soluciones en la b¨²squeda de la igualdad o, al menos, de su apariencia, resultan complejas. Hace ya once a?os que los progenitores pueden imponer a sus hijos el apellido del padre o de la madre, pero en caso de desacuerdo prevalece el del var¨®n. El Gobierno propuso en noviembre un cambio legislativo: sin acuerdo (lo que es raro), que se elija el primer apellido por orden alfab¨¦tico. Los m¨¢s conservadores, independientemente de que los apellidos de sus portavoces empezaran por A o por Z, enmendaron la totalidad de la propuesta. "Es un ataque frontal a la instituci¨®n familiar", afirmaron sin m¨¢s argumento que el del inmovilismo. La soluci¨®n, sin embargo, no convenci¨® del todo. ?Qu¨¦ pasar¨ªa con los Zapatero, los Y¨¢?ez e incluso los Vel¨¢zquez?
Que decida el funcionario del Registro Civil. Esa ha sido la soluci¨®n que, a buen seguro, dar¨¢ para m¨¢s de un acalorado debate de caf¨¦. Porque en caso de desacuerdo entre los padres, ?qu¨¦ criterios seguir¨¢ el funcionario de turno? ?Lo echar¨¢ ¨¦l mismo a suertes? ?Lo elegir¨¢ por su sonoridad? ?Ser¨¢ distinta su elecci¨®n en caso de que sea hombre o (lo que es m¨¢s probable) mujer? ?Se decantar¨¢ en raz¨®n de la mayor empat¨ªa con uno de los progenitores? Y una pregunta m¨¢s: ?Querr¨¢n asumir los funcionarios esta responsabilidad?
Francisco Caama?o, ministro de Justicia, les ech¨® ayer un cable en RNE recomendando aplicar el sentido com¨²n, como evitar los apellidos muy comunes, los que suenan hirientes o cuya combinaci¨®n produzca un efecto indeseado. En todo caso, los padres tienen tres d¨ªas para llegar a un acuerdo antes de tener que zanjar la cuesti¨®n en una ventanilla. Y tanto ellos como el funcionario, que eviten dramatizar porque si no aciertan ya se encargar¨¢ el reto?o con el tiempo de poner las cosas en su sitio y reivindicar, por ejemplo, ese P¨¦rez o ese S¨¢nchez con el que se siente m¨¢s identificado.
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