El gran saqueo
La composici¨®n del paro en Espa?a multiplica la pobreza y la desigualdad. Los pobres son cada vez m¨¢s pobres porque han perdido bienestar y los sectores m¨¢s afectados por la crisis son los m¨¢s vulnerables al desempleo
Por m¨¢s que venda libros y se multipliquen los programas de televisi¨®n que amparan el "pensamiento positivo" (en realidad, pensamiento m¨¢gico), es muy dif¨ªcil observar la crisis econ¨®mica como una opci¨®n superadora. La "destrucci¨®n creativa" lo ser¨¢ para los que sobrevivan, no para los millones de ciudadanos que van quedando por el camino. Lo cuenta la periodista B¨¢rbara Ehrenreich, en su estupendo libro Sonr¨ªe o muere: hay gente "a la que hab¨ªan echado del trabajo y que se dirig¨ªa cuesta abajo y sin frenos hacia la pobreza, a la que se dec¨ªa que deb¨ªa ver su situaci¨®n como una oportunidad (...) La persona que pensaba en positivo no solo se sentir¨ªa mejor mientras buscaba trabajo, sino que para ella ese tr¨¢mite acabar¨ªa antes y m¨¢s felizmente".
Las pol¨ªticas p¨²blicas no se est¨¢n adecuando a la nueva situaci¨®n ni a sus riesgos
La recuperaci¨®n no implica, por s¨ª misma, una mejora inmediata de la distribuci¨®n
Esta descripci¨®n es contraria a la realidad. Empiezan a aparecer datos en Espa?a que permiten conocer las primeras huellas profundas de la Gran Recesi¨®n en los hogares, en t¨¦rminos de pobreza y de distribuci¨®n de la renta. Este primer balance no es precisamente favorable para una buena parte de los ciudadanos espa?oles: a diferencia de otros momentos de crisis en los 30 a?os largos de democracia espa?ola, ahora hay m¨¢s desigualdad porque los pobres son m¨¢s pobres porque est¨¢n perdiendo bienestar; los sectores m¨¢s afectados son los m¨¢s vulnerables al desempleo (y no los pensionistas y la gente mayor), dado que la composici¨®n del mercado de trabajo es clave para interpretar lo que est¨¢ sucediendo. Y, lo que es peor, las pol¨ªticas p¨²blicas no se adecuan a la nueva situaci¨®n ni a los riesgos que ello implica.
Existen al menos dos trabajos que han analizado esta recomposici¨®n social en Espa?a, a la luz de varios fen¨®menos concatenados: la entrada exponencial y compulsiva de inmigrantes en la ¨²ltima d¨¦cada, atra¨ªdos por las posibilidades de trabajo y las condiciones de vida; sus expectativas limitadas por el estallido de la burbuja inmobiliaria, que hab¨ªa sido parte sustancial del modelo de crecimiento; y definitivamente truncadas -las expectativas de los inmigrantes y de una buena parte de la poblaci¨®n activa aut¨®ctona- por la gran crisis econ¨®mica en la que estamos instalados. Estos dos trabajos de la Fundaci¨®n Alternativas son el Informe sobre la Democracia en Espa?a (IDE-2011), de pr¨®xima aparici¨®n, en el que los investigadores del equipo del profesor Ruiz-Huerta han profundizado en estos asuntos, y el texto titulado Pobreza y privaci¨®n material en Espa?a en el periodo 2004-2008: del auge econ¨®mico al inicio de la recesi¨®n, de la profesora Rosa Mart¨ªnez.
Para entender lo ocurrido en Espa?a en las tres d¨¦cadas largas de democracia, estas se pueden dividir en cinco etapas. La primera fase est¨¢ representada por el largo periodo de estancamiento desde el inicio de la crisis del petr¨®leo hasta la mitad de los a?os ochenta. B¨¢sicamente el periodo en que gobern¨® UCD y algo el PSOE. Entonces no hubo un empeoramiento de la desigualdad y de la pobreza, que incluso mejoraron levemente. La intensa destrucci¨®n del empleo y el tr¨¢nsito de tasas de paro inferiores al 5% a registros superiores al 20% no se tradujeron en desigualdad y pobreza porque crecieron las remuneraciones, en un periodo altamente inflacionista, y porque se desarrollaron algunos de los componentes del Estado de bienestar al amparo del proceso democr¨¢tico.
