La primavera de los banqueros
El a?o pasado, el Partido Republicano logr¨® dos ejemplos espectaculares de campa?a enga?osa. El caso de Medicare, en el que las mismas personas que gritaban sobre las listas de la muerte tratan ahora de desmantelar el programa entero, fue el m¨¢s evidente. Pero lo mismo pas¨® e con la reforma financiera. Los republicanos hicieron campa?a incansablemente en contra de los rescates bancarios. Entre otras cosas, consiguieron convencer a una mayor¨ªa relativa de votantes de que la enormemente impopular legislaci¨®n sobre los rescates econ¨®micos propuesta y aprobada por el Gobierno de Bush fue promulgada durante la guardia del presidente Barack Obama.
Y ahora est¨¢n haciendo todo lo posible por asegurarse de que habr¨¢ rescates econ¨®micos a¨²n mayores en los pr¨®ximos a?os. ?Qu¨¦ hace falta para limitar los rescates futuros? Declarar que nunca volveremos a hacerlo no es una respuesta v¨¢lida: cuando la tormenta financiera arrecia, quitarse de en medio mientras los bancos caen como fichas de domin¨® no es una opci¨®n. Despu¨¦s de todo, eso es lo que los responsables pol¨ªticos hicieron en 1931, y la crisis bancaria que se desencaden¨® a ra¨ªz de ello convirti¨® una simple recesi¨®n en la Gran Depresi¨®n.
Los futuros rescates, sin una normativa eficaz, ser¨¢n mayores, m¨¢s caros y m¨¢s frecuentes
Y no olvidemos que los mercados entraron en ca¨ªda libre cuando la Administraci¨®n de Bush permiti¨® que Lehman Brothers quebrase. Solo una acci¨®n r¨¢pida -que inclu¨ªa la aprobaci¨®n del odiad¨ªsimo rescate- impidi¨® que los acontecimientos de 1931 se repitiesen. Entonces, ?cu¨¢l es la soluci¨®n? La respuesta es una regulaci¨®n que limite la frecuencia y la magnitud de las crisis financieras, combinada con normas que permitan al Gobierno conseguir un buen trato cuando los rescates econ¨®micos se vuelvan necesarios.
Recuerden que, desde los a?os treinta hasta los ochenta, Estados Unidos logr¨® evitar los grandes rescates de instituciones financieras. La era moderna de los rescates no se inici¨® hasta la ¨¦poca de Reagan, cuando los pol¨ªticos empezaron a desmantelar la normativa de la d¨¦cada de los a?os treinta. Adem¨¢s, la normativa no se fue actualizando a medida que evolucionaba el sistema financiero. Las instituciones que fueron rescatadas en 2008 y 2009 no eran bancos a la antigua usanza; eran imperios financieros complejos, muchas de cuyas actividades no estaban reguladas en la pr¨¢ctica (y fueron estas actividades no reguladas las que hicieron que la econom¨ªa estadounidense mordiese el polvo).
Y lo que es a¨²n peor, los funcionarios no ten¨ªan una autoridad clara para embargar estos imperios fracasados del mismo modo en que la Corporaci¨®n Federal de Seguro de Dep¨®sitos puede embargar un banco convencional cuando quiebra. Esa es una de las razones por las que el rescate econ¨®mico se parec¨ªa tanto a un regalo: las autoridades ten¨ªan la sensaci¨®n de que les faltaban las herramientas para salvar el sistema financiero sin permitir que quienes generaron la crisis se librasen del castigo.
El a?o pasado, los congresistas dem¨®cratas aprobaron un proyecto de ley de reforma financiera que trataba de llenar estas lagunas legales. El proyecto de ley ampliaba la normativa en diversos sentidos: protecci¨®n del consumidor, normas sobre capital m¨¢s estrictas para las instituciones, mayor transparencia para los instrumentos financieros complejos. Y creaba nuevas facultades -"autoridad de resoluci¨®n"- para ayudar a los funcionarios a mejorar su capacidad de negociaci¨®n en crisis futuras.
Se pueden hacer muchas cr¨ªticas a esta legislaci¨®n, a la que se podr¨ªa tachar de excesivamente flexible. Y la Administraci¨®n de Obama ha decepcionado a muchas personas con su actitud excesivamente indulgente hacia Wall Street (ilustrada por su decisi¨®n de la semana pasada de eximir de la normativa las permutas financieras de divisas, que fueron una importante fuente de trastornos en 2008).
Pero los republicanos est¨¢n tratando de socavarlo todo. All¨¢ por el mes de febrero, los legisladores del Partido Republicano reconoc¨ªan con franqueza que estaban intentando paralizar la reforma financiera suprimiendo la financiaci¨®n. Y la reciente propuesta presupuestaria de la C¨¢mara, que pide la privatizaci¨®n y el uso de cupones para Medicare, tambi¨¦n exige que se elimine la autoridad de resoluci¨®n, lo que en la pr¨¢ctica dejar¨ªa las cosas de tal manera que los banqueros conseguir¨ªan en la pr¨®xima crisis un trato igual de beneficioso que el que consiguieron en 2008.
Por supuesto, los republicanos no lo expresan as¨ª. Afirman que su objetivo es "terminar con el ciclo de futuros rescates econ¨®micos", bajo el ep¨ªgrafe general de "terminar con los subsidios empresariales". Pero como vemos, los futuros rescates se producir¨¢n independientemente de lo que digan los pol¨ªticos actuales y, sin una normativa eficaz, ser¨¢n mayores, m¨¢s frecuentes y m¨¢s caros.
Para ver lo que realmente est¨¢ pasando, hay que seguir al dinero. Wall Street sol¨ªa apoyar a los dem¨®cratas, quiz¨¢s porque los financieros tienden a ser liberales en asuntos sociales. Pero la avaricia triunfa sobre los derechos de los homosexuales, y las contribuciones del sector financiero se inclinaron claramente hacia los republicanos en las elecciones de 2010. Por lo visto Wall Street, a diferencia de los votantes, no ten¨ªa dificultades para adivinar las verdaderas intenciones del partido. Y una cosa m¨¢s: al interponerse en el camino de las normativas que contendr¨ªan las futuras crisis financieras, los republicanos est¨¢n ofreciendo a¨²n m¨¢s pruebas de que en realidad no les importan los d¨¦ficits presupuestarios.
Porque nuestro d¨¦ficit actual es, en su mayor¨ªa, una consecuencia de la crisis financiera de 2008, que devast¨® los ingresos y aument¨® el coste de programas como el seguro de desempleo. Y aunque hayamos conseguido evitar grandes costes directos de los rescates econ¨®micos, puede que la pr¨®xima vez no tengamos tanta suerte.
M¨¢s crisis y m¨¢s grandes; m¨¢s rescates y m¨¢s grandes; m¨¢s d¨¦ficits y m¨¢s grandes. Si les gusta esa perspectiva, les encantar¨¢ lo que el Partido Republicano est¨¢ haciendo con la reforma financiera.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa en la Universidad de Princeton y premio Nobel de Econom¨ªa 2008. ? 2011 New York Times News Service. Traducci¨®n de News Clip.
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