Las grandes ciudades se suben a la bicicleta
M¨¢s de 100 ciudades espa?olas tienen ya servicios p¨²blicos de pr¨¦stamo - Falta conciliar su tr¨¢nsito con el de los coches y con los peatones - Tr¨¢fico prev¨¦ declarar este transporte "preferente"
Manuel, de 31 a?os, ciclista habitual en una gran ciudad espa?ola, teme por su integridad cada vez que se echa a la calzada, sorteando coches, autobuses y socavones. A Carmen, que camina hasta su trabajo cada d¨ªa, le indigna que vaya a cruzar una calle y un ciclista casi la arrolle porque no respeta el sem¨¢foro. Y Carlos, desde su coche, ve con simpat¨ªa las dos ruedas pero reconoce que acaban siendo una molestia y un peligro cuando circulan por la calzada. La cohabitaci¨®n no est¨¢ siendo f¨¢cil, pero aun as¨ª la bicicleta se abre paso en las grandes urbes a un ritmo imparable.
Es sostenible, humaniza las ciudades, combate el sedentarismo, suele ser divertido y, por si fuera poco, proporciona una grata sensaci¨®n de libertad, argumentan sus defensores m¨¢s fieles. Hasta no hace mucho hab¨ªa una decena de urbes espa?olas con sistemas de pr¨¦stamo p¨²blico de bicis, hoy cuentan con ¨¦l m¨¢s de 100 municipios. El avance es notable pese a que pocas ciudades est¨¢n bien adaptadas para las dos ruedas. Casi 35 millones de espa?oles -9 de cada 10- saben montar en bici, 21 millones aseguran que disponen de una para uso personal, 15,5 confiesan que son usuarios con alguna frecuencia y 2,5 millones son habituales, casi a diario, de este medio de transporte. Lo dice el bar¨®metro anual de la bicicleta en Espa?a, de julio de 2010, elaborado por la consultora Gesop. Y en cuanto a su perfil, los que m¨¢s la utilizan son, seg¨²n las encuestas, las personas con mayor nivel de estudios. Tambi¨¦n los extranjeros que residen en Espa?a.
Este veh¨ªculo va de puerta a puerta y es ideal para trayectos de 7 a 10 kil¨®metros
Su promoci¨®n exige carriles adecuados y reducir el l¨ªmite de velocidad en las calles
Pero est¨¢ lejos todav¨ªa de pa¨ªses como Holanda, Dinamarca o Francia, donde el uso de la bici est¨¢ asumido. Adem¨¢s, a lo largo y ancho de la geograf¨ªa espa?ola las situaciones son muy diversas. En Barcelona, el 2% de los desplazamientos que se hacen a diario se realizan en bicicleta. En San Sebasti¨¢n son casi el 3%, al igual que en Zaragoza o Vitoria. Sevilla est¨¢ a la cabeza de todas ellas, con m¨¢s del 6% de los desplazamientos, mientras otras capitales como Madrid apenas tienen una cuota del 0,3%. En Valencia, donde el servicio de pr¨¦stamo de bicis lleva solo unos meses, todav¨ªa no hay datos.
Y mientras estas ciudades no pasan de un d¨ªgito, en el centro de Amsterdam, por ejemplo, casi el 50% de los desplazamientos se hacen en bici, subrayan los activistas de este medio de transporte. Es un medio de futuro, pero falta convicci¨®n, opinan.
"Su despegue tiene mucho que ver con el movimiento medioambiental, pero tambi¨¦n con la necesidad de hacer ejercicio f¨ªsico, de sentirse bien", subraya Manuel Mart¨ªn, portavoz de Conbici, coordinadora estatal a la que pertenecen 53 asociaciones de toda Espa?a. "Te lleva de puerta a puerta y es perfecta para los desplazamientos de entre siete y 10 kil¨®metros de distancia. Adem¨¢s, engancha", apostilla. A partir de esas distancias pierde competitividad frente al coche, salvo que haya una pol¨ªtica de apoyo a la intermodalidad y la bici se pueda subir al metro o al tren.
Para Conbici, Sevilla es un ejemplo paradigm¨¢tico por lo deprisa que se ha adaptado a los dos pedales. En tres a?os, los desplazamientos en bicicleta han pasado del 0,5% al 6,6% gracias a una red principal de carriles espec¨ªficos de 80 kil¨®metros y a una ordenanza municipal comprometida. "Si hay voluntad pol¨ªtica se puede hacer. Ni siquiera hace falta gran presupuesto", comenta Jos¨¦ Antonio Salido, miembro del equipo de la primera Tenencia de Alcald¨ªa de Sevilla, en manos de IU que gobierna esta ciudad en coalici¨®n con el PSOE. La red principal -los carriles bici est¨¢n protegidos de los coches o bien son de uso compartido de bicis y peatones- ha costado 18 millones de euros. Las bicicletas pueden circular por todos lados menos por el monumental casco antiguo sevillano, donde en lugares como la calle Sierpes, los ciclistas se bajan del sill¨ªn y deben hacer el recorrido a pie.
