"La oposici¨®n paraliza al pa¨ªs"
Detr¨¢s de la mesa de trabajo en su despacho de la presidencia del Gobierno, el primer ministro Sali Berisha, de 67 a?os, tiene tres banderas: la albanesa, por supuesto, la de la OTAN y la de la UE. Estas dos ¨²ltimas parecen ser las ¨²nicas cosas sobre las que no se discute en Albania. El resto es un campo de batalla total. A veces, literal. En enero, una manifestaci¨®n de protesta ante el despacho de Berisha degener¨® en un ataque violento. La Guardia Nacional abri¨® fuego. Cuatro personas murieron.
?Actuaron correctamente las fuerzas de seguridad? "Mire, el d¨ªa 21 de enero estuve sitiado en mi oficina durante cinco horas. Fue un verdadero ataque. Algunas balas alcanzaron las ventanas, miles de piedras fueron lanzadas, 130 agentes heridos. Yo no di a la Guardia la orden de disparar. Esta act¨²a seg¨²n sus reglas de enfrentamiento, establecidas por una norma aprobada bajo el anterior Gobierno. Si es atacada, la Guardia dispara al aire primero. Si el ataque prosigue, disparan a la amenaza. Hay una investigaci¨®n en curso que determinar¨¢ si han sobrerreaccionado", responde Berisha durante una entrevista.
La oposici¨®n rechaza que la violencia empezara desde sus filas y denuncia las maniobras del Gobierno de Berisha para frenar la investigaci¨®n. El asunto ha elevado notablemente la tensi¨®n pol¨ªtica en Albania, ya disparada por la disputa sobre las elecciones de 2009.
"La verdad es que este pa¨ªs tiene un problema con el l¨ªder de la oposici¨®n [el socialista Edi Rama]
que ha empezado una operaci¨®n contra el voto libre de su naci¨®n. La oposici¨®n intenta bloquear el pa¨ªs. Pero somos dem¨®cratas, y lo solucionaremos con medios dem¨®cratas", asegura Berisha.
A la explosiva situaci¨®n interna, recientemente se ha sumado el palo internacional del informe del Consejo de Europa seg¨²n el cual la guerrilla albano-kosovar mont¨® en 1999 una red de tr¨¢fico de ¨®rganos de prisioneros serbios. Fuentes an¨®nimas citadas en el texto se?alan que la red ten¨ªa apoyos en el Gobierno alban¨¦s, por aquel entonces tambi¨¦n dirigido por Berisha.
"Es puro racismo contra los albaneses. Esto es la vieja postura racista de algunos centros europeos contra mi naci¨®n. Carla del Ponte
[exfiscal del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia] escribi¨® en un libro horribles acusaciones sin fundamentarlas con una sola prueba. El Consejo de Europa, lo mismo. Sin una prueba. Adem¨¢s, f¨ªjese: si los albaneses hubiesen cometido esas atrocidades, Milosevic desde luego habr¨ªa sabido algo. Pero nunca dijo nada de eso. Dijo de todo, pero nada de eso. En todo caso, es una cuesti¨®n que hay que investigar y estamos contentos de que se haga".
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