La segunda fase dura desde la mitad de los ochenta hasta el primer tercio de los noventa. Corresponde a los Gobiernos de Felipe Gonz¨¢lez. En una coyuntura en la que la mayor¨ªa de los pa¨ªses de la OCDE, subordinados a la revoluci¨®n conservadora -especialmente Estados Unidos y Reino Unido- registran espectaculares aumentos de la desigualdad, esta se reduce en Espa?a. ?Causas?, la recuperaci¨®n del empleo, aunque no se lograra reducir significativamente la tasa de paro y buena parte de los puestos de trabajo se sustentaran en el aumento de la temporalidad; y el incremento del gasto redistributivo con la puesta en marcha de nuevas prestaciones sociales y el fortalecimiento de programas que ya exist¨ªan.
La tercera fase es el trienio recesivo 1992-1994, tambi¨¦n con los socialistas en el poder. Breve pero intenso proceso de estancamiento, con tasas negativas de crecimiento del PIB. El paro aument¨® 10 puntos (desde el 15% al 25%), y hubo un fuerte crecimiento de los indicadores de pobreza y desigualdad, rompiendo la tendencia de las d¨¦cadas anteriores.
La cuarta fase va desde 1995 hasta el inicio de la actual crisis, en el verano de 2007. Final de los Ejecutivos socialistas, las dos legislaturas de Aznar y los primeros a?os de Zapatero. La prolongada etapa de crecimiento no compensa los aumentos de pobreza y de desigualdad del trienio anterior: un gran n¨²mero de los puestos de trabajo creados son de bajos salarios y en buena medida temporales; hay un aumento muy moderado, durante los primeros a?os, del gasto social, con un cierto distanciamiento respecto a los niveles medios de la UE; p¨¦rdida de la capacidad distributiva de la imposici¨®n sobre la renta y disminuci¨®n del efecto redistributivo de las prestaciones sociales monetarias debido al aumento del n¨²mero de beneficiarios y al distanciamiento de las cuant¨ªas respecto a los niveles medios de renta, etc¨¦tera.
La fase actual de recesi¨®n y estancamiento tiene sus propias peculiaridades negativas. La m¨¢s importante de ellas es el r¨¢pido crecimiento de la tasa de paro en los sustentadores principales de los hogares (al antiguo "padre de familia") que asciende casi a un mill¨®n de personas. En anteriores crisis, los efectos negativos del desempleo de j¨®venes y c¨®nyuges se compensan con el empleo de los sustentadores principales y el sistema de protecci¨®n del paro, que evitaron un intenso aumento tanto de la desigualdad y de la pobreza como de las tensiones sociales. En este contexto de crisis, el paro de los sustentadores principales ha crecido m¨¢s y de forma m¨¢s veloz que en cualquier otro momento de la historia. Igualmente revelador en este cambio sociol¨®gico es el n¨²mero de hogares en los que todos los activos se encuentran desempleados (tambi¨¦n m¨¢s de un mill¨®n). Por ¨²ltimo, es significativo observar el incremento de hogares que no reciben ni ingresos de trabajo, ni del sistema de pensiones, ni prestaciones por desempleo (por ser sus integrantes parados de larga duraci¨®n); es una poblaci¨®n cuyo ¨²nico recurso es el acceso a los sistemas auton¨®micos de rentas m¨ªnimas, dada la reciente eliminaci¨®n del programa temporal de prestaci¨®n por desempleo e inserci¨®n.
Conclusi¨®n: el volumen de paro y su composici¨®n son la manifestaci¨®n m¨¢s tangible del empeoramiento de los indicadores sobre el estado de la distribuci¨®n de la renta en relaci¨®n con objetivos razonables de equidad. Aunque la crisis ha afectado a todos, la capacidad de defensa y recuperaci¨®n es muy diferente seg¨²n el lugar que cada cual ocupa en la distribuci¨®n de la renta. Ha aumentado el riesgo de pobreza entre los parados, aunque ha mejorado ese mismo ¨ªndice entre los pensionistas.
Dos notas finales: a pesar de los esfuerzos realizados desde las pol¨ªticas p¨²blicas, la insuficiencia de medidas de protecci¨®n al desempleo, la falta de articulaci¨®n de las rentas m¨ªnimas auton¨®micas y las restricciones financieras de las Administraciones p¨²blicas suscitan serios interrogantes sobre el peligro de inestabilidad social. Por ¨²ltimo, los analistas advierten contra un espejismo: la recuperaci¨®n econ¨®mica, a la luz de la experiencia, no implica una mejora inmediata de las variables distributivas, dada la segmentaci¨®n del mercado de trabajo y la precariedad de muchos de los empleos creados.
Joaqu¨ªn Estefan¨ªa es el director del Informe sobre la Democracia en Espa?a, de la Fundaci¨®n Alternativas.
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