Para que la integraci¨®n de la bici en una gran ciudad sea exitosa, sentencia Salido, "es imprescindible poner primero la infraestructura de carriles porque si no es dif¨ªcil que sobrevivan al tr¨¢fico diario". En reconocimiento a su experiencia, la capital andaluza ha sido sede este a?o del congreso mundial Velocity. "El objetivo es que en 2015 el porcentaje de desplazamientos en bici roce el 15% del total", propone Salido.
Otros espejos en los que mirarse son Barcelona o San Sebasti¨¢n. Madrid, por el contrario, es la gran ausente en este nuevo mapa. En la capital estaba previsto un servicio de pr¨¦stamo municipal de bicis, pero el proyecto se ha parado. "Mi impresi¨®n es que la clase pol¨ªtica no cree en la bicicleta", interpreta Juan Merallo, activista de la asociaci¨®n cicloturista madrile?a Pedalibre y especialista en movilidad. Para los ciclistas la red de carriles bici de Madrid -unos 200 kil¨®metros, calcula Merallo- es inconexa, sobre todo por el centro de la capital. "Somos una isla, ya no en Espa?a sino en Europa", opina este miembro de Pedalibre.
No hay f¨®rmulas m¨¢gicas para hacer compatible la circulaci¨®n de coches, autobuses y bicis. Cada ciudad hace lo que puede. S¨ª es necesario, sin embargo, tomar una serie de medidas para facilitar la convivencia de todos. Un gran n¨²mero de capitales, si no la mayor¨ªa, igual usan la calzada que las aceras para la circulaci¨®n de las bicis. "Quien viaje a Amsterdam, capital ciclista por excelencia, ver¨¢ que se comparten aceras y calzadas, depende del lugar", explica Mart¨ªn. En unos casos los carriles bici est¨¢n separados del resto del tr¨¢fico por un bordillo, en otros solo por una l¨ªnea pintada en el suelo. Tambi¨¦n hay Ayuntamientos que prefieren desviar el tr¨¢fico de bicicletas por calles secundarias, donde la velocidad se limita a los 30 kil¨®metros por hora. En Par¨ªs o en Bruselas, la bici comparte el carril con autobuses... Sea cual sea la soluci¨®n, estos veh¨ªculos no motorizados no transitar¨¢n con seguridad mientras no se pacifique el tr¨¢fico y se quiten coches de avenidas y rondas urbanas.
"Lo que los usuarios de la bici pedimos a las autoridades es continuidad en los carriles bici y seguridad", reclama el portavoz de Conbici. La sensaci¨®n de peligro de un ciclista avezado es menor que la de un principiante porque minimiza los obst¨¢culos con que se topa. Tiene menos miedo. S¨ª es un peligro para los adictos a las dos ruedas la diferencia de velocidades a la que circulan coches y bicis: si un coche va a 50 kil¨®metros por hora, la bici lo hace a 15 o 20 y en las intersecciones de calles este desfase puede ser fatal para el ciclista. La apertura de puertas de los coches sin mirar o los adelantamientos tambi¨¦n son un riesgo. Otra pega que los ciclistas encuentran en las normas vigentes es que la bici es tratada igual que el resto de veh¨ªculos, cuando no es lo mismo. Se quejan de que las multas son iguales a las impuestas a coches, camiones o motos, por eso quieren que sus faltas se consideran leves, que no pasen de los 90 euros.
Y si en las calles buscan hacerse un hueco, en el Reglamento General de Circulaci¨®n, tambi¨¦n. La Direcci¨®n General de Tr¨¢fico est¨¢ revisando este c¨®digo y negocia un cap¨ªtulo exclusivo dedicado a la bicicleta. La DGT lo anunci¨® hace solo unos d¨ªas en unas jornadas sobre movilidad celebradas en C¨®rdoba. El reglamento se modificar¨¢ este mismo a?o, con el objetivo de que la bici pase de medio de transporte "alternativo" a "preferente" en las ciudades. Las bicis podr¨¢n circular por las aceras de m¨¢s de tres metros de ancho, por el centro de la calzada -como piden los lobbies ciclistas- y se incentivar¨¢n las calles con velocidades m¨¢ximas de 30 kil¨®metros por hora, lo que facilitar¨¢ el tr¨¢nsito de los ciclistas. Hasta ahora, las bicicletas estaban "marginadas", ya que deb¨ªan circular obligatoriamente por la derecha, reconoci¨® el subdirector de Normativa de Tr¨¢fico, Ram¨®n Ledesma. La reforma deja abierta la posibilidad de que los Ayuntamientos permitan la circulaci¨®n de las bicicletas en el sentido contrario a la marcha del resto de los veh¨ªculos, algo que ahora est¨¢ prohibido. Ayuntamientos como los de Valencia que, por ejemplo, proh¨ªben el tr¨¢nsito por las aceras ya han anunciado que una vez se reforme el reglamento se adaptar¨¢n a las nuevas normas. "El uso de la bicicleta es bueno para la movilidad y para reducir la contaminaci¨®n", asumi¨® Ledesma en pleno debate en Espa?a sobre c¨®mo contener las emisiones nocivas en las urbes m¨¢s congestionadas por el tr¨¢fico rodado.
