"Hemos creado un monstruo: el sistema financiero internacional"
Corren por ah¨ª varias leyendas sobre el economista estadounidense Stephen Roach, presidente de Morgan Stanley en Asia. Se dice que en los tres ¨²ltimos a?os ha recorrido m¨¢s de 1,5 millones de kil¨®metros en viajes por el continente asi¨¢tico y EE UU, por sus clases en Yale. "Son 1,4 millones en realidad". Se cuenta que cuando el Nobel Paul Krugman reclam¨® medidas proteccionistas en EE UU para presionar a China en la guerra de divisas sugiri¨® atizarle con un bate de b¨¦isbol. "Yo pensaba en algo menos rotundo, no s¨¦, ?una buena estaca?". Roach, de 65 a?os y uno de los tipos m¨¢s influyentes en Wall Street, se muestra socarr¨®n en muchos momentos de esta entrevista, en un c¨¦ntrico hotel de Madrid. Tiene otros registros.
"La econom¨ªa de EE UU ha estado secuestrada por una ideolog¨ªa da?ina"
"Se ha abusado del cr¨¦dito 15 a?os. Su necesidad de ajuste es may¨²scula"
"El desaf¨ªo en Espa?a es el mismo que en EE UU: la consolidaci¨®n fiscal"
"Si China deja de comprar deuda de EE UU, podr¨¢ en riesgo al d¨®lar"
Por encima de todo, es uno de los mayores pesimistas de la historia econ¨®mica contempor¨¢nea: puede que haya buenas razones para serlo. Hace un par de a?os, en Davos, el economista Martin Wolf le acus¨® de estar volvi¨¦ndose blando. "?No soy un optimista!", dijo entonces en un tono que denotaba que se sent¨ªa insultado. "Es cierto: no lo soy", admite al final de la charla al recordar la an¨¦cdota, mientras apura la cerveza. Ni siquiera con China, una de sus grandes obsesiones, que le ha llevado a vivir varios a?os en Hong Kong.
Pregunta. Cu¨¦nteme esa historia de la flor de los mil p¨¦talos.
Respuesta. Eso fue hace a?os. Cuando le expliqu¨¦ a un economista chino que lo que necesitaba China era elevar su consumo interno y reducir su tasa de ahorro me contest¨®: "Eso es como encontrar la flor de los mil p¨¦talos". Y ante mi cara de extra?eza me dijo que, evidentemente, nadie va a encontrar nunca esa flor: no existe.
P. Pero usted es de los que piensan que eso es lo que requiere la econom¨ªa global: EE UU debe consumir menos; China, consumir m¨¢s. ?Eso va a suceder?
R. China no tiene otra elecci¨®n. Especialmente en este ambiente poscrisis, sin demanda procedente de EE UU, Europa y Jap¨®n. Y el Gobierno est¨¢ yendo por ese camino: ha puesto en marcha un plan para buscar nuevas fuentes de empleo, elevar los sueldos y reducir la tasa de ahorro construyendo el embri¨®n de una red de seguridad social. Son los cimientos de una sociedad de consumo. Eso es imprescindible. Pero a la vez un riesgo enorme.
P. ?Por qu¨¦?
R. China es el mayor ahorrador del mundo. Elevar el consumo reducir¨¢ la tasa de ahorro y con ella su nivel de acumulaci¨®n de reservas, su demanda de bonos, de d¨®lares estadounidenses. Ah¨ª est¨¢ el problema. El pa¨ªs con el mayor d¨¦ficit, EE UU, no parece tener el menor apetito por reducir su d¨¦ficit; le cuesta reconstruir el balance de las familias. Como resultado, puede haber una colisi¨®n: si el mayor ahorrador empieza a consumir, pero el mayor consumidor no empieza a ahorrar, ?c¨®mo va a financiarse Estados Unidos?
P. Suele advertir del riesgo de una generaci¨®n de consumidores zombis en EE UU.
R. Los estadounidenses han abusado de su tarjeta de cr¨¦dito durante 15 a?os: presentan niveles hist¨®ricos de deuda, tasas de ahorro por los suelos, un d¨¦ficit comercial insostenible. El paro por las nubes. Hay una necesidad may¨²scula de ajuste. Si eso no se produce veremos una d¨¦cada perdida a la japonesa. Una econom¨ªa zombi. Porque viene una generaci¨®n entera de consumidores zombis, atrapados por una enorme deuda, sin capacidad para gastar.
P. Hace un a?o pensaba que hab¨ªa un 45% de probabilidades de una reca¨ªda en la recesi¨®n en EE UU. ?Es a¨²n tan pesimista?
