Hacia el fin del enigma del AF-447
Dos a?os despu¨¦s de que el oc¨¦ano se tragara el avi¨®n franc¨¦s, se recuperan los cad¨¢veres y las cajas negras que permitir¨¢n saber qu¨¦ fall¨® esa noche
A 800 kil¨®metros de las costas brasile?as, en medio del Atl¨¢ntico y a 3.900 metros de profundidad, se encuentran desde hace dos a?os los restos del Airbus de Air France que en la madrugada del 1 de junio de 2009 se estamp¨® contra el oc¨¦ano con 228 personas a bordo. En esa planicie abisal a la que no le ha llegado la luz jam¨¢s y en la que hasta las bacterias encuentran dificultades para sobrevivir, a dos grados de temperatura, a¨²n duermen alrededor de 60 cad¨¢veres que, seg¨²n varios especialistas, no solo podr¨ªan encontrarse en no muy mal estado de conservaci¨®n, sino que incluso ser¨ªan reconocibles e identificables a simple vista, momificados como espectrales figuras de cera, seg¨²n describ¨ªa el jueves pasado un m¨¦dico forense al diario Le Figaro. Las particulares condiciones de ese infierno, parad¨®jicamente, han empujado a que algunos de los cuerpos adquieran una consistencia cer¨²lea y jabonosa a pesar de llevar casi 24 meses en esa sima a cuatro kil¨®metros de profundidad.
Nunca antes las dos cajas negras de un avi¨®n pasaron tanto tiempo bajo el agua
El mi¨¦rcoles pasado, el equipo t¨¦cnico que explora la zona consigui¨® sacar a flote los restos de un pasajero, que fue izado sentado sobre el asiento del avi¨®n en el que se mont¨® en 2009, con el cintur¨®n de seguridad abrochado, tal como ha permanecido dos a?os en el fondo del oc¨¦ano. Con todo, el cad¨¢ver, en su subida de cuatro kil¨®metros hacia el exterior, se desmembr¨®: seg¨²n el cad¨¢ver va emergiendo pasa de los dos a los 26 grados, proceso en el que sufre una oxidaci¨®n fulminante y fatal. La Direcci¨®n de la Gendarmer¨ªa francesa, que se encarga de la tarea de rescatar los cad¨¢veres, inform¨® del hallazgo, pero tambi¨¦n de las extremas dificultades que rodean la operaci¨®n y de que ser¨¢ muy complicado repescar m¨¢s. El viernes, a pesar de todo, lograron recuperar otro. E intentar¨¢n sacar a flote a todos, por mandato judicial y a pesar de que algunos familiares de las v¨ªctimas son partidarios de dejar los cuerpos en el mar.
La recuperaci¨®n casi milagrosa de estos cad¨¢veres se produjo a solo unos d¨ªas de que se repescaran las dos cajas negras del avi¨®n. Nunca en la historia de la aviaci¨®n mundial dos cajas negras han pasado tanto tiempo debajo del agua y a tanta presi¨®n. Sin embargo, parecen estar en buen estado. Parecen. Las cajas negras son concebidas para aguantar un mes bajo las aguas, as¨ª que es posible que su tarjeta de memoria (semejante en cierto modo a la de las m¨¢quinas de fotos) se encuentre deteriorada. De cualquier forma, los especialistas de la Oficina de Investigaciones y An¨¢lisis (BEA, en sus siglas en franc¨¦s), el organismo que investiga el accidente, conf¨ªa en desentra?ar su contenido.
Una de estas cajas negras -en realidad dos cilindros de 10 kilos de color naranja- atesora 1.500 par¨¢metros t¨¦cnicos (velocidad, altitud, caracter¨ªsticas del pilotaje autom¨¢tico...). La otra ha grabado las conversaciones de los pilotos, sus reacciones ante los desperfectos y los ruidos de alarma del avi¨®n. El an¨¢lisis cruzado de las dos resolver¨ªa el enigma.
Se sabe que el avi¨®n del vuelo AF-447, procedente de R¨ªo y con destino Par¨ªs, coste¨® Brasil, se intern¨® en el oc¨¦ano desde Arrecife y se top¨® con una tormenta. Esta zona del Atl¨¢ntico, denominada con tino El Caldero Negro, es conocida por sus colosales tempestades instant¨¢neas de viento y granizo. Algunos pilotos comentan que atravesar una tormenta de esas al mando de un avi¨®n es como viajar dentro del tambor de una lavadora en marcha. Se sabe que otros aviones, que sobrevolaban la zona esa misma madrugada del 1 de junio a esa hora, desviaron el rumbo. Por el lugar en que se han encontrado los restos y la trayectoria que presentan, ahora se sabe tambi¨¦n que el Airbus no lo hizo y que embisti¨® la tormenta de frente. ?Por qu¨¦?
A las cuatro de la ma?ana, una hora despu¨¦s de la ¨²ltima comunicaci¨®n por radio con Brasil -en la que el piloto avis¨® de turbulencias-, Par¨ªs recibi¨® el primero de una serie de 24 mensajes codificados enviados por el avi¨®n autom¨¢ticamente. Indicaban que el piloto autom¨¢tico hab¨ªa sido desconectado y que el control era manual. ?Por qu¨¦? Tambi¨¦n informaban de que el avi¨®n volaba a una velocidad inapropiada. El ¨²ltimo de estos mensajes alcanz¨® Par¨ªs a las 4.14 de la madrugada y era definitivo. Se ha traducido por "cabina en velocidad vertical" y quiere decir que el avi¨®n ca¨ªa al mar como una piedra.
Desde entonces se han sucedido las hip¨®tesis. Tambi¨¦n una acusaci¨®n de homicidio involuntario al constructor Airbus y a la compa?¨ªa Air France por parte de un tribunal de Par¨ªs.
El ¨²ltimo informe de la BEA, bas¨¢ndose en los pocos elementos con que contaba, adelant¨® que los medidores de las sondas de velocidad, unas piezas parecidas a unas pistolas que el avi¨®n lleva alojadas en los laterales, se contradec¨ªan. Tal vez se helaron por el granizo. El hecho de internarse en una tormenta con los sensores de velocidad en mal estado puede acarrear que el avi¨®n vaya demasiado despacio o demasiado deprisa, lo que resulta fatal en ambos casos. Con todo, esto no explica por s¨ª solo el accidente.
Hay algo m¨¢s. Las cajas negras llegar¨¢n a Par¨ªs este mes para mostrar lo que falta del rompecabezas. Si la informaci¨®n que contienen es accesible, a finales de mayo se sabr¨¢, por fin, qu¨¦ empuj¨® al Airbus 447 y a sus 228 ocupantes al abismo en medio de la noche y tormenta. El enigma que ha dormido dos a?os bajo las aguas quedar¨¢ desvelado.
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