Bombas, pero no refugiados
millares de turistas acuden a diario a la cafeter¨ªa Argana de Marrakech. No tanto para recogerse ante el lugar en que se produjo la matanza del 28 de abril como para disparar las c¨¢maras fotogr¨¢ficas sobre el escenario donde 17 personas encontraron la muerte. La tragedia provocada por las bombas se ha mudado r¨¢pidamente en objetivo tur¨ªstico, en este caso sin la contrapartida de los euros o dirhams que la poblaci¨®n local saca de todas las dem¨¢s actividades ejercidas en la plaza de Yemaa el Fna y los zocos pr¨®ximos, uno de los lugares del Magreb m¨¢s apreciados por los europeos.
?Ser¨¢ as¨ª durante mucho tiempo? Las poblaciones del norte de ?frica necesitan un desarrollo que vaya m¨¢s all¨¢ del turismo en busca de exotismos. Pero la actual Europa recela de casi todo. Varios pa¨ªses de la UE se han implicado a fondo en los bombardeos a Libia y en el apoyo a la evoluci¨®n democr¨¢tica del norte de ?frica, pero no ayudan en la crisis de refugiados provocada por la guerra en Libia, que ha desplazado a m¨¢s de 700.000 personas, seg¨²n estimaciones de Ant¨®nio Guterres, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), publicadas en International Herald Tribune. Sabemos de cientos de ahogados en el intento de abandonar Libia, pero no subrayamos que organismos humanitarios se han visto obligados a llamar la atenci¨®n de la OTAN y las navieras comerciales, record¨¢ndoles la tradici¨®n y obligaci¨®n de ayudar a las personas que corren peligro en el mar. Lo cual es el caso de casi todos los que pretenden llegar a Malta o a la isla italiana de Lampedusa desde el norte de ?frica.
Pronto se echar¨¢ de menos a los cancerberos del norte de ?frica, en los que Europa 'delegaba' el control migratorio
La crisis libia dura ya m¨¢s de dos meses y nada indica que vaya a terminarse de un d¨ªa para otro. Avances y retrocesos de tropas, p¨¦rdidas y reconquistas de ciudades y puntos clave, bombardeos de las fuerzas de Gadafi sobre los rebeldes y de la OTAN sobre aquellas: pero los mismos europeos que apoyan "la protecci¨®n de los civiles", amenazados por el sanguinario Gadafi, cierran los ojos ante la evidencia de que econom¨ªas fr¨¢giles y sistemas pol¨ªticos en transici¨®n, como los de Egipto y T¨²nez, no pueden ocuparse de tantos desplazados. Europa ha sido el destino hasta ahora de unas 12.000 personas que han salido de Libia, frente a cientos de miles que han huido a T¨²nez y Egipto -siempre seg¨²n ACNUR-, parte de ellos trabajadores inmigrantes que han retornado, o intentan hacerlo, a pa¨ªses de Asia o del resto de ?frica. Los dos vecinos de Libia han abierto las puertas, mientras la orilla norte del Mediterr¨¢neo se muestra indiferente, cuando no ego¨ªsta al 100%.
La implicaci¨®n de Europa en el ¨¦xito de la evoluci¨®n del norte de ?frica se medir¨¢ por su voluntad de participar en la recuperaci¨®n econ¨®mica y democr¨¢tica. Pero tambi¨¦n por su grado de humanitarismo. Un caso llamativo es el de Francia, a quien Amnist¨ªa Internacional acusa de contradecir las "grandes pretensiones en materia de derechos humanos" con "los hechos". Una parte considerable de los ataques aliados en Libia corresponden a fuerzas de Francia, mientras que el Gobierno de este pa¨ªs ha promovido un cambio en la legislaci¨®n interna para protegerse de la "invasi¨®n" de desplazados, y ha presionado para bajar las barreras a escala de la UE. En la carrera hacia la Europa-fortaleza, pronto se echar¨¢ de menos a los grandes cancerberos de la orilla sur del Mediterr¨¢neo, aquellos hombres de hierro en los que Europa hab¨ªa delegado el control migratorio.
A todo esto, ?no hab¨ªamos quedado en que la UE se hab¨ªa dotado de una jefa de la diplomacia y un presidente estables para mejorar su visibilidad y funcionamiento? En esta crisis no se ha escuchado a las personas que desempe?an tan rimbombantes cargos, Catherine Ashton y Herman van Rompuy. Si los que deben representar a la UE hacen como que no les concierne, por supuesto que pol¨ªticos mucho m¨¢s avezados, como Nicolas Sarkozy, ocupan el terreno inmediatamente.
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