R. Puede que sea un 43% (se r¨ªe). En medio de una recuperaci¨®n tan fr¨¢gil, EE UU es vulnerable a todo tipo de shocks, y curiosamente esas sacudidas no dejan de producirse: un d¨ªa un tsunami en Jap¨®n, al d¨ªa siguiente des¨®rdenes en Oriente Pr¨®ximo que encarecen el petr¨®leo, ahora puede que una desaceleraci¨®n en la recuperaci¨®n econ¨®mica mundial.
P. S&P y el FMI han avisado de una posible crisis fiscal en EE UU. ?Le sorprende?
R. Me sorprend¨ªa que las cosas siguieran igual y nadie avisara, nadie alertara. Esa era la sorpresa.
P. ?Ve una crisis fiscal a la europea o problemas con el d¨®lar?
P. Una vez m¨¢s, hay que volver a China. Si China deja de ahorrar tanto y de comprar deuda estadounidense al ritmo que lo ven¨ªa haciendo, los riesgos de una ca¨ªda desordenada del d¨®lar son significativos. En cuanto a la crisis fiscal, me cuesta hacer una comparaci¨®n entre la deuda estadounidense, a¨²n con este d¨¦ficit cr¨®nico, y los problemas en Europa. Tal vez los datos sean similares, pero el mercado de la deuda norteamericana es mucho m¨¢s l¨ªquido, m¨¢s potente, por ese lado los problemas no son similares.
P. Rescates en Grecia, Irlanda y Portugal. ?C¨®mo se ve Espa?a desde Wall Street?
R. El dilema es que los mercados dudan de la voluntad pol¨ªtica de Europa para resolver todo este asunto. Estos ajustes, toda esta consolidaci¨®n fiscal supone un freno para el PIB, problemas con el paro, ese tipo de cosas: eso vale para Grecia, Irlanda, Portugal y, por cierto, vale para Espa?a. El Gobierno espa?ol se ha comprometido con la reducci¨®n del d¨¦ficit. Creo en esas buenas intenciones, s¨¦ que hay medidas muy concretas. Pero con el paro en el 20%, los mercados se preguntan si el Gobierno va a tener la voluntad pol¨ªtica de seguir situando la reducci¨®n del d¨¦ficit como prioridad. Esas dudas son las que hacen que la prima de riesgo espa?ola no baje de los 200 puntos.
P. ?Las cosas pueden ir a peor?
R. Hay un riesgo pol¨ªtico en todo el mundo: las econom¨ªas realmente endeudadas tienen que lidiar con la consolidaci¨®n fiscal y a la vez con un alto desempleo y una d¨¦bil, muy d¨¦bil recuperaci¨®n. El desaf¨ªo de Espa?a es el mismo que en EE UU.
P. Tal vez, pero los mercados castigan mucho m¨¢s a Espa?a.
R. Con ese nivel de paro... Hay algunas cosas que recuerdan a los problemas de la econom¨ªa japonesa. Ese es el riesgo: una d¨¦cada perdida a la japonesa. Si Espa?a consigue hacer frente a sus problemas con rapidez, el sistema financiero est¨¢ en mucha mejor forma de lo que estaba en Jap¨®n. Si no se hace as¨ª, entonces podr¨ªamos ver una versi¨®n de lo que ocurri¨® con Jap¨®n.
P. ?Va a haber reestructuraciones de deuda en Europa?
R. Un default nunca es la soluci¨®n. Pero hay serios problemas en la eurozona que no van a mejorar por mucho tiempo.
P. El G-20 y Obama prometieron grandes cambios en la regulaci¨®n financiera. ?Usted los ve?
R. Hemos creado un monstruo: el sistema financiero es demasiado complejo, global, enorme, es imposible de entender por los reguladores. Hay que cambiar el mandato de los bancos centrales: no basta con la estabilidad de precios, hay que centrarse en la estabilidad financiera, prevenir la formaci¨®n de burbujas, luchar contra eso. Hasta que eso suceda el riesgo es que aparezca otra crisis exactamente igual que esta.
P. ?Aceptar¨¢ eso Wall Street?
R. La econom¨ªa de EE UU ha sido secuestrada durante mucho tiempo por una ideolog¨ªa muy da?ina. Tengo dudas. El informe del Congreso sobre la crisis es esclarecedor: la ideolog¨ªa de los libertarios del mercado que llevaban las riendas de la econom¨ªa, esa carrera por la desregulaci¨®n, esa falta de supervisi¨®n fue la receta del desastre y es la receta para repetir el desastre. Necesitamos una regulaci¨®n y supervisi¨®n adulta ante la complejidad de esos mercados. Y la necesitamos ya.
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