Gabi, todo un superh¨¦roe
Dos tantos del capit¨¢n frente al Levante salvan al Zaragoza
El pie de Gabi salv¨® al Zaragoza del descenso y, probablemente, de un adi¨®s definitivo, acuciado como est¨¢ el club por las incontables deudas. Primero, una falta deliciosa ejecutada con el interior de la bota, de par¨¢bola sensacional, de toque fino, de direcci¨®n precisa. Y despu¨¦s, un zapatazo desde el balc¨®n del ¨¢rea, indomable, tambi¨¦n a las redes. Bastaron dos dianas del capit¨¢n para que el equipo se mantuviera en Primera. Un premio para los m¨¢s de 9.000 aficionados blanquillos que acudieron en tropel al Ciutat de Val¨¨ncia, que demostraron su amor a los colores, por m¨¢s que vilipendien a la m¨ªnima ocasi¨®n al presidente, Agapito Iglesias, y desacrediten con persistencia a la direcci¨®n deportiva. Dos golazos: el mejor de los alivios.
LEVANTE 1 - ZARAGOZA 2
Levante: Mun¨²a; Venta, Ballesteros (Robust¨¦, m. 73), Rodas, Cerra; Pallard¨®, Xavi Torres; Montero, Rub¨¦n (Wellington, m. 56), Xisco (Rafa Jord¨¢, m. 91); y Stuani. No utilizados: Reina; Caicedo, Iborra y Juanfran.
Zaragoza: Leo Franco; Diogo, Jarosik, Da Silva, Paredes; Ponzio, Gabi; Boutahar (Jorge L¨®pez, m. 66), Ander Herrera (Bertolo, m. 72), Lafita; y Uche (Braulio, m. 56). No utilizados: Doblas; Lanzaro, Obradovic y Bertolo.
Goles: 0-1. M. 39. Gabi, de falta. 0-2. M. 73. Gabi. 1-2. M. 80. Stuani.
?rbitro: Fern¨¢ndez Borbal¨¢n. Mostr¨® la cartulina amarilla a Pallard¨®, Stuani, Gabi, Braulio, Xavi Torres y Paredes.
Ciutat de Val¨¨ncia: 20.000 espectadores.
Los blanquillos ve¨ªan cada parcela como un tesoro, mord¨ªan, hincaban el colmillo
Ha sido un curso demasiado enrevesado para el Zaragoza, condicionado desde el inicio por las flaquezas econ¨®micas, poco planificado porque acumul¨® 15 extranjeros y 13 nacionalidades. Una dificultad, que no r¨¦mora. Otro obst¨¢culo. Empez¨® en el banquillo Jos¨¦ Aurelio Gay, que no insufl¨® confianza al equipo y menos juego. Pereci¨® en invierno, sin un mensaje para el grupo ni para la grada. Algo que revoc¨® y volte¨® Javier Aguirre, el relevo, consciente de que recuperar la moral no da puntos, pero s¨ª los facilita. No fue un cambio abrupto, pero s¨ª expresivo. Se pas¨® de unos centrales destemplados a una zaga abrochada; de unos laterales indefinidos, a otros cumplidores; de una media sin toque, a otra resultona; de una delantera inexistente, a una referencia clara, recuperado Uche. Poco f¨²tbol, pero mucha garra; escaso ingenio, pero ¨ªmpetu innegociable. La salvaci¨®n, al fin y al cabo.
Puesto en tela de juicio por todos los equipos que se jugaban el descenso, el Levante, sin nada que demostrar tras una segunda vuelta de lo m¨¢s fruct¨ªfera, sali¨® a jugar al f¨²tbol. Dur¨® poco. Una quimera ante este Zaragoza que entend¨ªa cada parcela del campo como un tesoro, que mord¨ªa e hincaba el colmillo, que peleaba, que se resist¨ªa a perder el protagonismo. El bal¨®n ten¨ªa due?o, aunque no supiera c¨®mo manejarlo, m¨¢s habituado a perseguir la pelota que la porter¨ªa adversaria, incapaz de atacar a un contrario que desdibujaba las l¨ªneas de pase, que abotargaba la medular y se atrincheraba en su ¨¢rea.
Sin el esf¨¦rico entre los pies, al Levante no se le cont¨® disparo alguno en el primer acto y un solo latigazo de Jefferson Montero en el segundo. Demasiado replegado, aguard¨® a un contragolpe que nunca lleg¨®. Golpeaba el Zaragoza, alimentado por el infatigable aliento de la grada. Asust¨® Lafita con un disparo desde el borde del ¨¢rea, intimid¨® Ander con un chut raso, se present¨® Jarosik con un testarazo y Ander repiti¨® fortuna con un cabezazo que Mun¨²a escupi¨® con una palomita para enmarcar. Incluso se festejaron dos goles que no se validaron. Con Boutahar y Uche en claro fuera de juego.
Pero de tanto zarandear el ¨¢rbol cay¨® la fruta. Fue en ese lanzamiento perfecto de Gabi, un capit¨¢n en may¨²sculas, que quit¨® las telara?as a la escuadra. Y fue en ese otro zurriagazo de Gabi, que Mun¨²a, estatua, apenas vio entrar. De nada sirvi¨® el remate de cabeza de Stuani, que prolong¨® una falta a gol. El Zaragoza ya era un equipo de Primera y seguir¨¢ si¨¦ndolo. As¨ª lo quiso Gabi, todo un superh¨¦roe.
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