La industria m¨¢s blanca
Por mucho que Sexo en Nueva York intentase glamurizar la solter¨ªa femenina, sus protagonistas acaban todas casadas. Tampoco vale el tierno e ir¨®nico homenaje que Cecilia le dedicaba al tema cuando cantaba "Yo no quiero vestir santos de madera, eso no es para m¨ª. Me quedar¨¦ soltera aunque yo no quiera...". La mala leche estaba ah¨ª. Como lo hace en Facebook; en la red social donde los chascarrillos que referencian la sociedad suman grupos de fans, el de las "se?oras solteronas con s¨ªndrome de Di¨®genes y gatos", tiene 1.489 seguidores. El personaje de Bette Davis en la pel¨ªcula La solterona (1939) sigue habitando nuestro esp¨ªritu en r¨¦gimen de renta antigua. ?O cree usted que es la ¨²nica que piensa que va a acabar deambulando por el pasillo de casa con una funda de almohada a modo de velo en busca del t¨¢lamo perdido?
Seguimos siendo las europeas que menos escatiman a la hora de elegir traje. Si no se puede comprar, se alquila
El sector espa?ol no deja cabida a las empresas extranjeras. Rosa Clar¨¢, Pronovias y Novissima lo dominan
Lo que est¨¢ claro es que en Espa?a es m¨¢s f¨¢cil encontrar un vestido de novia que un novio. Seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE), durante el primer semestre de 2010, el ¨²ltimo analizado, se celebraron 75.708 enlaces, un 3,8% menos con respecto al mismo periodo de 2009. A pesar de la cada vez m¨¢s reducida tasa bruta de nupcialidad, nuestro pa¨ªs se consolida como el segundo exportador mundial de trajes de boda -fuera s¨ª se casan- por detr¨¢s de China. Con la particularidad de que aqu¨ª, tal y como recoge el Instituto de Comercio Exterior (Icex), no se fabrica en serie. Hablamos de una industria consolidada que integra 700 empresas especializadas y da trabajo a unas 13.700 personas. En un informe realizado por el Ifema con motivo de la celebraci¨®n de Madrid Novias, Sal¨®n Internacional de Moda Nupcial y Comuni¨®n, el volumen de negocio conjunto se aproxima a los 1.300 millones de euros, de los que 400 millones corresponden a las ventas en el exterior, siendo Am¨¦rica Latina y Europa del Este los principales mercados. Teniendo en cuenta que el sector textil nacional genera una producci¨®n por valor de 8.720 millones, podemos decir que la moda nupcial supone una porci¨®n generosa de la tarta. Junto a Madrid Novias, la otra cita que re¨²ne a fabricantes, mayoristas, exportadores, distribuidores y dise?adores es la Barcelona Bridal Week Noviespa?a. "La marca Espa?a es muy potente. China es un agente mundial en lo que a nivel de volumen se refiere. Nosotros lo somos en cuanto a imagen. Todo el mundo sabe que los mejores vestidos son los espa?oles. Hacemos un pr¨ºt-¨¤-porter muy cercano a la alta costura", cuenta Sonia Garc¨ªa, de Expotecnic, la empresa que cre¨® Madrid Novias y hoy colabora en su organizaci¨®n.
Independientemente de la figura del novio, sin el cual no hay boda que valga, todas (sin excepci¨®n) nos hemos imaginado alguna vez qu¨¦ llevar¨ªamos en la nuestra. De hecho, ese d¨ªa solo puede haber un protagonista masculino, y este es siempre el vestido. Cueste lo que cueste. En palabras de la dise?adora catalana Rosa Clar¨¢, "ni las que se unen por lo civil renuncian a un vestido como Dios manda". Lo de que es una vez en la vida funciona en doble direcci¨®n: como excusa para tirar la casa por la ventana o como argumento para no despilfarrar. Las espa?olas seguimos siendo las europeas que menos escatiman a la hora de elegir traje, pero si no alcanza para comprarlo, se alquila. La principal novedad que ha tra¨ªdo la crisis a este sector es la del auge de empresas como Innovias, que funciona igual que una tienda tradicional, "con la diferencia de que la clienta nos devuelve el traje tras usarlo", explica Olga Frades, su fundadora. Frente a los 25.000 euros que puede costar comprar un modelo firmado por un dise?ador, en Innovias es posible adquirirlo con vuelta por 300, IVA y servicio de tintorer¨ªa posterior incluidos. "Se trata de un vestido que va a ser usado tan solo durante unas horas, y como de una boda sale otra, si la novia presume de lucir espectacular habi¨¦ndose ahorrado un dineral, contagia la idea a las amigas. En los cuatro a?os que llevamos en esto ya hemos casado a 10.000 mujeres", contin¨²a Frades.
El sector es tan potente que no deja cabida a la invasi¨®n de empresas extranjeras, pero s¨ª hueco para que nombres independientes vivan tranquilamente, aunque sea a la sombra de tres gigantes. La mencionada Clar¨¢, Pronovias y Novissima siguen siendo las grandes damas de blanco. Como no pod¨ªa ser de otro modo, su coexistencia no siempre ha sido pac¨ªfica. En 2004, el dise?ador Hannibal Laguna tuvo que indemnizar con 759.169 euros a Clar¨¢ por haber roto sin previo aviso los contratos de dise?o y franquicia con el grupo y marcharse a Pronovias. Y m¨¢s bodas de sangre: en 2008, el Grupo Nupcial Novissima anunciaba una ampliaci¨®n de capital que no lleg¨® a buen puerto y la empresa se vio obligada a la suspensi¨®n de pagos. Los accionistas de la compa?¨ªa (Caja Madrid y la Comunidad de Madrid), a trav¨¦s de su sociedad de capital riesgo (CRM), apostaron por promocionar a nivel internacional sus marcas. El proyecto nunca se materializ¨®. Tras su entrada en concurso de acreedores, el grupo ha liberado las licencias de explotaci¨®n de los creadores con los que estaba vinculado. Duyos (Juan) era uno de ellos. El dise?ador ha explorado las dos f¨®rmulas que existen para presentar colecciones de boda. Primero se arrejunt¨® con Novissima para que le produjera los dise?os. Tras recuperar el control de sus licencias, ahora se dedica a la confecci¨®n por encargo. "Las casas de novias suelen asociarse con modistas consolidados para ganar renombre", especifica sobre este tipo de enlaces. "Ese ha sido el caso de Rosa Clar¨¢. Al principio no la conoc¨ªa nadie. Contar con las colecciones de dise?adores punteros ha sido el secreto de su ¨¦xito". La catalana cuenta en su cartera con, por ejemplo, Karl Lagerfeld y Christian Lacroix.
En el vestido de novia, la simbolog¨ªa ha pasado a mejor vida. Hace mucho que su color no es sin¨®nimo de nada, mucho menos de pureza. Quiz¨¢ porque ahora su dimensi¨®n raya en lo psicol¨®gico. Toda novia quiere ser la m¨¢s guapa el d¨ªa de su boda. Un ejercicio de egocentrismo que siempre viene definido por el vestido. Adem¨¢s, una boda es la ¨²nica ocasi¨®n donde al resto se nos permite fijarnos hasta la extenuaci¨®n en algo tan intrascendente como un trozo de tela (por muchos metros que tenga).
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