Lectura subjetiva
Uno se enfrenta al nuevo t¨ªtulo del Sal¨®n... de Trapiello seguro ya de poder disfrutar de una lectura placentera y sosegada. Estar¨¢n ah¨ª las escenas familiares y las idas al Rastro, la vida despreocupada en Las Vi?as y la fiereza de las trifulcas literarias en la ciudad. Es una experiencia de lectura peculiar y muy recomendable para todos, pues, parafraseando a Juan de J¨¢uregui, es un potente ant¨ªdoto contra la pestilente tiran¨ªa de las novelas de intriga. Es una lectura subjetiva que cada cual puede organizar a su gusto. Uno puede leer a rachas o con interrupciones, puede tambi¨¦n alterar el orden de la lectura saltando hacia adelante y volviendo hacia atr¨¢s y, desde luego, puede levantarse y pasar a consultar otros tomos siempre que le parezca. Cada volumen, eso s¨ª, mantiene la unidad del a?o natural y empieza y termina casi siempre en Las Vi?as. Aunque ahora he de advertir que este empieza de manera ins¨®lita con una extra?a carta (?"muy" extra?a, verdaderamente!) que contiene la petici¨®n de un amigo que altera no solo la tranquilidad del personaje sino tambi¨¦n la del lector. Y todos nos quedamos en la duda de si la carta tendr¨¢ algo que ver con el hecho de que el volumen tenga solo la mitad de p¨¢ginas que las ¨²ltimas entregas. Desde luego Trapiello prosigue incansable su tarea de construir un personaje que es quien se queda con las iniciales, A. T. La discusi¨®n de la relaci¨®n entre autor y personaje es ya can¨®nica en los comentarios que se producen en torno a esta obra monumental (?novela?, ?memorias?, ?diarios?). El personaje absorbe nuestra atenci¨®n con naturalidad. Sus rasgos neur¨®ticos le llevan a magnificar cualquier cr¨ªtica adversa y abundan, por tal motivo, las batallas campales (que el lector, morboso, agradece). A m¨ª me parece ver a A. T. deseoso de salir a la calle desierta como los pistoleros del western (m¨¢s como Dean Martin que como John Wayne) y resolver a tiro limpio sus diferencias con el cr¨ªtico literario que no le ha tratado bien. Agradecidos le estamos los lectores por lo que nos hace disfrutar, pero nuestras relaciones personales son, como tantas otras, contradictorias. En ese a?o de 2003 nos re¨ªmos un poco de ¨¦l cuando lamenta sus trifulcas por haber ganado el Nadal, pero estamos a rajatabla con ¨¦l cuando en el momento oportuno pregunta a un enfermero: "?El cirujano es idiota?".
Apenas sensitivo
Andr¨¦s Trapiello
Pre-Textos. Valencia, 2011
378 p¨¢ginas. 25 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.