Ya es hora de que Palestina figure en el mapa
Cada 15 de mayo conmemoramos la Nakba (cat¨¢strofe) y los palestinos dispersos por el mundo nos sumimos en la desolaci¨®n. Este desgarro ha sido inmortalizado por el poeta Mahmoud Darwish cuando se?ala que nuestro pueblo se encuentra esperando "en la estaci¨®n de un tren que ha salido del mapa".
Al pueblo palestino se le ha privado de su libertad durante 63 a?os. La Nakba es, de hecho, la interrupci¨®n del proceso de un pueblo que se mov¨ªa hacia la independencia. Cuando ocurri¨®, Palestina era un Estado en formaci¨®n y pas¨® a ser reemplazado por el de Israel: 418 aldeas fueron destruidas, 13 ciudades tomadas, el 75% de la poblaci¨®n palestina cristiana y musulmana que viv¨ªa en lo que hoy es el Estado de Israel en sus fronteras de 1967 fue v¨ªctima de limpieza ¨¦tnica, con m¨¢s de 30 masacres documentadas.
Los palestinos no entendemos por qu¨¦ Espa?a no reconoce nuestro Estado en las fronteras de 1967
Conmemorar el aniversario de la Nakba sin tener a¨²n un Estado solo a?ade m¨¢s dolor a nuestro pueblo. La comunidad internacional reconoci¨® al Estado de Israel bas¨¢ndose en la resoluci¨®n de partici¨®n 181. Pero esta condicionaba el reconocimiento de un Estado a la existencia del otro. Nuestro pueblo ya se ha comprometido reconociendo a Israel en las fronteras de 1967, el 78% de nuestra patria hist¨®rica, pero Israel, en cambio, contin¨²a, con total impunidad, sus actividades de colonizaci¨®n en Jerusal¨¦n oriental y Cisjordania. Desde que se inici¨® el proceso de paz, hace casi 20 a?os, nos hemos comprometido con los par¨¢metros establecidos para una soluci¨®n de dos Estados. Desgraciadamente, nadie ha podido detener a Israel en sus planes de ocupar la mayor cantidad de tierra ajena posible.
Israel dice que debemos sentarnos a negociar para solucionar todos los asuntos, incluido el de las fronteras. Pero lo que Israel no dice es que, seg¨²n la legislaci¨®n internacional, no tiene derecho alguno sobre ninguna parte de los territorios palestinos que ocupa desde 1967. Por el contrario, sus acciones son consideradas un crimen de guerra de acuerdo con la IV Convenci¨®n de Ginebra. Lo que Israel busca no es una negociaci¨®n, sino una legitimiza-ci¨®n de su empresa colonial. Y no lo vamos a permitir.
Nuestro derecho a la autodeterminaci¨®n no es negociable. Ha sido reconocido como uno de los principales por el derecho internacional contempor¨¢neo. Es la hora de decir basta y pasar de las palabras a los hechos, y sobre esto la comunidad internacional tiene bastante que hacer.
Hemos iniciado una ofensiva diplom¨¢tica para lograr el reconocimiento de nuestro Estado soberano en las fronteras de 1967. Ese reconocimiento es una deuda hist¨®rica con nuestro pueblo y, al mismo tiempo, representa la consolidaci¨®n del compromiso hist¨®rico palestino de reconocer a Israel en el 78% de nuestra patria hist¨®rica. Nuestra estrategia hasta el momento ha tenido ¨¦xito y 112 pa¨ªses ya han reconocido nuestro soberano derecho a la autodeterminaci¨®n en las fronteras de 1967. Entre los pa¨ªses que nos han reconocido se encuentran potencias como Rusia, China, India, Brasil y Sud¨¢frica. La ¨²ltima oleada de reconocimientos latinoamericanos, donde la gran mayor¨ªa, salvo M¨¦xico y Colombia, nos han reconocido, refleja la justicia de nuestra causa.
En ese sentido, a¨²n no puedo entender por qu¨¦ Espa?a no ha reconocido todav¨ªa al Estado palestino en las fronteras de 1967. Un pa¨ªs que ha contribuido con tanto esfuerzo al desarrollo de nuestras instituciones, no deber¨ªa sino reconocer el Estado Palestino y liderar los reconocimientos europeos. No se necesita la unanimidad de los 27 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea, sino la voluntad soberana de cada naci¨®n, y por ello, urgimos a que Espa?a tome la iniciativa.
?En qu¨¦ podr¨ªa influir ese reconocimiento? No queremos enga?ar a nadie: la ocupaci¨®n no se acaba con el reconocimiento, pero s¨ª fortalece nuestra posici¨®n en vista a una soluci¨®n de dos Estados. Adem¨¢s, el reconocimiento ha de pavimentar nuestro camino cuando en septiembre nuestro pueblo pida a las Naciones Unidas su admisi¨®n como miembro de pleno derecho, lo que nos permitir¨ªa proteger a nuestro pueblo y defender nuestros derechos en instituciones tales como la Corte Internacional de Justicia y el Tribunal Penal Internacional.
La Nakba es nuestro d¨ªa de luto, pero a¨²n podemos so?ar con un futuro de libertad donde nuestros hijos no sufran la humillaci¨®n de no tener un Estado y vivir bajo la ocupaci¨®n. La Nakba es al mismo tiempo un recordatorio de que la comunidad internacional debe hacer mucho m¨¢s: las condenas verbales a la intransigencia de Israel ayudan, pero no son suficientes, igual que los proyectos financiados por los pa¨ªses donantes no han llegado a muchas ¨¢reas y no son parte de una situaci¨®n sostenible. Como el Banco Mundial se?al¨® el mes pasado, nuestra econom¨ªa e instituciones han avanzado sustancialmente, pero no pueden continuar desarroll¨¢ndose a menos que la ocupaci¨®n israel¨ª se acabe, lo que demuestra nuestra convicci¨®n de que el concepto de "paz econ¨®mica" no es posible sin una paz pol¨ªtica real sobre el terreno.
Estamos en la recta final de un recorrido que comenz¨® en las tiendas de los campos de refugiados y que ha de terminar con nuestra capital en Jerusal¨¦n Oriental. Solo en ese momento el tren al que Darwish hac¨ªa referencia podr¨¢ ponerse nuevamente sobre el mapa.
Saeb Erakat es miembro del Comit¨¦ Ejecutivo de la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina y jefe negociador palestino.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.