"Queremos que se tenga en cuenta la idiosincrasia de este medio de transporte, ya que en estos momentos es un veh¨ªculo m¨¢s", pide la coordinadora Conbici. Los ciclistas quieren circular por el centro del carril y no verse arrinconados a la derecha del vial, donde se pegan con bordillos, socavones y otras irregularidades del pavimento. Quieren que se generalice la restricci¨®n de velocidad a 30 kil¨®metros hora en calles secundarias. "Sabemos que es dif¨ªcil en la Castellana, en Madrid, pero no en v¨ªas secundarias cercanas", a?ade. Muchos Ayuntamientos no ven con simpat¨ªa estas cesiones y recelan de que los ciclistas compartan calzada con los autobuses por temor a retrasos en el servicio y a las quejas de los usuarios.
"Queda mucha pedagog¨ªa por hacer", reconoce Merallo, preocupado como el resto de asociaciones por desterrar la mala imagen del ciclista. En la calzada, los coches ven las bicis como un estorbo y en las aceras, los peatones igual. En este sentido, no les ha gustado nada, por ejemplo, algunas campa?as televisivas de Tr¨¢fico donde se da por sentado que los ni?os solo pueden ir al cole en coche. "Londres ha hecho mucho en este sentido; en las campa?as publicitarias, por ejemplo, usar la bici es de personas responsables. El alcalde da ejemplo y la usa", cuenta Merallo.
En M¨¦xico, otro lugar al que ha llegado el servicio de pr¨¦stamo de bicis, los concejales se echan a la calle de vez en cuando a pedalear. En Espa?a, los movimientos pro bici, que han funcionado hasta ahora a golpe de voluntarismo, se han aliado con artistas como Cristina Rosenvinge o Bel¨¦n Moneo, usuarias habituales de la bicicleta, para hacerla m¨¢s popular. Otro de sus retos -tienen una campa?a dise?ada para ello- es conseguir en 2015 un mill¨®n m¨¢s de ciclistas por las calles. Se ver¨¢.
Sostenibles y rentables
A pesar de las dificultades, pocos discuten que el ciclismo urbano est¨¢ en auge. Si Londres ha apostado decididamente por este medio de transporte y acaba de estrenar unos supercarriles bidireccionales pintados de un intenso azul, y Par¨ªs se ha adaptado en poco tiempo a este medio de transporte, Espa?a, por su clima y su orograf¨ªa, tiene unas condiciones de partida envidiables.
"En Barcelona hay el doble de viajes en bici que antes de implantar el Bicing", explica Alberto C¨¢ceres, director general adjunto de Clear Channel en Espa?a, la multinacional que gestiona el servicio de pr¨¦stamo en la capital catalana y en Zaragoza. En esta ciudad ruedan 1.000 bicis y se han instalado 100 estaciones. El Bicing abri¨® en Barcelona en 2007 y hoy dispone de 6.000 bicicletas y 419 estaciones. El ritmo actual es de 2.800 altas de media mensual. "Cada mes", a?ade C¨¢ceres, "estas bicicletas recorren m¨¢s de dos millones de kil¨®metros", Por el modelo de Bicing se han interesado ciudades como Buenos Aires, Sydney, Washington, Nueva York, Berl¨ªn o Tokio, presume esta multinacional especializada en publicidad y servicios ciudadanos.
JCDecaux, la otra gran compa?¨ªa del sector, es responsable de los servicios de pr¨¦stamo en capitales como C¨®rdoba, Gij¨®n, Sevilla, Santander y Valencia. "Por Espa?a circulan ya 5.000 bicicletas de JCDecaux, con 438.156 abonados y m¨¢s de 17 millones de usos hasta ahora", se?ala un portavoz.
En ambos casos, el sistema funciona mediante un sistema de abono, diario o semanal, que funciona a todas horas. Esta multinacional prev¨¦ que la demanda crezca: "L¨®gicamente durante la crisis los ciudadanos usan m¨¢s los transportes p¨²blicos, por lo que el uso de la bicicleta p¨²blica aumentar¨¢, ya que es barato y limpio". Responsable del servicio V¨¦lib, en Par¨ªs -con 20.600 bicicletas y 1.451 estaciones-, destaca el ahorro en las emisiones de di¨®xido de carbono que supone el uso de la bici.
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