Espa?a encabeza las presiones para que el director del FMI dimita
Salgado: "Espero que Strauss-Kahn use su mejor criterio; otras veces no lo ha hecho"
Los cambios en el Fondo Monetario Internacional (FMI) suelen producirse como en un kabuki -el teatro japon¨¦s tradicional-, a c¨¢mara lenta. Pero no con Dominique Strauss-Kahn. Arrecian las presiones para que el director gerente del FMI, en prisi¨®n por una presunta agresi¨®n sexual con una camarera en un hotel de Manhattan, renuncie a su puesto de forma fulminante. Por tierra, mar y aire: desde el propio FMI, desde Europa, desde EE UU y desde los pa¨ªses emergentes. La vicepresidenta y ministra de Econom¨ªa espa?ola, Elena Salgado, fue ayer una de las voces m¨¢s directas contra el director del Fondo. "Hay que confiar en que en este caso al menos Strauss-Kahn utilice su mejor criterio. En otros no parece que lo haya hecho", afirm¨® a la salida de una reuni¨®n en Bruselas, donde calific¨® de "extrema gravedad" las acusaciones y a?adi¨® que su solidaridad "est¨¢ con la mujer que ha sufrido la agresi¨®n, si efectivamente ha sido as¨ª".
El Fondo dice que la inmunidad "es limitada y en este caso no es aplicable"
Al menos media docena de pol¨ªticos en Europa utilizaron un tono parecido, quiz¨¢ algo m¨¢s rebajado. Junto a Salgado, la ministra austriaca Maria Fekter fue una de las m¨¢s claras sobre una eventual dimisi¨®n: "Una vez que le ha sido denegada la fianza, deber¨ªa darse cuenta de que est¨¢ da?ando a la instituci¨®n". El propio FMI ejerci¨® ayer una presi¨®n indirecta al aclarar que la inmunidad de su director "es limitada e inaplicable en este caso", dijo el portavoz del Fondo, William Murray. Mientras, el secretario del Tesoro de EE UU, Timothy Geithner, afirm¨® que el actual jefe del FMI "no est¨¢ en posici¨®n" de encabezar el organismo internacional y que se deber¨ªa nombrar "formalmente" a alguien de "manera interina".
El cerco se estrecha. A pesar de que Strauss-Kahn ha negado los cargos, se le considera un cad¨¢ver pol¨ªtico en Francia y un problema para la econom¨ªa internacional por el papel clave del Fondo -y del propio DSK- en la crisis fiscal europea y en la b¨²squeda de una soluci¨®n para los desequilibrios mundiales, que en resumidas cuentas consisten en que algunos pa¨ªses -y en particular China- ahorran demasiado y otros -Estados Unidos- deben dejar de consumir tanto para empezar a ahorrar.
El pulso por la sucesi¨®n de Strauss-Kahn se libra entre Europa y los emergentes. China ha entrado en liza: Jiang Yu, portavoz del Ministerio de Exteriores chino, no quiso entrar en detalles, pero expres¨® que los deseos de la segunda potencia econ¨®mica del mundo pasan por un nuevo liderazgo del Fondo que deje de lado la tradici¨®n -desde su fundaci¨®n el FMI ha estado dirigido por un europeo- y se base en "la imparcialidad, la transparencia y los m¨¦ritos". Brasil presiona en la misma direcci¨®n.
La ministra francesa Christine Lagarde es la mejor colocada para sustituir a Strauss-Kahn, tanto si este dimite como si es el consejo ejecutivo del Fondo quien le destituye, una soluci¨®n que tampoco se descarta. Salgado dej¨® patentes las preferencias de los ministros del euro: "Parece razonable que el director del FMI sea europeo: los pa¨ªses europeos somos los principales contribuyentes del Fondo, el actual director lo es y si en alg¨²n momento se prev¨¦ su sustituci¨®n, evidentemente, nos gustar¨ªa que lo fuera". Salgado apost¨® por una mujer para elevar la presencia femenina en puestos de responsabilidad. Eso deja pr¨¢cticamente sola a Lagarde.
"Lo que el FMI necesita es una buena crisis", dijo hace ahora 10 a?os Michael Mussa, ex economista jefe del Fondo. Mussa imaginaba entonces una crisis econ¨®mica que devolviera al Fondo un papel protagonista en la econom¨ªa mundial. En lo que nadie pensaba es en un esc¨¢ndalo del calibre de una acusaci¨®n por violaci¨®n, que algunos pa¨ªses quieren aprovechar para modificar la correlaci¨®n de poderes en el FMI en la misma direcci¨®n que el cambio de guardia en la econom¨ªa mundial: Occidente a Oriente. Europa se resiste a ceder. "La crisis fiscal nos deja en una situaci¨®n dif¨ªcil y es l¨®gico que los europeos queramos seguir teniendo influencia en el FMI", dijo el ministro sueco Anders Borg. Lagarde lleva dos d¨ªas neg¨¢ndose a hacer comentarios sobre su posible candidatura. Pero al menos ha mantenido un silencio respetuoso: casi nadie en Europa da p¨¢bulo a la versi¨®n de Strauss-Kahn o apela a la presunci¨®n de inocencia.
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