Bildu, juego de m¨¢scaras
En los ¨²ltimos d¨ªas se han sucedido distintos acontecimientos que de uno u otro modo sugieren que la cara externa de los mismos sirve para ocultar su verdadero contenido. Ser¨ªan, pues, m¨¢scaras encubridoras de la realidad. Tal vez el caso m¨¢s evidente ser¨ªa el espect¨¢culo ofrecido por la boda en Londres de Willie y Kate. Por muy hermoso que fuera el vestido de la princesa Letizia, un toque de belleza nunca viene mal, el in¨²til desfile de personajes empingorotados sirvi¨® ante todo para recordar la enorme distancia que existe hoy entre la instituci¨®n mon¨¢rquica y las sociedades europeas: el despliegue de lujo casi siempre estramb¨®tico por quienes una vieja amiga calificaba de "par¨¢sitos reales" supon¨ªa un verdadero insulto para los millones de ciudadanos en situaci¨®n de paro y pobreza. "El que no trabaje, que no coma", nos advierte la m¨¢xima evang¨¦lica citada por el papa Ratzinger en su ¨²ltimo libro sobre Jes¨²s, cuya menci¨®n sirve de paso para plantear si no ser¨¢ tambi¨¦n una m¨¢scara el tipo de religiosidad como espect¨¢culo que ha dominado el rito de beatificaci¨®n de un papa en el fondo tan cuestionable por su actitud de ruptura frente al intento de compromiso con el mundo moderno que esbozara el Concilio Vaticano II.
De nuevo estamos ante el ¨¦xito de la antigua t¨¢ctica de ETA, ya probada con los Comunistas de las Tierras Vascas y ANV
Pero en nuestras circunstancias actuales, el tema de la m¨¢scara tiene sobre todo connotaci¨®n pol¨ªtica y concierne a algo tan a ras de suelo como la legalizaci¨®n por el Constitucional de una coalici¨®n electoral donde figura como protagonista efectivo, y oculto, la izquierda abertzale. La cuesti¨®n puede ser resuelta f¨¢cilmente en dos direcciones opuestas: bien, de acuerdo con su condici¨®n de "jueces progresistas", los votantes por la legalizaci¨®n han hecho respetar un derecho democr¨¢tico y abierto una puerta a la "izquierda abertzale moderada" (sic); bien se ha tratado de una maniobra siniestra del PSOE para introducir a ETA en las instituciones vascas. Buenos y malos, cuando conviene recordar la complejidad de la situaci¨®n y formular tanto necesarias preguntas como algunas conclusiones provisionales.
De entrada, al PSOE todo el transcurso del episodio no ha hecho m¨¢s que da?arle y en su precariedad actual solo le falta que salvo en Euskadi y en Catalu?a lluevan sobre el Gobierno las acusaciones de connivencia con ETA. Por a?adidura, con la honrosa excepci¨®n antes y ahora de Manuel Arag¨®n, aut¨¦ntico progresista por su sentido de la independencia, el alineamiento gregario de los llamados "progresistas", de designaci¨®n gubernamental, es tan contrario a la imagen de una justicia imparcial como el de los jueces ultraconservadores del Supremo, aqu¨ª con refuerzos externos, en el caso Garz¨®n. M¨¢s a¨²n si tomamos en consideraci¨®n el tranquilizante ofrecido por el diputado Madina al PNV sobre la rectificaci¨®n que el TC impondr¨ªa al veto del Supremo. A la vista de la amenaza de Urkullu, surge el mal pensamiento de que el Gobierno cambi¨® de posici¨®n mirando a su deseo de sobrevivir un a?o. Hip¨®tesis frente a la cual se alza el precedente de la fuerte posici¨®n legalizadora de la minor¨ªa ya en el TS. Ser¨ªa ¨²til conocer qu¨¦ documentos facilit¨® Interior a ambos tribunales, dada la ins¨®lita tardanza del discutido informe sobre la entrevista ETA-EA en 2009. En particular, si les lleg¨® la circular interna de Batasuna de enero de 2011 donde tan bien se reflejan la autonom¨ªa y las coincidencias con ETA al borde de la propuesta de Sortu.
Ha sido un juego de suma negativa. Basta recordar los respectivos comunicados de Bildu y Sortu sobre el tiroteo de Francia para ver c¨®mo Sortu se ve¨ªa obligada a un rechazo claro, mientras Bildu reprodujo los viejos eufemismos. A Sortu legal cab¨ªa exigirle el cumplimiento de su oferta, un viraje si se quiere fingido, pero tajante en la forma respecto de ETA. Ahora la m¨¢scara se ha partido en m¨¢s de 200, sin que los jueces hayan apreciado que solo con un protagonista a¨²n ilegal detr¨¢s de Bildu son explicables sus repartos de poder favorables a los supuestos independientes. Y que a diferencia de Sortu, de nuevo estamos ante el ¨¦xito total de la antigua t¨¢ctica de ETA, ya probada con los Comunistas de las Tierras Vascas y ANV. EA y Alternatiba son partidos legales, pero al primero, agonizante, esto le salva, y del segundo, ni se sabe. En suma, la victoria de los dos nacionalismos es incuestionable, veremos si sobrevive el pacto PSE-PP y, sobre todo, nada invita a ETA a desaparecer ni a Batasuna a completar su conversi¨®n democr¨¢tica. El episodio la ha asociado inmerecidamente a la causa de la libertad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.